En este análisis de Mulaka os contamos cómo es el segundo juego de Lienzo, una aventura 3D en la que nos ponemos en la piel de un sukurúame para salvar a la humanidad. Acción y plataformas se mezclan en este título mexicano.
Ya os habíamos hablado anteriormente de Mulaka, el juego que había decidido destinar parte de su recaudación para preservar la Sierra Tarahumara. Hemos podido probarlo antes de su salida y en este análisis de Mulaka os contaremos qué es lo que le pasa al mundo y por qué un sukurúame y nadie más puede salvarlo.
Nos ponemos en la piel de Mulaka, un sukurúame de la tribu tarahumara. Ya, ya lo sé, lo repito hasta la saciedad, pero quedaos bien con eso. La cosa es que aparecemos en medio de un desierto y un anciano nos dice que debemos salvar al mundo. Y tú te dices, pero si no sé ni con qué botón salto. Tiempo al tiempo amigo mío. A medida que vayamos avanzando iremos encontrando estatuas con forma de ciervo que nos dirán qué botones activan qué habilidades y cómo utilizar ciertos combos. Lo primero es lo primero. Aprenderemos a saltar, a atacar, a usar un ataque más potente y a correr más rápido.
Un mundo abierto con posibilidad de volver atrás
Algo muy importante que debemos saber es que encontraremos cosas que, por mucho que nos empeñemos, no podremos conseguir. Esto es porque necesitaremos algunas habilidades que adquiriremos más adelante. Por lo tanto, tendremos que volver atrás cuando las tengamos para poder conseguir esas cosas. Es un mundo que se podría considerar abierto, aunque existen márgenes invisibles que acotan los lugares a los que podemos ir. Eso sí, siempre con una profundidad que se expande más allá de la vista.
El cielo también irá cambiando y podremos ver cómo se mueven las nubes. Lo que dará una sensación de que el tiempo transcurre. Algo que también se debe destacar es la estética low poly que caracteriza al juego. Todos los personajes, los escenarios, los enemigos… todo está hecho con figuras geométricas. Esto le otorga un aire fresco y diferente en comparación con los minuciosos entornos que podemos ver en juegos como Monster Hunter: World.
Mejoras en la lanza para aguantar más
En Mulaka contaremos con una lanza que podremos tirar para atacar enemigos que estén lejos y con la que nos defenderemos de los que nos ataquen de cerca. Deberemos ser uno con la lanza. La cosa es que en el segundo lugar al que vamos nos encontramos con una señora que nos ofrece mejorar la lanza y nuestras habilidades por hacerle un favor. Esto será muy importante porque a medida que vayamos avanzando los enemigos serán cada vez más fuertes y numerosos.
Conseguiremos las monedas para mejorarnos destrozando objetos del entorno o matando enemigos. Con respecto a esos enemigos, nos los encontraremos normalmente según vamos caminando por el mapa. Algunos tendremos que verlos con la habilidad especial que solo tienen los sukurúame y que aprenderemos al comienzo de la historia. Además, con esta habilidad activada podremos ver dónde están los puntos más importantes del mapa. Los enemigos ocasionalmente aparecerán en zonas cerradas y en masa. En estas ocasiones os aconsejo que exploréis todo el terreno en que podáis moveros y encontréis hierbas con las que elaborar pociones.
Cuando nos encontremos con un nuevo enemigo podremos encontrar información sobre él, sobre todo su procedencia y su punto débil, de forma que sepamos siempre cómo podemos matarlo. En el caso de que lo olvidemos, en el menú donde está el mapa encontramos la opción «enemigos» donde podremos ver tanto los enemigos de más bajo rango como los más potentes para recordar cómo acabar con ellos.
Pero esto no es todo
También hay coleccionables en el juego. En cada uno de los lugares a los que vayamos tendremos dos tipos de coleccionables. Objetos clave que podamos encontrar que hablen de la cultura tarahumara y personas (u objetos también) que nos hablen de tradiciones de la zona.
Los momentos de cinemática estéticamente tendrán una forma distinta y estarán dibujados. Aunque habrá sonidos en el juego, nunca oiremos a los personajes hablar, tendremos que leer todas las conversaciones. Mulaka tampoco hablará, ni siquiera de forma escrita. Aunque el resto de personajes del juego sí que interactúe con él y le responda a preguntas que nosotros no podremos ver. Similar a lo que ocurre con los Zelda.
En general la dificultad de los enemigos no es demasiado alta. Aunque suelen atacar en gran número lo que complica un poco el movimiento. La cámara a veces no ayuda, pues se bugea y se traba si la movemos demasiado. Pero es cuestión de coger un poco de práctica con qué ángulos falla. Los «jefes finales» también tienen su truco y tocará morir alguna vez para poder encontrarlo. Os aconsejo que aprovechéis esos pequeños bugs al saltar a zonas a las que no podemos acceder para poder saltar a sitios más altos. Y que observéis con atención todo el mapa. Porque, aunque no tenga unos detalles hiperrealistas, está muy mimado y la cantidad de colores y detalles que podemos encontrar es asombrosa.
El juego requiere que nos tomemos nuestro tiempo para observarlo, recorrerlo y jugarlo bien. Descubrir hasta dónde somos capaces de llegar para salvar a la humanidad de una posible extinción y descubrir cuánto poder puede albergar en sí mismo un sukurúame.