Sabemos que os gusta la velocidad y a Nintendo también. Por eso mismo esta famosísima saga dio el salto a los salones recreativos con F-Zero AX y sus vertiginosas carreras a miles de kilómetros por hora. Aunque el mérito no es sólo de la Gran N, ya que contaron con la magistral batuta de SEGA para el desarrollo del juego. Alta velocidad, circuitos de pesadilla y unos enemigos algo puñeteros se dan la mano en este arcade que nos hará disfrutar como chiquillos.
La cabina de esta recreativa cumple los cánones de las máquinas de carreras, es decir, su acabado recrea el aspecto de los vehículos presentes en el juego. Aunque siendo el juego que es, parece más una nave espacial que un vehículo de carreras.
A pesar de que con los juegos habituales de F-Zero estamos acostumbrados a disponer de una gran variedad de circuitos, en este caso hay pocos recorridos entre los que elegir. Aunque hay que tener en cuenta que estamos hablando de un arcade y no de un juego “doméstico”, así que tampoco es que sea un lastre. Más bien es algo lógico debido a la “filosofía” de los salones recreativos. Eso sí, no os penséis que los circuitos son cosa floja. Los loopings, vueltas, revueltas y juegos con la gravedad son elevados hasta la máxima potencia.
A pesar de ello la variedad de personajes es bastante amplia, estando presentes todos los personajes míticos de la saga junto con alguna novedad. Además de contar con los típicos potenciadores de turbo durante cada carrera.
Pero donde de verdad despunta este juego es en su conectividad, tanto on-line como con Game Cube. Y es que, por si no os habíais dado cuenta, F-Zero AX fue puesto en comercialización al mismo tiempo que F-Zero GX.
La conectividad on-line no es directa, ya que el juego no dispone de conexión a internet. Sin embargo, junto a la máquina, se pusieron a la venta las F-Zero Licensed Card. Un tipo de tarjetas muy habituales en Japón y que hacen las veces de tarjeta de memoria. Al introducir la tarjeta en la ranura correspondiente se cargan nuestros puntos, status generales y demás datos que están vinculados a nuestro nombre. Además de esto, a través de dicha tarjeta obtenemos el código para introducir en internet y poder registrar nuestros avances en un ranking mundial, bueno, más bien japonés. El servicio on-line de F-Zero AX jamás traspasó las fronteras niponas.
La conectividad con Game Cube es la verdaderamente interesante. Además de la correspondiente ranura para las tarjetas de la recreativa, también la hay para poder introducir las tarjetas de memoria de la consola cúbica de Nintendo. Y es que F-Zero AX y F-Zero GX, en el fondo y salvando las distancias, fueron dos juegos que fueron pensados para disfrutar de ambos de una manera interconectada. O dicho de otro modo, son (casi) el mismo juego. Gracias a esta posibilidad, podremos usar nuestros datos de GX en AX, pudiendo correr en el arcade con cualquiera de las naves, personalizadas incluidas, que tengamos en el garaje de la versión de Game Cube. Ciertos logros que consigamos jugando a la recreativa también podremos guardarlos en la tarjeta de memoria para poder hacer uso de ellos en nuestra consola. Por un lado, podremos descargar a la tarjeta de memoria la nave que usemos en la recreativa. Tanto si es una de las naves estándar, que se descargará directamente, como si es una nave personalizada, aunque en este caso se descargarán en la tarjeta las piezas de la nave (imposibles de conseguir en la versión GX) para poder usarlas una vez estemos en casa.
Para que veáis lo verdaderamente iguales que eran ambos juegos se descubrió, tras tiempo de estar ambas versiones en el mercado, que el propio F-Zero AX estaba incluido dentro del F-Zero GX de Game Cube. Esto sí que es un 2×1 y no los del “carreful”.