Los misterios se van resolviendo por fin tras este capítulo de Boruto 13. Y el enemigo estaba más cerca de lo que pensábamos.
Por fin coge el ritmo que queríamos. Boruto 13 es todo lo que hemos estado esperando estos meses atrás. Acción, misterios y tensión. Y la verdad es que lo han conseguido. Solo le veo una pega. Tiene pinta de que el desenlace va a ser como casi todos los desenlaces de Naruto. Pero bueno, luego veremos eso. Por ahora centrémonos en lo que hemos visto.
Cuidado porque esta crítica intentará no tener spoilers importantes. Sin embargo, contendrá información de la trama del anime.
Boruto 13 nos plantea varios frentes a la hora de desvelar todo el misterio. El capítulo pasado ya nos dio una pista sobre quién podría ser el malo de esta saga. Y si éramos un poco avispados (y he de reconocer que yo no lo fui) pues era sumar uno más uno.
El punto de vista de Sai, el de Naruto y el de Boruto son los tres planos con los que nos encontraremos a lo largo del episodio de hoy. Los tres concluyen en el mismo punto, pero, como era de esperar, será el del hijo de Hokage el que se lleve el mayor peso argumental.
Por cierto, ni Sai ni Kakashi llegan a dejarme una buena sensación en este Boruto 13. Los veo demasiado… vacíos. Y la excusa para que Naruto no luche es algo pobre. Pero bueno, todo sea por darle protagonismo a su hijo.
Mitsuki contra Boruto
Mientras los adultos se centran en contener a la bestia que se ha liberado, la acción más interesante para nosotros se centra en Mitsuki y Boruto. Lo que comenzó la semana pasada tenía que liberarse de alguna forma, y hoy ha dado el primer paso para ello.
La revelación de Mitsuki ha hecho mella en Boruto pero, como nos podíamos esperar, es hijo de su padre. Y por supuesto, se niega a aceptar que todo es blanco o negro. Sin embargo, el ninja de la aldea del sonido sigue las órdenes de (supuestamente) Orochimaru y su objetivo es eliminar la amenaza. Boruto se opone a esta forma de acabar con el tema, así que ya tenemos la crisis servida.
No es que sea un mal planteamiento. Las cosas se han ido de madre y ahora mismo la solución más práctica pasa por matar al portador de la bestia. Una alternativa a este planteamiento extremo es algo que solamente los ojos de un niño (o el propio Naruto) podrían encontrar. El problema es que esto huele de lejos a copia y pega de Naruto.
Un planteamiento repetido
Desde el principio de los tiempos, Naruto se caracterizó por algo que a los japos parece gustarle: la empatía. Al igual que otros personajes de shonen del estilo, el ninja butanero de Konoha ha ido haciendo amigos entre las filas de los malos.
Fue el que consiguió convencer a Pain, por ejemplo, o el que hizo las paces con Sasuke después de todo lo que pasó. Sus palabras sinceras siempre acaban conmoviendo al malo a menos que sea Uchiha Marada. El problema de esto es que es un planteamiento que vemos en muchos anime. One Piece y la capacidad de Luffy de hacer amigos, o el propio Goku en Dragon Ball, que tiene a casi todos los malos de la serie a su lado luchando…
Pero el caso de Naruto es aún más bestia, ya que sus palabras calan al final. Y lo hacen sin discursos demasiado potentes, sinceramente. Algunos de los que dio en Naruto aún me despiertan alguna que otra duda.
Boruto va por el mismo camino. Se niega a usar la fuerza bruta contra su enemigo y quiere entenderlo. Pero además de ello, quiere hacer que le entiendan a él. Que vean su error. Y sobre todo, que confíen en él.
Todo apunta a que el próximo episodio nos dejará una larga charla entre Boruto y nuestro recién desvelado enemigo. Y espero que al menos le den algo más de vueltas, porque otro discurso de la amistad y el amor como solución a todos los problemas acabaría con el planteamiento que nos han hecho en los primeros compases del anime.
No sé exactamente cómo quiero que acabe. Pero desde luego no como si «nada hubiese pasado». Bueno, y por supuesto que nos expliquen algo más de esos efectos que tiene el ojo de Boruto, que ahora crean brechas espacio temporales. Madre mía.