BlazBlue se despide. Llegó en 2008 y pronto encontró su hueco en el género de la lucha en 2D. Con un estilo clásico (para algunos anticuado), BlazBlue: Central Fiction nos dice adiós con una entrega espectacular, que reúne lo mejor de los capítulos anteriores, con algunos añadidos y pocas sombras.
Vamos con algo bueno: este último (veremos a ver) BlazBlue va sobrado de contenido. La nada desdeñable cifra de 35 personajes jugables (dos por DLC) y lo que es mejor, cada uno con sus características únicas a dominar. BlazBlue: Central Fiction no será la culpable de que no te adaptes a su juego, ya que tienes donde elegir. Para ayudarte, el juego dispone de un tutorial personalizado para cada personaje, donde nos enseña desde los movimientos más básicos hasta el combo más complicado, haciendo que cada estilo de combate sea accesible pero un reto al mismo tiempo.
BlazBlue: Central Fiction ofrece unos combates alocados pero llenos de estrategia. Tras la tensión del primer movimiento, no debemos perder de vista las acciones del rival, ya que si no nos zafamos de algunos de sus múltiples combos, la llevamos clara. Juagblemente, tal como viene siendo en la saga, BlazBlue es una delicia. Al completísimo sistema de combate se le han añadido dos nuevas posibildades: Exceed Accel y Active Flow. El primero es una suerte de Distorsion Drive que se realiza durante o nada más activar el estado Overdrive. Produce un gran daño pero finaliza actualmente dicho estado. El segundo es una mecánica que viene a ser la compensación al estado Negative Penalty (que no es un penalty tirado por Messi, no nos confundamos). Para acceder a esta mecánica hay que encadenar una serie de jugadas agresivas, y además de causar más daño, recuperamos Burst Gauge. Además, puede enlazar con Exceed Accel y aumentar su potencia.
Jugablemente, lo primero que encontramos es el modo historia, cuya novedad es que ahora se divide en tres actos, Phantom of Labyrinth, Nightmare Memory y The Replacement Blue. Como es normal, la dificultad va de menos a más, siendo terriblemente difícil acceder al tercer acto. Más vale que tengamos claro los combos y momentos en los que atacar, o seremos brutalmente avasallados.
El modo Speed Star es otra novedad de BlazBlue: Central Friction. Es un modo realmente divertido en el que nos tenemos que concentrar en repartir guantazos. Bajo un tiempo cronometrado, tenemos que deshacernos de una serie de enemigos. No perdemos salud si recibimos golpes, pero si no somos lo suficientemente rápidos, se acaba el tiempo y la partida. Speed Star se divide en tres secciones, y a mayor avance, mayor dificultad y número de enemigos. Ejecutar combos y movimientos especiales nos otorgará tiempo extra.
Alli es ot
ra de las novedades jugables de BlazBlue: Central Fiction. En este caso, nuestro jugador se une a una alianza de 4 personajes para luchas contra una alianza rival. La alianza tiene que travesar diez escenarios con dificultad variada (siendo A la más fácil y C la más complicada). Cada escenario consta de seis batallas de equipo. Este modo dura lo que tardan en caer los miembros de la alianza, por lo que es recomendable ir intercalando a los personajes a modo de sobrevivir todas esas rondas. Este modo consta de cierto componente estratégico que lo hace diferente, más calmado que Speed Star. Un complemento genial para esta obra.
BlazBlue: Central Fiction es gráficamente clásico, y con ello queremos decir antiguo. No hubiese venido mal un lavado de cara, pero quizá no quería perderse la esencia de la saga, por lo que no lo consideraremos algo negativo. El apartado sonoro es sencillamente brutal, haciendo de cada batalla un combate frenético.
BlazBlue: Central Fiction es una despedida a lo grande. Loa fans de esta saga disfrutarán con el espectacular elenco de personajes, los modos de juego y las interminables horas de diversión. Aquellos que lleguen por primera vez a la saga, revivirán experiencias pasadas, alucinarán con las posibilidades jugables y se preguntarán cómo no descubrieron esto antes. Sea como fuere, BlazBlue: Central Fiction se disfruta desde el comienzo. No todos pueden decirlo.