Las cosas de palacio van despacio, y en Big Little Lies más. La miniserie de HBO sigue manteniendo la intriga, aunque a un ritmo desesperadamente lento.
Big Little Lies sigue sin prisa pero sin pausa. Una semana más, la trama avanza de forma muy leeeeenta, y nos plantamos ya en el cuarto episodio con muchas dudas sin resolver. Y pocas respuestas, claro…
En «Push Comes to Shove”, cuarto capítulo de la miniserie de HBO, conocemos más sobre el pasado del padre de Ziggy y entendemos un poco más el comportamiento del crío y las secuelas que le produce crecer con un padre en paradero desconocido. Esta es la trama que más avanza, porque el resto están estancadas no, lo siguiente. ¡Y solo quedan tres capítulos!
La complicada vida de Ziggy
Ziggy Stardust, digooo, Chapman, es un niño con una vida bastante complicada. No tiene padre, y en el anterior episodio descubrimos el siniestro por qué. En este capítulo sabremos qué siente al respecto, y cómo afecta esta ausencia a su vida diaria. La verdad es que estoy totalmente enamorada de la actuación de Iain Armitage, y me da mucha penita cuando lo veo pasarlo mal.
Poco a poco vamos descubriendo la difícil relación entre Ziggy y su madre Jane, marcada por las recurrentes preguntas de este acerca de su desaparecido padre. Puede que el niño tenga algunas carencias, pero Jane tampoco está del todo estable. Esas visiones que tiene disparando a figuras que solo puede ver ella, su obsesión con el pasado, sus paranoias constantes…
Esta actitud va a traer cola, y de momento la serie nos va marcando que el personaje genialmente interpretado por Shailene Woodley tiene todas la papeletas para protagonizar el asesinato que abre (y supongo que cerrará) la trama de Big Little Lies. O eso nos quieren hacer creer, claro.
La lucha por el poder
Las otras dos protagonistas no han hecho nada notable en este episodio, más allá de seguir enfrentándose a sus problemas más urgentes. Madeline sigue luchando por llevar a cabo su obra de teatro, acudiendo junto a Celeste al ayuntamiento para poner las cartas sobre la mesa. Estando Renata en el lado opuesto, me da que esta lucha solo acaba de empezar. ¿Llevará su rivalidad al asesinato de alguna de ellas? Miedito me da.
Celeste, por su parte, sigue erre con erre con la relación enfermiza con su marido. Cuando parece que las cosan van mejor, vuelven a torcerse por el maltrato que ejerce él sobre ella. Estos son otros potenciales protagonistas del asesinato final, pero seguimos sin pistas suficientes para saber quiénes serán tanto la víctima con el asesino…
Desesperadamente lenta
Al principio defendí la lentitud de Big Little Lies, indicando que no me parecía un fallo que tuviese un ritmo tan calmado y centrado en los detalles. Pero ya llevamos cuatro episodios y la cosa no avanza. Tan solo quedan tres, y necesitamos que las cosas vayan un poco más rápidas.
Está claro que hasta el último momento no vamos a saber nada sobre el asesinato, pero es necesario introducir un poco de acción, algún giro inesperado, un final de capítulo sorprendente… para que la intriga siga latente. De momento no me han empezado a aburrir las vidas de estas mujeres ricas de Monterey, pero llegará un momento en el que, como sigan con este ritmo tan lineal, el interés va a comenzar a decaer. Y esto es un problema muy gordo en una serie que tan solo tiene siete capítulos.
De todas formas, las últimas revelaciones (como la identidad del padre de Ziggy) parece que van a traer un poco de “salseo” a las tramas. A ver si es verdad y la cosa se anima un poco, que sería una pena que se desaprovechase a este repartazo y a su intrigante argumento por no saber llevar un buen ritmo. La semana que viene entraremos en la recta final de los últimos tres episodios y podremos juzgar como están cerrándose los frentes abiertos.