Bit’em Up (XXIV): Dark Escape 4D

Gracias a la tecnología estamos más que acostumbrados a poder jugar en nuestras videoconsolas cualquier videojuego de las salas arcade sin que ello suponga un sacrificio en jugabilidad o gráficos. No podemos negar que este es uno de los factores que vacío nuestras salas recreativas. Pero a pesar de este detalle, sigue habiendo arcades que los hacen únicos e incapaces de trasladarse a los salones de nuestra casa.

Y ese es el caso de Dark Escape 4D, creación de Namco Bandai e imposible de trasladar a nuestras consolas, ni siquiera a las próximas de la next-gen.

Haciendo un resumen muy resumido, Dark Escape 4D es un shooter sobre raíles ambientado en un mundo de zombies. ¿Nada nuevo? ¿Quién ha dicho eso? No seáis ansias que ahora os explico por qué es distinto a otros juegos.

Este juego no está pensado para matar zombies, al menos, no de la típica manera. Nuestra misión principal no es la de ir matando a todo bicho que se nos ponga por delante a lo loco. Bueno sí, pero con matices. El juego está diseñado para pasar miedo. Para sentir miedo. Para sufrirlo de verdad.
Durante el juego, el sistema medirá nuestro ritmo cardíaco y nuestros sustos. Y es que, los asideros del cañón-pistola que usaremos para derrotar a nuestros enemigos tiene unos sensores que medirán cuanto miedito hemos pasado jugando.
Para conseguir ese efecto de miedo, el juego posee una ambientación muy oscura y claustrofóbica. Oscuridad, pequeñas fuentes de luz, zombies y monstruos que nos atacarán por sorpresa y muchas más argucias argumentales ayudarán a que superemos algún récord en el sustómetro.
La pantalla de alta definición con tecnología 3D ayudará bastante a que los ataques enemigos sean más realistas, y sobre todo, que nos asusten mucho más. Por supuesto, deberemos ayudarnos de unas gafas 3D para poder jugar y poder conseguir el grado de inmersión necesario para pasar auténtico terror.
Pero hay mucho más. Los dos asientos del juego tiene la capacidad de vibración, la cual está perfectamente sincronizada con todo lo que ocurre en pantalla. El sonido también ayuda mucho a meternos en ambiente ya que para cada uno de los jugadores hay instalado un sistema de altavoces 7.1. Por si no fuese suficientemente agobiante ver poco, imagínate que además de ver poco no haces más que oír monstruitos a tu espalda.

Y por último, el aire. Sí, sí, el aire. La cabina del juego, que al cerrarse también ayuda al efecto estoy sólo frente al peligro y me voy a hacer caquita como si no hubiese mañana, tiene instalado un sistema de ventilación bastante particular. Contaremos con dos focos de aire para cada jugador.
El frontal disparará rápidas ráfagas de aire cuando se abalance sobre nosotros un enemigo. Pero tened en cuenta que puede ser que la ráfaga de aire nos llegue antes de que veamos al enemigo en pantalla, todo dependerá de la luz y condiciones de la estancia donde estemos.
El foco trasero tiene varias intensidades. La ráfaga rápida igual que el frontal, y que nos avisará que algún enemigo nos viene por la espalda con ganas de hacer pocos amigos. Y la otra intensidad, más suave, servirá para avisarnos de que algo se acerca poco a poco, a modo de susurro o escalofrío. Imaginaos que estáis atentos a la pantalla porque hay poca luz y que de repente se activa ese chorrillo de aire, no lo reconoceréis, pero seguro que a más de uno se os iba a escapar un “¡Ay, mamá!”, conste que yo el primero.

Y de aquí es donde sale el sobrenombre de 4D del juego. Las tres primeras D por el uso de la tecnología 3D, y la última D por el uso de ambientación, luces, sonido, aire y demás para hacernos sentir parte de la aventura y no un mero jugador.

La excusa que nos da Namco Bandai para ponernos a matar zombies, monstruos y demás bichejos es la de que un señor muy loco y muy chungo nos ha encerrado y nos propone el reto de escapar. No llega a ser idéntica, pero esta premisa recuerda bastante a la de la saga de películas Saw. Incluso las armas que nos encontraremos durante el juego se supone que han sido dejadas por ese mismo loco.
Al principio dispondremos de cuatro escenarios que podremos superar en el orden que queramos. Cada uno de ellos tiene una ambientación propia y están relacionados con alguna fobia o miedo en concreto. En la Prisión haremos frente a la Necrofobia o miedo a los muertos, en la Cámara de la Muerte nos enfrentaremos a la Acluofobia o miedo a lo oscuro (que no a la oscuridad), en la Cabaña deberemos superar la Agorafobia o miedo a los espacios abiertos y en el Laboratorio deberemos luchar contra la Entomofobia o miedo a los insectos.
Tras superar estos cuatro escenarios desbloquearemos el quinto y último enfrentamiento a nuestros miedos. Para saber de qué va hay que superar el resto de pantallas ya que durante el juego no se nos da ninguna pista al respecto.

Como podéis ver, la gente de Namco Bandai no se han quedado cortos a la hora de echarle imaginación en el desarrollo de este juego. Nunca fue tan divertido pasar miedo.