Battlefleet Gothic: Armada ha entrado en fase beta y hemos podido echarle el guante durante una horas para traeros nuestras primeras impresiones. Para meternos en situación, este título es la adaptación al videojuego del veterano juego de mesa de batallas navales en el espacio del universo Warhammer 40.000. Como es normal, es un juego de estrategia en tiempo real en el que nos podremos enfrentar a otros jugadores en partidas de uno contra uno o de dos contra dos.
En esta beta cerrada sólo hemos podido probar dos de las cuatro armadas que el juego nos ofrece: la Imperial y la del Caos. La primera representa a la humanidad y su avanzada tecnología, mientras que la segunda está formada por los traidores que decidieron no seguir bajo el mando del imperio. Para el día del lanzamiento también estarán disponible los Orcos y los Eldar, mientas que los Space Marines llegarán vía DLC. Cada uno de estos ejércitos tiene sus propias ventajas y debilidades, para que podamos elegir la que más se ajuste a nuestra manera de jugar.
Como este periodo de pruebas se basa en el modo multijugador, es sobre el que os podré hablar, aunque Battlefleet Gothic: Armada también dispondrá de modo campaña y partidas rápidas para un jugador. En este modo online seremos el almirante al mando de la flota y, a medida que vayamos aumentando nuestro rango y notoriedad dentro del ejército, tendremos más naves disponibles para llevar a cabo las misiones. Desde «pequeñas» naves de reconocimiento o escolta a titánicos acorazados de casi 8 km de longitud.
Las partidas tienen varios objetivos como destruir todas las naves enemigas, destruir las defensas enemigas y cruzar el mapa, destruir una nave en concreto o recuperar la información de una de las naves. Excepto en la primera, en la que no hay más opción que sobrevivir, en las demás podremos ser el atacante o el defensor, necesitando una estrategia diferente según el rol adjudicado. Antes de cada batalla deberemos dar forma a nuestra flota y de ello dependerá en buena parte nuestro éxito en la misión.
Aunque también es muy importante la gestión de nuestros recursos, como las mejoras aplicables a las naves, la tripulación o las habilidades, el plato principal de Battlefleet Gothic: Armada son las propias batallas en si. Aquí es donde tendremos que demostrar nuestras capacidades como estratega y tomar las decisiones correctas para salir victorioso. Cada partida está limitada a veinte minutos de duración, pero raro sería llegar a agotar el tiempo. Por lo que he podido comprobar, los enfrentamientos no incluyen un gran número de naves y los escenarios son más bien reducidos, por lo que la lucha es más bien directa.
Eso sí, directa no significa rápida, porque el tamaño de las naves está perfectamente trasladado a la agilidad que muestran a la hora de moverse y orientarse. Más vale que tengas un planteamiento acertado a la hora de iniciar el combate, porque si no, cambiar la dinámica y el desenlace es muy complicado. Esto no es Star Wars ni estamos a los mandos del Halcón Milenario, aquí la maniobrabilidad de las naves es bastante justa y más vale ir avanzando poco a poco y planear bien los movimientos. Si tienes que rectificar, lo más probable es que ya hayas perdido la partida.
Y que sea directa tampoco significa que sea sencilla. Cada unidad tiene sus habilidades y características propias, además de las que le vayamos añadiendo a medida que sumemos experiencia y nuevos niveles. Las opciones en pantalla son muchas y serán necesarias un buen número de horas para dominar todas las situaciones y saber cual es la acción necesaria en cada momento. Pero esto es algo con lo que un aficionado al género no tendrá demasiados problemas.
Para terminar, es obligatorio mencionar los gráficos y el apartado sonoro. Del primero ya os podéis hacer una idea con las imágenes de más arriba. Espectaculares para tratarse de un juego de estrategia y totalmente fieles al estilo del juego de mesa en el que se basa. El estilo gótico de las naves es impresionante y la sensación de que son gigantescas está muy lograda. No es que sea indispensable para un juego de este tipo, pero se agradece la dedicación al detalle, aunque por ahora se haya visto poca variedad. Habrá que esperar a ver todos los ejércitos para valorar la inspiración de los creadores.
Y qué decir del sonido, la música es sencillamente perfecta para la ambientación y los efectos de sonido están bastante logrados y no se hacen pesados a pesar de ser más o menos igual todo el rato. El detalle de variar el volumen de los efectos según el enfoque de la cámara está muy bien. Lo que sí que parece un poco de relleno son los continuos gritos de la tripulación, no es que molesten, pero «pa’ lo que dicen», pues tampoco es que se les vaya a echar de menos si se callan.
En resumen, un juego más basado en el universo Warhammer 40.000, indispensable para los fans de la franquicia y muy interesante para los amantes de la estrategia en tiempo real. Las partidas son cortas, pero es un juego pausado en general, donde pesa más el planteamiento inicial que la batalla en si. Ofrece muchas opciones para dar forma a nuestra flota, para mejorarla y para adaptarla a nuestra manera de jugar. Gráficamente es espectacular y fiel al juego de tablero y la música me ha parecido perfecta. Habrá que echarle un ojo el día del lanzamiento, tanto por los ejércitos que se sumarán para elegir como por el modo campaña para un jugador.