Assassin’s Creed Unity llevará de vuelta la eterna guerra entre asesinos y templarios al viejo continente, tras dos entregas ambientadas en América, que además han coincidido con la época de mayores críticas a la franquicia, bien por falta de innovación, bien por falta de carisma tanto en ambientación como en sus respectivos protagonistas: Connor y Edward Kenway. Sin embargo no es este el mayor cambio que sufrirá la franquicia, sino su salida exclusiva en las nuevas consolas, PlayStation 4 y Xbox One, y PC.
Esto solo nos lleva a la misma conclusión que nos llevan este tipo de lanzamientos, es decir, no tendrá las limitaciones típicas que supone un título multigeneracional, al no aparecer en PlayStation 3 y Xbox 360, que se han convertido ambas en un lastre hoy por hoy. Estamos preparados para entrar en una época convulsa en la historia de Europa y preparados para volver a querer jugar un Assassin´s Creed, solo nos falta esperar unos pocos meses para descubrir un poco más, pero avancemos un poco de lo que está por llegar.
La Revolución Francesa comenzó en 1789, cuando tras la guerra contra los británicos, nuestros vecinos del norte tenían una deuda externa escandalosa, las pobres cosechas habían hecho disminuir el poder adquisitivo del pueblo, al que el poder avasallaba a impuestos y mientras tanto, el rey Luis XVI, y la burguesía en general, vivían en la opulencia, mirando con indiferencia hacia lo que se vivía en las calles. Bien, con una situación que guarda similitudes con lo que estamos viviendo ahora en nuestro país, los franceses salieron a la calle, pero no con pancartas ni a manifestarse, sino a hacer que corriera la sangre.
Todo comenzó con la Toma de La Bastilla, un objetivo importante ya que el pueblo sabía que ese 14 de julio de aquel mismo año, habría en aquella prisión más de 13.000 kilos de pólvora, que no vendrían nada mal a la hora de dar guerra al ejército francés. Justo ese momento es el que representa el espectacular tráiler CGI que hemos visto en este último E3. Eso sí, con cuatro invitados inesperados…
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En este panorama se desarrolla Assassin’s Creed Unity, una época que además nos devolverá a los personajes secundarios de prestigio, desaparecidos tras AC: La Hermandad (lo siento, George Washington me importa un comino). París no será el entorno más grande de la franquicia (seguramente ese honor le corresponda a Black Flag), pero sí el más detallado, a la altura de la nueva generación. Además, la «modernidad» de los edificios de la época debería permitir mayores posbilidades de interactuación con el entorno, lo que unido a la excepcional agilidad de Arno, el protagonista principal, prometen hacer del parkour una experiencia más fluída que nunca.
Por otra parte, se acabó pausar el juego para repasar los objetivos principales y secundarios, como misiones, coleccionables o atalayas, y es que con solo pulsar un botón se nos mostrará sobre el escenario, y en tiempo real, todos los puntos de interés, que ya sabemos que en un Assassin’s Creed no son precisamente pocos.
Otros aspectos que se han visto mejorados en lo que hemos podido observar han sido los interiores, no solo más detallados sino mayores en cantidad. Estos, que aparecieron por primera vez en Assassin’s Creed III aunque de forma un poco trivial, deben ser más aprovechados en Unity, con posibilidad no solo de atajar sino también de encontrarnos con objetivos, personajes u objetos importantes.
Si una cosa quedó clara en los gameplays mostrados por Ubisoft es que acabar con nuestros objetivos va a ser más difícil que nunca, lo cual es de agradecer teniendo en cuenta la habitual baja dificultad de que siempre ha hecho gala la franquicia. Para empezar, porque las calles de París están pobladas de civiles (nota para la nueva generación: se acabaron los peatones clónicos) y asesinar sin que nadie se entere no será tarea fácil, y además, porque nos enfrentamos al ejército más preparado de todos cuantos hemos visto en la saga.
Por fortuna, Arno será perfectamente capaz de hacer frente a ello, no solo por su tremenda agilidad, de la que ya hemos hablado, también por un arsenal que aumenta gracias a esa pequeña ballesta acoplada a la muñeca que hemos podido ver en el tráiler (denominada hoja fantasma), y a la que seguramente se unirán nuevas armas y gagdets, más las conocidas espadas, hoja oculta, bombas de humo… Todo esto no hace más que aumentar las posibilidades estratégicas a la hora de encarar un objetivo, que es algo que aunque siempre ha ido ofrecido, pocas veces ha sido aprovechado por el jugador.
Otro de los aspectos que más se echaba en falta en otras entregas era mayor profundidad en las mecánicas a la hora de pasar desapercibido, lo que parece haber sido resuelto gracias a la presencia de un botón contextual para utilizar coberturas al estilo Metal Gear, Gears of War o Uncharted, y que nos permitiría asesinar mientras estamos agazapados en una esquina u ocultos tras cualquier tipo de mobiliario interior. Pero si la cosa se pone fea y somos descubiertos, el sistema de combate ha ganado también en posibilidades, siendo algo más que un simple aporreo de botones. Esta vez habrá más movimientos como un barrido para desequilibrar al enemigo, golpes cuerpo a cuerpo, y esperemos que mayor fluidez cuando haya que cambiar de objetivo. La IA enemiga también debería dar un salto cualitativo en este sentido, y tratarse de enemigos que no se mantienen a la espera para atacar, sino que asesten golpes independientemente del movimiento que estemos ejecutando nosotros o sus compañeros.
Desde hace varias entregas se viene rumoreando con la inclusión de un modo de juego cooperativo para dos jugadores en determinadas misiones. Bien, pues Ubisoft se ha encargado de tapar las bocas que acusaban a la franquicia de falta de ambición e irán un paso más allá: toda la campaña se podrá jugar no en compañía de otro jugador, sino de otros tres. La cooperación, la sincronización entre los miembros del grupo será importantísima, lo que a pesar de que haya que tomarlo siempre como algo positivo, nos deja siempre esa pequeña pega de que si nos encontramos con un jugador que va a su aire, pueda estropear la experiencia, con lo cual, se hace casi indispensable disfrutarlo con amigos en los que confiar. De todas formas, insisto, esto solo se puede interpretar como un gran añadido a la historia.
En definitiva, Assassin’s Creed Unity no puede repesentar otra cosa que no sea el perfeccionamiento de una fórmula que aunque de éxito, empezaba a mostrar síntomas de fatiga. Tras una cuarta entrega un poco rara, en la que la ambientación nos dejó un poco fríos y que presentaba mucha importancia (tal vez demasiada) en las misiones a bordo de una nave de guerra, la franquicia vuelve a tierra firme (aunque haya que entrecomillar esto), aprovechando de verdad las posibilidades de las nuevas consolas, con gráficos a 1080p en todas sus versiones y entornos más grandes, más vivos y más interactuables. Esto es precisamente lo que demandamos a PlayStation 4 y Xbox One, no solo fotorrealismo.
Unámonos a la Revolución el 28 de octubre, que será cuando Assassin’s Creed Unity salga a la venta en PlayStation 4, Xbox One y PC.