Análisis de Xenoblade Chronicles 2 para Nintendo Switch

Abre bien las orejas porque Monolith Soft lo ha vuelto a hacer. No sé si transmitiré con palabras en este análisis de Xenoblade Chronicles 2 lo que es en verdad. Pero al menos lo intentaré.

Si me conocéis un poco, sabréis que para mi solo hay dos dieces en la historia de los videojuegos. Chrono Trigger por un lado y Xenoblade Chronicles por otro. Ambos son juegarracos como la copa de un pino y, para mi, sin fallo alguno. En este análisis de Xenoblade Chronicles 2 veréis que se le acerca mucho a esa clasificación. Pero por muy bueno que es no consgue superar a su predecesor.

Eso sí, ni se os ocurra pensar que el juego no está a la altura. Monoloth Soft ha conseguido hacer lo que nadie en esta generación de juegos de rol: engancharme, enamorarme, viciarme y hacerme disfrutar hasta el punto de reír y llorar sin parar.

Así que si estáis buscando un juego que os llegue, os gusta lo japonés y lo complicado, este es vuestro juego. Y sí. Deja al Final Fantasy XV a la altura del betún.

Un mundo y una historia enormes

Hay dos cosas que definen perfectamente a un Xenoblade Chronicles (de la saga principal, no al X). La historia y su mundo. Ambos están tratados con un mimo brutal. No hay un detalle que se escape de estos dos elementos. Y en Xenoblade Chronicles 2 se cumple a rajatabla.

Alrest es un mundo inmeso. Enorme. Y lo que es mejor, lleno de secretos, retos y detalles que nos dejarán con la boca abierta. No vale con pasar por encima del mundo y ya está. Si quieres disfrutarlo habrá que explorarlo una y otra vez. Y cada vez que vuelvas encontrarás algo que antes no podías hacer o que pasaste por alto.

Además, la diversidad de escenarios te dejará con la boca abierta en más de una ocasión. Desde las praderas verdes de Gormott que nos recuerdan a los inicios de Bionis hasta los desiertos de Mor Ardain, que se parecen mucho más a los terrenos de Mekonis. Pero esos son solo un par de ejemplos. Hay decenas de mapas a explorar. Y ni uno, ni uno solo, se queda corto.

En cuanto al tema de la trama, no quiero entrar en spoilers, pero este sí que es un digno sucesor de las idas de olla y epicidades del primer Xenoblade Chronicles. Si bien en Xenoblade Chronicles X se centraron en el mapa y no en la historia, aquí volvemos a los orígenes. Un mundo nuevo con unas reglas nuevas y un estilo propio. Y de fondo una historia que se enrevesa con cada paso que damos.

Tendremos momentos muy épicos (ya solo el final del primer capítulo te dejará con la boca abierta), y otros que son los más tiernos y adorables de todos. Pero te guste lo que te guste, hay de todo en esta historia. Y sí. Merece la pena jugarla hasta el final.

La jugabilidad de los Blades

Xenoblade Chronicles 2 ofrece una jugabilidad basada en Blades y en los cambios que podamos hacer con ellas en los personajes. Cada Blade que tengamos nos dará un arma, un elemento y unas habilidades de combate. Lo bueno de todo es que el control de los personajes es similar, por lo que podrás cambiar entre ellos sin problemas.

Pero que esto no te engañe. Que sea similar en funcionamiento no significa que sean iguales los unos a los otros. Cada uno de ellos tendrá unas habilidades según las armas. Y funcionarán de forma distinta según el rol que adopten.

Así pues, podrás elegir entre ser defensor (tanque), atacante o sanador. Eso sí, ya te advierto que habilidades como «cura» o similar apenas hay. Los sanadores se centran más en apoyar al equipo y curarlos cuando hacen artes que en hacer una curación en grupo.

En un sistema muy especial. Demasiado diferente a todo lo que hemos visto en este estilo. Pero se aprende rápido y se le coge cariño.

