Todos conocemos a Pac-Man, desde los que ya peinamos canas hasta los que todavía no habéis alcanzado la edad del pavo. Como para no conocerlo, es sin duda uno de los grandes iconos de lo videojuegos, el famoso “comecocos”.
El éxito de Pac-Man es innegable, sobre todo en su origen, allá por el ya lejano 1980. Tal fue el éxito que incluso a día de hoy mantiene el Record Guiness de arcade más exitoso, título que le arrebató en su día a Space Invaders.
Ya han pasado más de 30 años desde que Namco crease a Pac-Man y lo pudiésemos disfrutar, muchas cosas han pasado desde entonces.
Hagamos un poco de retrospectiva. El éxito del juego está en la sencillez y desenfado de su jugabilidad y planteamiento, abandonando la “violencia” de la mayoría de juegos de la época. Básicamente porque supuso un soplo de aire fresco en los salones recreativos. Comer puntos pequeños, puntos grandes, frutas y fantasmas, a través de una serie de laberintos. La simplicidad al poder, pero no la sencillez. Quien más o quien menos, todos hemos jugado a Pac-Man o a alguna “versión inspirada” en la franquicia, y creo que nadie se atreverá a afirmar que es un juego fácil.
Por cierto, hablando de “versiones inspiradas” en Pac-Man, ¿sabéis que Ms. Pac-Man nació siendo una secuela piratilla del original? Pues asé es. Entre Midway (distribuidor del original) y GCC diseñaron este juego que tuvieron que terminar vendiendo a Namco por razones obvias. El éxito de este juego, siendo que era prácticamente idéntico al original, también fue bastante importante, y seguramente por eso Namco se interesó en proteger su propiedad intelectual.
A lo largo de la historia de Pac-Man, ha habido muchos altibajos, incluso me atrevería a afirmar que más bajos que altis (chistaaaco). En muchos aspectos, sobre todo en versiones domésticas, se demostró que Pac-Man fue un juego de su época, y que el paso de los años no le sienta nada bien. No porque no se hiciesen bien las cosas, si no porque con cada novedad (algunas muy aberrantes) daba la sensación de que no estábamos ante un verdadero Pac-Man, como si no fuese lógico o natural lo que teníamos ante nuestros ojos.
Pero Namco parece decidido a devolver a Pac-Man al Olimpo de los dioses del videojuego. Desde hace ya bastante tiempo, está publicado nuevas recreativas basadas en nuestro comecocos favorito.
Pac-Man Smash puede que sea la más rara de todas ellas ya que en realidad no deja de ser una máquina de ice hockey. La gracia del juego está en que está diseñada para cuatro jugadores y en lugar de jugar disco a disco, nos saldrán decenas de discos a la vez, incrementándose bastante la dificultad del juego.
Pac-Man Ticket Mania es la más conservadora de todas estas nuevas recreativas. El diseño de la cabina está inspirado en el de la original y su principal novedad es que la máquina nos va dando tickets según superemos ciertos logros. A ver, que tampoco son logros en sí, pero del mismo modo que las frutas se traducen en más o menos puntos dependiendo de su tipo, también nos darán más o menos tickets.
Pac-Man Battle Royale que junto a su edición DX son las más novedosas de todas sin abandonar la estructura original del juego. Las diferencias entre ambas ediciones son sólo físicas.
Pac-Man Battle Royale se distribuye horizontalmente (también pantalla) con cuatro controladores en cada esquina. La versión Pac-Man Battle Royale DX es totalmente distinta. La pantalla está situada frente a los jugadores (como toda la vida) y consta de cuatro módulos de controladores independientes.
La novedad de ambos juegos (por que sin tener en cuenta las cabinas, son idénticos) es muy sutil pero espectacular. La jugabilidad en sí, es la misma, comer puntos pequeños y grandes, frutas y fantasmas, pero hay más. Resulta que podemos jugar hasta cuatro jugadores al mismo tiempo. ¿Cómo interactuamos con los otros jugadores pues? Muy fácil, canibalismo. Sólo el último Pac-Man que quede en pie será el ganador, y si el resto de Pac-Man no han perecido ante los fantasmas, tendremos que comérnoslos también.
Una pequeña vuelta de tuerca muy original y que sobre todo se agradece que esté enfocada al multijugador, lo cual, siempre asegura que los piques alarguen la vida útil del juego.
Ya sabéis culpables, si alguien os ha de comer el coco, que sea Pac-Man.