Tras el avance del capítulo de la semana pasada ya nos olíamos lo que venía hoy. Boruto: Naruto Next Generation 23 es el final de la saga de la búsqueda de Sasuke. Y lo hace por todo lo alto. Eso sí, no esperéis grandes giros argumentales porque el final es lo más cantado que hay en cuanto a trama.
Pero la animación… ¡ay, la animación!
La semana pasada todo fue muy extraño. Sarada era hija de Karin según el test de ADN. Las gafas, el parecido y el secretismo de Sasuke y Sakura no han sido precisamente cosas que nos sacasen de dudas. Sin embargo, al final todo ha quedado resuelto, y con la explicación más simple posible.
Mira que había alternativas, ¿eh? Un transplante, curarle una enfermedad con sangre de Karin o cosas por el estilo. Pero al final han optado por no liarlo demasiado e ir a lo sencillo. Pero esta sencillez, al menos, no cae en el absurdo y nos ha mantenido en vilo una semanita.
Como os digo, nada fuera del guión típico tópico de cualquier historia de estas características en cuanto a la familia se refiere. Desde el primer momento sabíamos que íbamos a ver a un Sasuke-papi tarde o temprano. Y desde luego, estando con Sakura la cosa iba a ser mucho más pronunciada.
Pero como he dicho antes. Lo cortés no quita lo valiente. Sí. Ha ocurrido lo que esperábamos. Pero aún así nos ha gustado ver, por primera vez en la historia, a un Sasuke haciendo de padre y marido. Y a una Sarada más feliz y con un objetivo en la vida.
No sé cómo os habrá caído Boruto, pero a mi me recuerda demasiado a Naruto. Sin embargo Sarada es otra historia. Sarada es muy distinta a Sakura o a Sasuke. No es ni tan «tonta» como la madre ni tan insufriblemente seco como el padre. Está a medio camino entre los dos. Y eso le va a dar un futuro en la serie mucho, pero que mucho más interesante.
El único punto que quizás nos ha sorprendido en el capítulo de hoy ha sido la aparición de Kabuto. Increiblemente, este individuo se ha agenciado con un ejército sin comerlo ni beberlo. No era lo que uno esperaba de este final de saga, la verdad.
El corazón de Naruto ha hecho que no muera nadie más allá del Shin original, y por su cabezonería. Sin embargo, este «guerra de los clones» a la ninja es un poco extraño. Por un lado no sabemos si les volveremos a ver. Son muchos, muchísimos, y en manos de alguien un tanto especial.
En segundo lugar ¿qué ha pasado con esa mano? ¿Qué era? ¿De dónde salió? ¿Quién la tiene? ¿Era el verdadero Shin la mano y no el cuerpo en sí del adulto? Son unas preguntas que no han quedado resueltas en este episodio y que no sabemos si acabarán resueltas en el futuro. Y da rabia.
Ya que han cerrado tantos cabos sueltos de forma predecible, pero muy hilada, el dejar este cabo suelto… no encaja.
Aún así, parece que a esta saga de Sarada le queda aún el epílogo. Un episodio en el que nos van a juntar a los futuros miembros del equipo. Boruto y Sarada. A ver qué tal funcionan juntos.
No quiero dejar la crítica de hoy sin alabar la animación de la pelea entre Sakura y Shin. Desde luego ha sido impresionante. El combate en sí no ha sido nada espectacular. Un par de golpes y poca estrategia de por medio. Muy rápido todo. Pero la animación y el cómo lo han llevado a cabo sí que me ha sacado un «oh» en toda regla.
La fluidez del combate, las formas y los movimientos han sido realmente buenos. Si este nivel se mantiene en las batallas que esperamos que están por venir, nos queda un cacho de anime por delante.
Y hablando de por delante. ¿Cuál será la próxima saga que veremos? ¿Llegaremos ya a la película o todavía no?
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