Ridge Racer es uno de esos juegos que por mucho que haya evolucionado (la saga) a lo largo del tiempo, no podemos de dejar relacionarlo con aquella época inicial de PlayStation. Y no sólo con eso, si no que Ridge Racer, es sinónimo de velocidad.
El juego supuso un soplo de aire fresco para el género de la conducción. Principalmente, gracias a sus gráfico tridimensionales. Hasta entonces, no se había visto nada parecido. El apartado gráfico no fue una víctima de la moda tridimensional de la época, si no que exprimía espectacularmente a la recién llegada PlayStation. Unos vehículos perfectamente detallados, capaces de correr a 200 km/h en unos espectaculares circuitos llenos de vida. De hecho, en el circuito principal del juego (presente prácticamente durante toda la saga), está ambientado en Ridge City, y en él nos encontraremos tanto tramos urbanos, como el puerto, la playa, o puentes que atraviesan una pequeña cordillera junto a la ciudad. Y como he dicho antes, todo ello está representado con todo lujo de detalles. Casas, chiringuitos y palmeras en la zona de la playa; cascadas en la zona de “montaña”; y edificios de hormigón en los tramos más urbanos.
Puede que no todo el mundo llegue a apreciar la espectacularidad de estos gráficos, básicamente, porque si los comparamos con los actuales, dejan bastante que desear, pero es que estamos hablando de principios de los 90.
Puede que no se encendiese las luces de freno al frenar, o que tampoco se encendieran las de posición en zonas oscuras, o que los cristales de los coches fuesen totalmente opacos… pero si sois de los que jugasteis a este juego en su día, reconoceréis que eran simplemente, sublimes.
Otro factor fundamental para el triunfo de este título, es sin duda, la jugabilidad. A diferencia de hoy en día, en el que priman los super-simuladores de conducción, Ridge Racer es un arcade puro y duro. Surrealista, pero sin complejos. En primer lugar, los vehículos seleccionables, no están licenciados de ningún modo, de hecho, sólo alguno de ellos está claramente basado en coches reales, pero la mayoría fueron sacados de las cabezas pensantes de NAMCO. Eso sí, todos ellos, son vehículos deportivos.
Dentro de las dinámicas más realistas que nos podemos encontrar durante el juego, me gustaría señalar la inclinación del vehículo. Puede que sea una tontería, pero esa dinámica estaba muy bien integrada tanto gráfica, como jugablemente. Con la inclinación, me refiero a que al girar el vehículo, este, “echa el peso” hacia el lado que se está girando. Lo dicho, puede parecer una tontería, pero si tenéis oportunidad, prestad atención.
Respecto de la jugabilidad, cabe mencionar que en realidad, eran dos. Desde el principio, según qué coche eligieses para correr, la jugabilidad era distinta. No sólo porque cada coche tuviese distintas características “mecánicas” (velocidad máxima, aceleración, etc.), si no porque se añade la característica GRIP (agarre, en inglés). Cuanto más GRIP tenga el coche que seleccionemos, la jugabilidad se centrará en el “Agarre”, pero cuanto menos GRIP tenga, se centrará en el “Derrape”.
Personalmente, para no iniciados, la mejor opción es la conducción “Agarre”, puesto que es más sencilla, sobre todo al comienzo, y teniendo en cuenta que el resto de vehículos en carrera, no nos van a dar ninguna tregua.
Eso sí, la magia de la conducción “Derrape” reside en su endiablada dificultad. Tipo de conducción, por otro lado, que se ha convertido en el estandarte de la saga. ¿O acaso alguien concibe un Ridge Racer sin derrapes? Si habéis jugado a alguno de los últimos títulos pensaréis que tal vez exagero con la dificultad de la conducción “Derrape”. Cierto que en los últimos juegos, basta con pillarle el tranquillo, pero ¡oh, amigos! en ese primer Ridge Racer, no había tranquillo que valiese. O dominabas los derrapes, o ellos te dominaban a ti. Eso sí, cuando conseguías hacerte con el control de un coche entre subviraje y sobreviraje, no habrá circuito que se te resista. Y entonces, sí que podrás considerarte como un corredor en la cresta (¡ejem! perdón por el chiste…).
Para terminar, me gustaría hablar sobre la BSO del juego, basada en acordes electrónicos que acompañan perfectamente durante las carreras. Hay temas míticos, pero sin duda alguna, todos ellos, se pueden considerar, música para conducir. Y como curiosidad, el CD de la versión de PlayStation del juego, podía introducirse en un reproductor de música, el cual, lo reconocía como un Audio CD, y se podía disfrutar de la BSO del juego, cómodamente en el salón de tu casa.
Y ya sí que sí, para terminar, con el juego Ridge Racer Type 4, se incluía una remasterización del Ridge Racer original, denominada como Ridge Race Hi-Spec Demo. De opciones (sobre todo, en coches y circuitos), estaba muy limitada respecto del original (por aquello de ser una demo). La característica principal de esta demo es que el juego corría a 50fps (frente a los 25fps del original), y los gráficos habían sido suavizados, dándoles un mejor acabado, tanto a coches, como a circuitos.