La segunda prueba del examen de Chuunin llega con Boruto: Naruto Next Generation 57. Y vuelve a dejar patente que el hijo del Hokage la va a cagar tan de sobremanera que ya duele.
La historia continua con un buen ritmo en Boruto: Naruto Next Generation 57. Pese a estar contándomos cosas que ya sabemos gracias a la película, lo cierto y verdad es que las paradas que están haciendo no sobran. Están profundizando en personajes que se pasan muy por encima en la anterior versión y le dan más protagonismo a otros equipos.
Es lo que tiene tener tiempo para contar las cosas que son demasiado condensadas en una historia de apenas dos horas.
Así que, vuelvo a repetirme como estas semanas atrás. Esta saga me está gustando cómo la están tratando. Pese a saber lo que va a pasar. Aunque esté siendo más lenta de lo que esperaba. Me está gustando.
Un examen de Chuunin más extenso
No se están extendiendo demasiado en las pruebas del examen de Chuunin. Al menos en las preliminares. Pero sí que le están dando mucho más a todo el entorno que las rodea. Sobre todo en cuanto a las dudas de Boruto sobre si utilizar o no su dispositivo y la relación con su padre.
Estamos viendo más a personajes que son un suspiro en la película. El hijo de Gaara o el grupito de los chicles, como yo los llamo, se están haciendo un hueco en nuestras expectativas de cara a la próxima prueba.
Todo esto está haciendo que recordemos viejos tiempos. No es un calco directo, pero sí que hay muchas referencias al primer examen de Chuunin que vivimos con Naruto. Tanto en la forma como en algunos de los enfrentamientos. Y si no, que se lo digan a Metal Lee en su pelea contra Shinki. Lástima que acabase así.
Los límites de Boruto
Si hay algo que se está tratando muy bien en esta saga es a Boruto. El ninja hasta ahora no ha conocido límites en su poder. Siempre ha sido el más brillante, el más acertado y el que mejores dotes tiene para hacerlo todo.
Pero poco a poco está viendo cómo se queda atrás en el camino. Su encuentro con Sasuke le ha proporcionado un maestro, pero también le ha enseñado el largo camino que tiene por delante para intentar superar a su padre.
En medio de todo esto nos encontramos con el problema de las herramientas científicas ninja. Hasta ahora no las había usado, pero en esta ocasión ha recurrido a ellas para acabar con un enemigo que le superaba con creces. ¿Trampas? Sí, desde luego. Pero el anime no se centra en eso. Se centra en los sentimientos que tiene Boruto para llegar a usarlas y los que tiene después de haberlo hecho.
El chico se siente impotente ante el poder de muchos de sus contrincantes. Está viendo cómo poco a poco le están superando. Y si él quiere hacer lo mismo tendrá que entrenar mucho. Algo que, hasta la fecha, no ha tenido que hacerlo. Y claro, ahora le resulta complicado.
La calidad mejora
No hay mucho más que contar de este episodio. Ha sido un capítulo nostálgico y que se centra en enseñarnos más lo que siente Boruto realmente por Naruto.
Por suerte, esto está acompañado también de una mejora en la animación bastante sustancial. No sé si será por la pelea de Metal Lee y Shinki o en la de Boruto contra los trillizos. Sea como sea, se agradece, y mucho, el poder volver a ver una animación de este estilo.
Las últimas batallas no han sido precisamente buenas, ni mucho menos. Y esperemos que con lo que se avecina, mejore aún más.