Esta vez no me equivoqué. En esta crítica de Boku no Hero Academia 2×04 ya puedo hablar más de «acciones» y «evolución» que de «exposición» y «contexto». Aunque no hay momentos tan épicos
Por fin, tras los tres episodios anteriores, puedo decir en esta crítica de Boku no Hero Academia 2×04 que empiezan a pasar varias cosas con cierto ritmo. No son solo momentos puntuales (como el vuelo de Midoriya) pero sí que son importantes. Además, esta semana empiezan a verse bases más sólidas con respecto a los personajes.
Y es especialmente en este aspecto en el que más avanza el anime. Se toma su tiempo para, a través de las acciones, definir a los personajes. Y no solo a Midoriya (que ya tuvo su tiempo en el anterior episodio) sino también a los secundarios. Con el comienzo de la segunda prueba del Festival Deportivo se forman los equipos y esto provoca que se aprecie cierta evolución en los personajes y sus relaciones.
Los personajes, lo principal
Bakugo sigue con su odisea queriendo ser el mejor por encima de Deku y por eso se alía con los que le prometen mejores resultados. Todoroki se alía con los más competentes para demostrarle a su padre lo bueno que es. Y el pesado de Mineta sigue apareciendo, para nuestra desgracia. Cómo no, intentando tocarle el culo al personal. Increíblemente cómico, como de costumbre.
A ver si desaparece un día de estos.
Midoriya ha tenido que buscarse la vida. A raíz de lo sucedido en el anterior episodio ninguno de los principales quiere, de primeras, formar equipo con él. Salvo su amiga del alma Uraraka porque es un cacho de pan. Sin embargo, lo más interesante llega cuando el guion decide tirar por lo menos evidente. En lugar de hacer equipo con Iida, que sería lo que todos esperamos, este último decide irse con Todoroki. Y este es el mejor momento del capítulo.
Sirve para empezar a marcar una tónica que separa “el trabajo” de “la amistad”. Empieza a generar conflicto. También sirve, por otro lado, para demostrar la madurez de Iida, que empieza a ver a Midoriya como un buen rival. Una escena intercalada de otros héroes que ven el Festival es bastante reveladora. “Si quieres que te conozcan, deberás de ser superior a otros héroes. Aunque sean tus amigos”. Es un mensaje con el que difícilmente estaré de acuerdo y que creo que no es el final de la serie. Pero como excusa para fomentar la competición en estos primeros compases de la temporada está bastante bien.
Evolución a base de acontecimientos
Ante este panorama se descubre otro personaje, Mei, la loca de las cuerdas. Esta… está como una puñetera cabra y solo quiere fama. Realmente no se sabe mucho de ella más allá de que es una herramienta de la historia para estos capítulos. Sus inventos junto al poder de Uraraka sirven para que el protagonista pueda elaborar su estrategia: huir. El otro acompañante es Tokoyami, el cuervo. No es que evolucione o genere conflicto, pero mola lo que no está escrito así que vale.
El grupo de Midoriya cumple a las maravillas con su cometido: salen corriendo huyendo de todo el mundo. Estas escenas son las más dinámicas del episodio, donde más “acción” hay. No llegan al nivel de la épica del anterior episodio, pero son más acontecimientos y que obedecen a un fin mayor. Además, el capítulo finaliza con dos enfrentamientos muy prometedores: el grupo de Todoroki contra el de Midoriya y el de Bakugo contra el líder de la clase B.
Enfrentamientos próximos
Al final, estos dos aspectos son los más destacables. El alzamiento y la respuesta de la Clase B, que, contra lo esperado, domina la segunda prueba, y la madurez competitiva de los personajes. Todo esto evolucionará a la larga (espero) pero comienza a generar disyuntivas interesantes.
El protagonista ya se ha dado cuenta de que todos le ven como un rival. Algunos personajes empiezan a tocarle la fibra sensible a Bakugo. Todoroki sigue siendo el mejor en todo y el más competitivo… Y, además, ha demostrado que puede haber algo de sorpresa con la decisión de Iida. Aunque me gustaría pensar que eso, como dicen en el fútbol, se quedará en el verde.
Por desgracia, todo este avance en las relaciones no deja mucho espacio a la espectacularidad, y salvo un par de momentos, la animación ha decaído y no hay grandes movimientos. No obstante, este capítulo ya ha comenzado a construir con acciones y sin exposición los conflictos que veremos en los próximos episodios. Además se centra mucho en los personajes. Un aspecto que, bien tratado, suele ser de los más destacables de una serie. Teniendo en cuenta que aquí la profundidad, de primeras, es la estrictamente necesaria de un shōnen genérico. No, no pasará un capítulo en el que no lo diga.
Una cosa está clara, 18 minutos a la semana se hacen demasiado cortos… Al menos no ha llegado aún al nivel de One Piece.