Una vez que os adentréis en la espesa jungla, ya no habrá vuelta atrás. Pero no os preocupéis, sois Pitfall Harry, el mayor aventurero y cazatesoros de la historia.
Y con este sencillo pretexto, nos adentraremos en la selva más pixelada que jamás podáis imaginar. Sencillo, pero a pesar de ello, Pitfall! fue todo un referente en su época (año 1982).
Al empezar la partida nos encontramos con un plataformas, que por sus gráficos que simulan una jungla, tiene aires de aventura. Los gráficos del juego llegaban hasta donde daba la 2600 de Atari, es decir, píxeles como puños. Quien haya jugado alguna vez de crío a la Atari, sabrá de lo que hablo. Y desde luego, tener la oportunidad de volver a jugar a este juego, es toda una experiencia melancólica.
Así pues, tanto el protagonista, como los enemigos/obstáculos y los escenarios, están diseñados de una manera muy simple. Aunque, como solía pasar con juegos de esa época, a pesar de su simplismo, queda claro qué representan exactamente.
La jugabilidad no podría ser más sencilla, movernos de izquierda a derecha, saltar, y poco más. Hay que recordar que los mandos de Atari tenían únicamente un joystick y un botón de acción. El juego presumía de disponer de 255 pantallas diferentes, y en el fondo no mentían, pero esta afirmación tiene truco. El juego, a pesar de tener una jugabilidad de plataformas, no tenía scroll, cada escenario era estático. Para avanzar, cuando llegábamos al final del escenario, en su parte derecha, aparecíamos al principio del siguiente escenario, en su parte izquierda.
Lo que sí que es cierto es que entre esos 255 escenarios, no hay dos iguales. En ellos, tendremos que enfrentarnos a distintos peligros. Lagos con cocodrilos antropófagos, o sin ellos, abismo que hemos de salvar con ayuda de una liana, escorpiones, troncos rodantes…
Y por supuesto, qué sería de una jungla sin tesoros. Como no, en varios de los escenarios que recorreremos nos encontraremos distintos tipos de objetos que enriquecerán nuestra contador de puntos/vida. Así es, en el juego, empezamos con 2000 puntos, los cuales se nos restarán cada vez que, por ejemplo, nos arrolle un tronco. Ya que hay otras cosas que directamente nos quita una vida, como caer en un cocodrilo con la boca abierta, que nos pique un escorpión, o caer por un abismo.
E igualmente, cada vez que consigamos un tesoro, este, nos sumará puntos. Haciendo que recuperemos también un poco de vida.
Quiero suponer que no muchos de los que lean esto habrán jugado a este juego. Pero sea como sea, tenéis que jugar a este juego, aunque sea una vez. Pasa como la historia, cómo podemos ser conscientes de lo que nos suponen los juegos actuales si no sabemos como eran hacer 30 años.