Cuando ya casi podíamos tocarlo con la puntita de…los dedos, nos han echado un jarro de agua fría en toda la cara. Bioshock Infinite, la tercera parte de la saga, se va a febrero de 2013 en lugar de salir este octubre, como estaba planeado.
Para más inri el título no estará presente en la feria E3, así que si eres fan acérrimo de la saga, lo único que te quedan son las efímeras palabras del jefe Kevin Levine, que ha dicho lo siguiente:
Cuando anunciamos la fecha de salida de Bioshock Infinite, allá por marzo, pensabamos que teníamos tiempo de sobra. Desde entonces, hemos descubierto oportunidades para hacer Infinite algo todavía más extraordinario. Por lo tanto, con el motivo de dar a nuestro talentoso equipo el tiempo necesario para entregar el mejor Infinite posible, hemos decidido mover la salida del juego a febrero.
No sé muy bien qué pensar de este retraso tan súbito, máxime cuando ya habían empezado a bombardearnos con todo tipo de teasers y videos de enemigos, y parecía que ya estaban cogiendo la carrerilla «marketing» previa al lanzamiento en octubre. Cruzad los dedos y repetid conmigo veinte veces: Bioshock Infinite merecerá la pena.
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