Attack on Titan 2×03 avanza muy poco en la trama y nos sigue dando la sensación de que las cosas van a quedar a medio contar.
Que el primer capítulo sea solo de presentación y algo lento es normal. Que uno segundo cuente «poco» también. Pero que en un Attack on Titan 2×03 la tónica sea la misma, empieza a ponernos nerviosos. Sobre todo porque os recordamos que nada más que habrá 12 episodios en esta nueva tanda. Y hay muchas cosas que contar aún.
Vamos por partes. Sí que es cierto que poco a poco vamos descubriendo alguna que otra cosilla en la serie. Al menos, ya tenemos la idea en la cabeza de que, al no haber murallas rotas, hay titanes entre la población humana.
Es más, ver al titán mal formado que hay encima de la casa de Connie da mucho que pensar. ¿Se convierten sin saberlo? ¿Pierden el control? ¿No tienen ni idea de que son titanes? Y si es así, la pregunta que más nos interesa es la de ¿cuál es el desencadenante para esta transformación?
La que puede que gane más fuerzas es la del titán peludo que anda por ahí dando por saco. Es evidente que él tiene algo que ver con todo esto pero ¿hasta qué punto?
Todo esto es lo que se nos pasa por la cabeza cuando Connie llega a su aldea y ve lo que ha pasado. No hay cuerpos, no hay sangre, pero está todo destrozado. Y encima ese titán sobre la casa dándole la bienvenida. Todo muy tocapatatas y muy rayante también.
La gracia de todo esto es que esto ocurre antes de que salte el opening correspondiente del capítulo. A partir de aquí, nos centramos en los distintos grupos sin que ocurra nada… hasta el final.
Un final de infarto
Al igual que en el capítulo de la semana pasada, Attack on Titan 2×03 deja para el final el bombazo de la semana. Y no es solamente uno, sino que son varios.
Tras varios minutos en los que apenas pasa nada, al final del todo descubrimos dos grandes misterios. Uno de ellos es que los titantes ahora se pueden mover por la noche. ¿Por qué? Ni zorra, pero el titán peludo anda por ahí dando por saco.
El otro misterio, aún más impactante, es que hay alguien que está en el punto de mira del culto: Christa. Una chica que parece que no ha roto nunca un plato. De hecho, da la sensación de que Ymir, la que le protege, sabe mucho más que ella misma.
Así pues, nos encontramos ante unos 4 últimos minutos de infarto. Se descubre algo sobre Ymir y lo que esconde, y a la vez empieza un nuevo ataque. Todo esto mientras el titán misterioso trepa la muralla.
Demasiados misterios y ni una sola respuesta. Esto es lo que engancha de la serie, evidentemente. Este ritmo de preguntas y respuestas que se van sucediendo y que nos dejan con la miel en los labios. Pero sí que agradeceríamos que se diesen un poco más de prisa en contarlos.
A este ritmo nos da en la nariz que van a dejar muchas cosas en el tintero cuando llegue el capítulo 12.