Armikrog es el nombre de la obra más reciente de Pencil Test Studios, un estudio californiano de desarrollo de videojuegos y animación. Pero a poco que le echéis un ojo al aspecto de Armikrog seguro que os evoca recuerdos a algunos de los más veteranos, puesto que esta aventura point & clic es la sucesora espiritual de The Neverhood.
[divider] El legado [/divider]
The Neverhood se convirtió en una famosa aventura gráfica a finales de los años 90, no solo por su enorme calidad sino principalmente por su aspecto gráfico. Creado, al igual que Armikrog, por Doug TenNapel, la aventura gozaba de un cuidado aspecto creado a partir de técnicas de claymotion -para los profanos el proceso consiste en unir stopmotion y animación con figuras de arcilla y materiales similares- y de un particular sentido del humor, todo ello aderezado con originales puzles y acertijos y una fantástica banda sonora.
A The Neverhood le siguió el también conocido SkullMonkeys, una secuela lanzada para PlayStation allá por 1998, aunque en esta ocasión se cambió la resolución de puzles con el puntero del ratón por las plataformas. Tanto SkullMonkeys como The Neverhood recibieron críticas muy positivas en su época que no fueron respaldadas en el número de ventas. Ambos se granjearon, eso sí, una importante legión de fans que no se ha olvidado de ellos desde finales del siglo pasado.
Y este es el motivo de que exista Armikrog. Aquellos fans de Klaymen y compañía no se lo pensaron dos veces cuando Doug TenNapel -creador de Earthworm Jim también, por cierto- juntó su nombre junto al de otros creadores de The Neverhood en una campaña de Kickstarter para lanzar Armikrog, el sucesor espiritual que haría las delicias de los antiguos fans. Los estudios más modestos ven una oportunidad en Kickstarter para crear obras -de nicho en algunos casos- allá donde las grandes editoras ven un género ya olvidado o inversiones no rentables. Ese ha sido el caso de Armikrog y Pencil Test Studios.
Tras una campaña que superó la cantidad necesaria para financiarse -en más de 70.000 dólares- y un lanzamiento agridulce en PC, la aventura llega ahora a PlayStation 4, corrigiendo aquello que empañó su lanzamiento en ordenador el pasado año. Y digo agridulce porque el juego, en su concepto, parecía todo lo que los fans pedían: una aventura digna del legado de The Neverhood. La parte amarga de todo el asunto se debía -además de lo mismo que de lo que adolece en PlayStation 4- al apartado técnico, que fue un auténtico desastre en su lanzamiento, pues, en apariencia, el juego estaba prácticamente sin pulir nada. Como si no hubiese pasado el debido testeo previo.
La versión de PlayStation 4 por suerte no cuenta con la cantidad de fallos y bugs -que incluso borraban partidas- de la versión que apareció inicialmente en PC y ofrece una aventura agradable dentro de su género.
[divider] Puzles y mecánicas de antaño [/divider]
Gran parte de los numerosos puzles a los que nos enfrentamos requieren ingenio para ser superados, aunque no todos ellos, la verdad, hay algunos que otros muy sencillos que resolveremos sin despeinarnos lo más mínimo. La gracia de Armikrog reside en el primer grupo de puzles que comentaba, los complejos, los que nos obligan a pensar nuevas formas de proceder para la resolución de los acertijos que se nos van presentando, pues si algo hay que concederle a la obra de Doug TenNapel es que intenta plantear puzles que difieran unos de otros y no repitan mecánicas. Lo cierto es que no siempre lo consigue y en ningún momento supera a The Neverhood, pese a que se empeña en transmitir la misma experiencia, algo que, desde mi punto de vista, lastra la experiencia al querer imitar excesivamente una jugabilidad algo obsoleta.
Puzles y acertijos son lo que precisamente se van a encontrar continuamente nuestra pareja protagonista, Tommynaut y su fiel ¿perro? Beak-Beak. A lo largo de Armikrog, la fortaleza alienígena que da nombre al juego, encontraremos diversos obstáculos a superar -mejor o peor planteados- con una curva de dificultad un tanto loca. Siendo este junto a su duración y el aroma marcadamente añejo que acompaña a la aventura los principales problemas de Armikrog.
A los puzles irregulares y un marcado énfasis en imitar viejas fórmulas se suma la duración. Y es que las 3 o 4 horas que nos durará la aventura se antojan muy muy breves tras la larga espera por la ansiada secuela. Es una verdadera pena, pues aunque se presenta como un digno sucesor de The Neverhood, Armikrog jamás consigue superar al mítico juego del 96. En la práctica totalidad de sus aspectos logra -con suerte- acercarse pero no sólo no consigue ir más allá sino que difícilmente iguala lo visto hace 20 años.
[divider] Las Claves [/divider]
Para contentarnos nos quedan dos cuidadísimos aspectos que sí logran estar a la altura del recuerdo: el apartado sonoro y el gráfico.
Tanto el dúo protagonista como los demás personajes cuentan con un doblaje más que notable. El resto del componente sonoro corre a cargo de Terry Scott Taylor, responsable tanto de la banda sonora de The Neverhood como de la de SkullMonkeys. El resultado es una banda sonora muy bien parida y que destaca por su calidad.
La otra característica más evidente por la que Armikrog llama la atención es el aspecto gráfico. La aventura cuenta con unas animaciones y un diseño brillante que delatan el enorme mimo puesto por Pencil Test Studios y que son ya una seña de identidad del estudio. Y estas animaciones no se limitan tan sólo a claymotion, también hay animación tradicional que no tiene nada que envidiar al estilo que compone la mayor parte del juego.
[divider] CONCLUSIONES [/divider]
Vaya por delante que Armikrog no supera a The Neverhood, pero sin duda ha sabido trasladar gran parte de su esencia a los tiempos actuales. Esto es algo que debería quedar claro a aquellos que disfrutaron a finales del siglo pasado de las dos aventuras de claymotion, pues en Armikrog encontrarán los ecos irregulares de aquellas obras lanzadas por DreamWorks que a tantísimos fans enamoraron. Una pena que sus puzles no estén a la altura del clásico y que la aventura se nos pase en un suspiro debido a su escasa duración. Si bien es cierto que quizás la sombra de The Neverhood desmerece el resultado final de Armikrog, muchos de sus fallos no son excusables con la mera comparación con el buen recuerdo que nos dejó Doug TenNapel cuando Kickstarter todavía no había sido ni imaginado.
La intencionalidad de Doug TenNapel y Pencil Test Studios es más que evidente, pues intentan crear una experiencia que se asemeje al máximo a The Neverhood. Y este es quizás su mayor error, pues imitar mecánicas jugables de hace 20 años en pleno 2016 se puede convertir en un arma de doble filo y ofrecer un resultado que luce desfasado. Es posible homenajear un clásico y reinventarlo de paso, hay numerosos ejemplos de juegos que han salido airosos al rescatar en la actualidad una vieja fórmula. Desgraciadamente ese no es el caso de Armikrog, que deja un sabor de boca un tanto amargo que su humor y geniales personajes no logran paliar.