El mundo -o mejor dicho, Microsoft- nos ha enseñado The Last Case of Benedict Fox, un metroidvania con muchas referencias a Lovecraft y que tiene una pinta muy maja.
Ayer tuvo lugar la conferencia de Xbox y Bethesda orquestada por Microsoft. El sentimiento general es que hubo un ritmo muy dinámico, con muchos anuncios chulos y muchos videojuegos que saldrán de aquí a un año. Faltaron grandes bombazos, revelaciones o momentos que nos dejasen boquiabiertos. Sí, muy bien Starfield, muy oportuna la aparición de Kojima y un puñetazo en la mesa lo de Silksong. Pero… Me entendéis. El caso: uno de esos juegos pintones que se anunciaron fue The Last Case of Benedict Fox, uno que tiene una pinta muy apañada.
En The Last Case of Benedict Fox manejaremos al propio Benedict Fox en su último caso. La verdad que podéis llamarme Einstein si queréis. Como os decía: este juego es un metroidvania con muchas referencias a Lovecraft. El protagonista debe acudir a una mansión embrujada/encantada/hechizada y resolver un misterio, que no es otro que la muerte de su propio padre. Todo ello acompañado de una especie de demonio que tiene en su interior y que le ayuda en las situaciones más adversas.
Del videojuego hemos visto poquito a nivel jugable, pero lo que se ve, mola. El estilo visual es de lo más bonito, con mucho toque oscuro y mucho tinte tenebroso. Es muy impactante a nivel gráfico, la verdad sea dicha. A nivel puramente mecánico, pues tampoco hemos visto una cosa de locos: combate cuerpo a cuerpo, algunos enfrentamientos algo más difíciles, mecánicas de desplazamiento… Nada demasiado innovador, a mi juicio.
El videojuego aterrizará la próxima primavera en consolas de Xbox y PC. Consolas de generación actual, por cierto; nada de One. Id preparándoos, culpables, que Microsoft viene fuerte.