BitBack: Kirby’s Adventure

Con el permiso de Mario y demás personajes míticos de la Gran N, Kirby es sin duda uno de los personajes más entrañables, no sólo de Nintendo si no de los videojuegos en general. Conocido principalmente por su habilidad de absorber todo enemigo que se le ponga por delante.

Desarrollado por Hal Laboratory (second party de Nintendo), este orondo y glotón héroe se enfrentará contra los secuaces del Rey Dedede, archienemigo de Kirby. Aunque cabe destacar que este pingüino malintencionado no es el típico villano malvado. Lo que de verdad le mueve a hacer cosas malas sería más bien fastidiar al propio Kirby.
Este tipo de relación entre héroe y antihéroe hace que se acentúe la esencia infantil del juego. Algo típico en los juegos de la casa, pero mucho más notable y patente en la saga de la bola rosa.

Para hacer frente a los enemigos que se nos pongan por delante, contaremos con un poder principal que nos brindará distintas posibilidades de juego. Este poder es el que he comentado al principio del texto, la capacidad de absorber. Casi todo enemigo que se nos ponga por delante podrá ser absorbido. Con esta acción, podremos llevar a cabo otras dos distintas, la más básica es la de escupir el enemigo y así derrotar a otros enemigos. O también, podemos absorber el poder especial del enemigo absorbido, siempre y cuando disponga de uno, ya que no todos los enemigos tienen habilidades especiales.
El poder que hayamos absorbido se nos mostrará en el panel inferior de la pantalla y dependiendo de cada uno, podremos realizar distintas acciones con un sólo botón. Podremos ir armados con una espada o un paragüas (aunque estos dos poderes son muy similares, con el paragüas también podemos defendernos), escupir una lengua de fuego, armarnos con espinas que destruirán todo lo que nos toque (ciertos bloques incluídos), convertirnos en un tornado que destruye todo a su paso (excepto bloques), congelar a los enemigos… y entre muchos otros, hay ciertos poderes que sólo podrán ser usados una única vez, normalmente suelen ser bastante poderosos, como ejemplo son los ataques en los que podemos explotar como si fuésemos una bomba y otro en el que Kirby rebota por toda la pantalla a una velocidad ultrasónica, destruyendo todo a su paso.

Además de este tipo de habilidades, también podremos absorber aire, hinchando de ese modo nuestro cuerpo y permitiéndonos flotar indefinidamente. Incluso podemos expulsar el aire absorbido y utilizarlo para eliminar enemigos o ciertos bloques.
Todo esto, os recuerdo, con los escasos dos botones de acción de los que disponía la NES. Además de todo esto, también podíamos llevar a cabo una patada a ras de suelo, a modo de segada futbolística. Única manera de destruir ciertos bloques que no pueden ser destruidos de otro modo.

El desarrollo del juego es algo distinto a lo que venían siendo los juegos plataformeros de la época. Además de las distintas habilidades de las que podemos hacer gala, Kirby dispone de una barra de energía en cada vida, aunque según qué ataques recibamos (según que explosiones o caídas al vacío) podemos perder todos los puntos de vida de un sólo golpe.
El típico mapa de otros juegos similares como los de la saga Super Mario Bros. también difiere un poco, ya que se nos mostrará como una sucesión de puertas con las que acceder a cada pantalla, mundo, fase de bonus…

Como curiosidad, este juego es el segundo de Kirby, el primero fue Kirby’s Dream Land de Game Boy, y aunque exprimía al máximo la potencia técnica de NES, es un juego que pasó por nuestras manos con más pena que gloria. Tanto aprovechaba la potencia que fue el único juego que se publicó bajo formato de cartucho de 6 megabits, para que os hagáis una idea, Super Mario Bros. y Super Mario Bros. 3 iban en cartuchos de 320 kilobits y 3 megabits respectivamente.

A pesar de la simpleza de los gráficos, por su esencia infantil, se notaba en todo momento un gran acabado técnico y gráfico. El aspecto sonoro del juego estaba bastante por encima de la media de la consola. Los movimientos de Kirby y de los enemigos están perfectamente detallados con total naturalidad. A pesar de que la paleta de colores no es muy variada sí que está muy bien aprovechada para que el juego no sea repetitivo. En pantalla puede haber una cantidad más que considerable de enemigos sin que se resienta el rendimiento de la consola. Y una de las características más importantes, disponíamos de la opción de guardado, algo casi inexistente en los juegos de NES. No me atrevo a decir que fuera el único que lo permitiese, pero sí que era de los pocos.

Entonces, con todo esto, ¿por qué no logró triunfar? ¿Por su duración? Vale que no es que fuese muy largo, pero si nos entreteníamos en conseguir todos los bonus y pantallas secretas, conseguíamos alargar considerablemente la vida útil de la aventura de Kirby. ¿Entonces? Muy sencillo, a pesar de todas sus virtudes fue publicado cuando ya estaban en el mercado las consolas de 16 bits y las de 8 bits estaban en un claro declive.
A pesar de esto, es uno de los indispensables en la 8 bits de Nintendo.