Antes de poner punto y final definitivamente a su (demasiado) larga trayectoria en esta generación, la saga revelación de los últimos años Assassin’s Creed quiere que nos introduzcamos una vez más en el ya conocido Animus para conocer al abuelo de Ratonhnhaké:ton (Connor para los amigos, y protagonista de Assassin’s Creed III), un capitán pirata llamado Edward Kenway. En pleno siglo XVIII, Assassin’s Creed IV: Black Flag quiere hacernos surcar los mares del Caribe en busca de fortuna, aventuras, y si de paso le chafamos los planes de nuevo a los Templarios ¡mejor que mejor!
Ubisoft Montreal parece totalmente ajena a los claros ejemplos de “desgaste” que sufre su saga estrella. Tras su debut en la actual generación en el año 2007, la franquicia ha recibido tres entregas numeradas (la que nos ocupa es la cuarta) y varios spin off en diversas plataformas. A pesar del indiscutible éxito de todos estos lanzamientos, es en la tercera entrega cuando se disparan todas las alarmas de los fans: Assassin’s Creed empieza a tener claros signos de desgaste y una amarga sensación de “más de lo mismo”.
Con todo esto, no había más remedio que dar al menos un ligero “giro de tuerca” en la nueva entrega e intentar dotarla de novedades suficientes para corregir los errores del pasado, y así ha sido. Los amigos de Ubisoft han cogido lo mejor de la anterior entrega, las batallas navales, y han dado al juego una libertad de movimiento al más puro estilo “Sandbox” que tan de moda está en la actualidad.
Assassin’s Creed IV contará con más de 50 localizaciones distintas, entre ellas playas paradisíacas, densas junglas o urbes muy conocidas como La Habana.
Para desplazarnos por este inmenso mapeado, dispondremos del navío de Edward, llamado Jackdow. Este barco será nuestro centro de operaciones, y el que nos llevará en largas travesías hasta llegar a nuestro destino, con la posibilidad de ser atacados por el camino por enemigos piratas e incluso fauna marina, como tiburones.
La “simulación” de la vida pirata en alta mar está bastante conseguida (incluyendo las típicas canciones). Tendremos una tripulación (que irá evolucionando a base de “nuevos fichajes” que haremos en nuestros viajes) que veremos cómo trabaja (todo en tiempo real) para sacar adelante el barco. A la vez que nuestros hombres progresan, nuestras herramientas y armas también serán mejores, e iremos ganando reputación en el mar con nuestras hazañas.
El control del barco en las batallas ha evolucionado muchísimo respecto a la anterior entrega. Ahora podremos embestir contra otros barcos, desplegar nuestras unidades, controlar la puntería de nuestros cañones e incluso estudiar de lejos al navío enemigo antes de abordarlo para conocer sus puntos débiles.
Por desgracia, prácticamente todas las novedades de Assassin’s Creed IV acaban en el apartado anterior.
Una vez pisemos tierra, el control de nuestro personaje es idéntico a anteriores entregas. Usaremos el famoso parkour para ir desplazándonos por el mapeado de una manera ágil y rápida o por el contrario pasearemos sigilosos para no llamar la atención, subiremos “atalayas” para desbloquear nuevo mapeado, seguiremos aceptando encargos secundarios de desconocidos y libraremos combates con quien nos desafíe o cuando nos metamos en líos.
El sistema de combate apenas ha sufrido cambios perceptibles por el jugador. Parece que se han limado detalles para no perder fluided en los enfrentamientos, se ha añadido la posibilidad de coger cobertura mientras estamos colgados y la útil acción de poder usar enemigos como escudo humano. En lo que respecta al arsenal tendremos a nuestra disposición un mayor catálogo de cuchillas y ahora cogerán más importancia que nunca las armas de fuego. Pocos cambios para un sistema que pide a gritos desde la segunda entrega una “revisión” casi completa de su control.
Assassin’s Creed IV vuelve a probar suerte en lo que a juego en red se refiere, con un modo multijugador que pretende hacer que olvidemos lo “desastrosos” que han resultado sus anteriores intentos de entregas anteriores. Añade nuevos modos de juego y una personalización bastante más amplia de nuestro personaje, además de una comunidad bastante más amplia.
Se intenta hacer un acercamiento a un modo cooperativo, ofreciéndonos una serie de misiones que debemos realizar con ayuda de otro grupo de piratas, en las que sin cooperación con nuestros compañeros no podremos avanzar.
Por supuesto, los clásicos modos VS siguen vigentes en esta entrega, ahora con un toque más RPG con la adquisión de experiencia por batallas y la respectiva subida de nivel, que nos ayudará a desbloquear armas y características para personalizar a nuestro bucanero.
Assassin’s Creed IV es todo un portento gráfico. Explota los chips gráficos de los sistemas actuales hasta el infinito, lo que nos regala unos entornos coloridos y realistas, además de unas expresiones faciales y diseño general de personajes muy detallado (incluso en secundarios). Solo esperamos que no se vea afectado por los bajonazos de frames y ralentizaciones de las que sufrieron anteriores entregas de la franquicia.
Por desgracia, al ser un juego de plena transición entre generaciones de consola, la versión de PS4 Y Xbox One es prácticamente idéntica a la versión de las veteranas en lo que a gráficos se refiere. Las diferencias son simplemente de control (se usan características exclusivas de PS4 como la táctil del mando o Kinect en Xbox One) y en la exclusividad de PS4 de un prólogo en el que controlaremos a Aveline, la protagonista de Assassin’s Creed Liberation.
Assassin’s Creed IV es la última entrega de la que podremos disfrutar en las consolas actuales. Todas las novedades y mejoras que se han ido añadiendo en entregas anteriores están aquí, lo que hace de él más completo de toda la saga.
Ubisoft Montreal ha intentado innovar dando más libertad en el desarrollo y haciéndonos vivir una auténtica vida pirata. Sin embargo, los demás aspectos jugables del título han quedado prácticamente intactos, y si en su entrega anterior ya daba la sensación de estar jugando a lo mismo de siempre, esta riza aún más el rizo.
A pesar de todo, el juego es una obra de arte visualmente hablando, y el carisma de su protagonista y las ganas que todos tenemos de saber cómo sigue la trama después del INTENSO final de la entrega anterior, pueden hacernos olvidar un poco sus defectos.
Poco más se puede añadir sin aún tener el juego en nuestras manos para un análisis en profundidad sobre él. Confiemos en el buen hacer de Ubisoft Montreal y esperemos encontrarnos con, como ellos dicen, el Assassin’s Creed definitivo.
El juego saldrá a la venta para PS3 y Xbox 360 el 31 de octubre de este mismo año. Xbox One, PS4, Wii U y PC tendrán que esperar un poco más, concretamente al 21 de noviembre.
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