Bloodstained cancela la versión de Wii U y confirma oficialmente la de Nintendo Switch

Se veía venir, culpables. Bloodstained cancela la versión de Wii U y le da a los backers de Kickstarter la posibilidad de cambiar su versión física.

Ya se olía en el aire, culpables. Sobre todo después de que Nintendo incluyese la imagen de Bloodstained en su listado de indies para Nintendo Switch. De ahí que los desarrolladores hiciesen una nota de prensa confirmando que Bloodstained cancela la versión de Wii U sólo había un paso. Y ese paso ya lo ha dado Igarashi.

Lo ha hecho en la página de Kickstarter del proyecto donde le ha escrito una bonita carta a los fans.

Gracias a todos por apoyarnos. Me gustaría darle un mensaje a los backers que eligieron la versión de Wii U de Bloodstained.

Durante la campaña de Kickstarter, Wii U estaba en el punto más álgido de su popularidad. Pero esa situación ha cambiado drásticamente tras el lanzamiento de Nintendo Switch.

Este cambio hace que sea muy difícil recibir el apoyo necesario de los fabricantes de hardware, lo que nos ha hecho cancelar el desarrollo en Wii U y cambiarlo a Nintendo Switch.

Sentimos mucho que esto llegue de esta forma tras todo vuestro apoyo, pero esperamos que lo entendáis. Nos gustaría responder a esto dándoles opciones a nuestros backers, como la posibilidad de cambiar a otra versión o pidiendo el reembolso si no queréis otra versión.

Esperamos que nos sigáis apoyando.

Tras esto, los desarrolladores dan detalles acerca de este cambio y de cómo se puede acceder para cambiar la versión de Wii U. En el caso de que quieras la de Nintendo Switch no tienes que hacer nada. El cambio es automático. Si lo que quieres es acceder a cualquier otra (PlayStation 4, Xbox One, PC o PlayStation Vita), hay que ir a las encuestas y cambiarlas allí.

El hecho de que Bloodstained cancele su versión de Wii U no es nada que nos pille de sorpresa. Además, de aquí a que salga (el año que viene) hay tiempo para pasarse a Nintendo Switch. O bueno, a cualquier consola que quieras.

No es tan grave… ¿o sí?