Buenos domingos, culpables. Como siempre, puntuales a la cita dominical os traemos un nuevo Bitback que, en esta ocasión, es de Sonic the Hedgehog, un juego mundialmente conocido por todos. Esta semana tenemos como invitado especial a Sonic, el erizo, the hedgehog (a base de escribirlo me lo he aprendido bien), en el primer juego en el que hizo incursión en la portátil de SEGA y la consola de 8 bits de sobremesa, Game Gear y Master System, respectivamente, aunque hay diferencias entre ambos juegos, pero bueno, pongámonos al lío.
Sonic the Hedgehog salió a la venta en 1991, un poco después de que el juego debutase en su hermana mayor, pero no fue desarrollado por el Sonic Team, propiamente dicho, ya que éste se dedicó al de Mega Drive. Precisamente por ello, aunque las similitudes son enormes, también hay muchas diferencias interesantes en el juego.
La trama es básicamente la misma que ya conocemos. Sonic, un erizo azul que campaba por el bosque, se encuentra en South Island una base de un malévolo doctor Ivo Robotnik (alias Eggman), que está convirtiendo en robots a los animales (flikys) de la isla. Y, cómo no, nuestro héroe particular deberá de impedirlo a base de saltos y cabriolas varias.
El juego tiene una jugabilidad MUY simple: correr y saltar a través de las 6 zonas (de 3 actos cada una, por lo general) que componen el juego, recolectando anillos e items para llegar al final. Mientras tengamos anillos no moriremos, pero si nos golpea algún enemigo o tropezamos con alguna trampa, los perederemos todos y entonces sí que corremos el riesgo de morir.
El juego es muy plataformero, de hecho, prácticamente junto con Sonic the Hedgehog 2 de 8 bits, es el que más se centra en las plataformas y menos en la velocidad. La evolución del erizo a lo largo de sus entregas por parte del Sonic Team ha hecho que esto se vaya perdiendo poco a poco y es una triste pena.
Sonic the hedgehog tiene cosas tan inusuales como ser el único juego donde una fase tiene un scroll automático, es decir, debemos avanzar al ritmo que nos impone la fase. Se trata de Bridge Zone, que es exclusiva de esta entrega. Igualmente, en Jungle Zone tendremos también una zona de scroll exclusivamente vertical, cosa que no aparece en ningún otro juego de la saga. Y además hay un MAPA, culpables, un mapa. Esto mola, sin duda, porque al menos sabemos por dónde vamos.
Pese a ser un eterno olvidado por SEGA, esta primera entrega en 8 bits recoge muchos elementos que luego saldrían a la luz en los hermanos mayores. Por ejemplo, el jefe de Chemical Plant Zone (Sonic 2 de Mega Drive) es el mismo jefe que hay en Bridge Zone, e incluso, de Labirinth Zone del de Game Gear.
Además, es el primer Sonic donde Eggman tiene una base aérea, retomado, cómo no, en Sonic CD y Sonic 2 de Mega Drive. Y de esta misma zona se sacó también la idea para el entramado eléctrico de Wacky Workbench.
En cuanto al tema técnico, hay que reconocer que, incluso siendo el primero de los juegos de Sonic en Game Gear tiene unos gráficos y un colorido que sobresalen muchísimo. No podemos olvidar que hablamos de 1991, y de una portátil a color (o la sobremesa de 8 bits). Saca el máximo partido a la consola aunque, a veces, tenía algún que otro pequeño ralentizamiento.
Y, cómo no, la banda sonora es sublime no, lo siguiente. Cómo una consola de 8 bits puede reproducir joyas como los temas de Scrap Brain Zone o Jungle Zone. Incluso la versión de Green Hill es un muy buen calco de la de 16 bits.
Y, al igual que antes con el rescate de algunos conceptos para juegos posteriores, la música de las entregas de 8 bits ha sido reutilizada muchas veces para temas de otros juegos, como puede ser, por ejemplo, el tema que suena en los créditos finales fue retomado un poco más tarde para hacer la base de Mazuri Sabannah Citadel, en su versión de día (Sonic Unleashed).
Y otro de los temas que se reutilizaron fue el de Bridge Zone. Éste ya fue usado para algo más importantillo, para el tema de Tails Miles Prower en Sonic Adventure, Believe in myself. Eso sí, aquí está solo la base, por lo que tendrás que prestarle más atención para pillarlo bien, pero es.
El juego, por simple que parezca, tiene dos finales distintos. Sí, sí, no me miréis con esa cara. Sé que tampoco es un final MUY distinto, pero oye, lo son. Si conseguimos las, por aquel entonces, solo 6 esmeraldas del caos que, a diferencia del de Mega Drive, se encuentran escondidas por el mapeado del juego (y no veas para encontrar la de Sky Base Zone… hijos de…), el final del juego contará con la isla completamente descontaminada, sin humos y sin productos nocivos del doctor Eggman.
Eso sí, aunque el juego fuese el mismo título para Game Gear y Master System, había diferencias entre ambos. Por ejemplo, el juego de Game Gear tenía una paleta de colores mucho más rica, y se nota, aunque se relentizaba un poco. La fase de Labirinth Zone es radicalmente distinta en las dos versiones, aunque los sprites utilizados son exactamente los mismos. Otra es que era más fácil pasarse el 2º acto de Jungle Zone en Game Gear (la que os comenté que era de scroll vertical, similar al actual Sonic Jump) ya que, si te caías no morías, solo bajabas. En Master System, os aseguro que era un suplicio si calculabas mal.
En conclusión, que no entiendo por qué SEGA deja tan de lado a este juego en particular y los de 8 bits en general, ya que es una verdadera joya jugable. Apenas ha salido en algún recopilatorio y, en Sonic Generations, ni si quiera le hicieron una mínima mención.
Si no lo has jugado y te gusta Sonic, no dudes en hacerlo, ya que te sorprenderá. Buenos gráficos, buena jugabilidad, plataformeo a tope, secretos, una gran banda sonora y, cómo no, un erizo azul.