Todo esto junto hace que quieras coger más y más blades. Especializarte en algunos y potenciar otros. Y de paso ir cambiando los que llevas encima porque eso hará que tu clase cambie. Y tus habilidades generales y pasivas.

Vamos, una jugabilidad a prueba de fallos… o casi.

El punto oscuro de los Blades

Hay una cosa con referencia a los Blades que no me ha gustado nada, y es la aletoriedad. Este Xenoblade Chronicles 2 nos ofrece una grandísima variedad de Blades a encontrar. Las hay de todo tipo y con habilidades exclusivas. Lo que pasa es que se consiguen como se consiguen las tropas en un free to play. Es decir, por pura chorra.

Los enemigos, misiones o escondrijos nos dejarán cristales para que nos vinculemos con ellos. Cuando lo hagamos, se despertará una Blade de forma aleatoria. Cuanto más raro es el cristal, más posibilidades de que haya un blade raro hay.

Lo que pasa es que la mayoría de estas Blades raras se encuentran así. Y por desgracia, muchas veces te tocan las Blades estándar y simplonas. Y aunque ellas te servirán para hacer misiones de «mercenarios», la verdad es que se quedan en un segundo o tercer plano.

Así pues, la cosa es abrir cristales una y otra vez hasta que te tocan. Sí, hay algunas Blades que se encuentran por misiones o que están escondidas. Pero muy pocas. ¿Tanto les costaba, ya que tenemos este mundo tan grande y con tanto que hacer, poner estos elementos principales escondidos en algunos sitios? O poner más Blades.

No sé. Es un elemento que me toca la moral en el juego. Disfruto mucho con las Blades… pero eso de que sea una lotería hace que a veces quieras tirar la Nintendo Switch por la ventana. Y darle en la cabeza a alguien de Monolith Soft.

Apartado artísticos sobresaliente

Ya hemos hablado de la historia. De la jugabilidad a prueba de balas. Pero no hemos hablado de cómo se ve y cómo se oye esto en tu consola. Xenoblade Chronicles 2 es una obra maestra en cuanto a apartado artístico se refiere. Ya solamente cuando llegues a Gormott lo podrás comprobar. Y cuando escuches algunas de sus melodías lo notarás en la piel de gallina.

Sí, Xenoblade Chronicles tiene una banda sonora sublime, pero es que su segunda parte no se queda atrás. Además, Nintendo Switch ofrece suficiente potencia como para ver un mundo lleno de detalles y de mimo.

Sí que es cierto que el modo de ahorro de batería que se activa cuando estamos desenchufados de la tele hace que el rendimiento caiga un poco. Hay más niebla, los colores están menos apagados y se ve un pelín más borroso. Pero realmente ni afecta ni destaca.

Si lo juegas en la tele lo verás con todo sus detalles. Y las cargas rápidas son realmente buenas, pese a que hagan que algunas texturas tarden en aparecer cuando viajamos muy  lejos de donde estamos.

Otro tema a tratar es la cámara y el mapa. Se los podrían haber metido por donde ya dijimos, porque vaya forma de liarla parda.

Los interiores son un suplicio a veces para jugar y el mapa… como tal no existe. Menos mal que ahora en el parche 1.1 le van a meter un arreglo, porque si no…

Conclusiones del Análisis de Xenoblade Chronicles 2

Por si no os ha quedado claro, Xenoblade Chronicles 2 es un rival muy digno para Persona 5, en cuanto a RPG japonés se refiere. Ambos sobresalen de entre todos y consiguen transmitir, a su manera, lo que un JRPG debe de ser.

Tiene un par de fallos que se pueden arreglar, pero eso no ensombrece todo lo que ofrece Xenoblade Chronicles 2. A fecha de hoy y teniendo los dos juegos enfrente, posiblemente me decante por este de Monolith Soft pero por apenas unas décimas. Y quizás por la ambientación, pero ya está.

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Siempre tendrás cosas que hacer, que explorar, misiones que cumplir, batallas que librar, enemigos a los que derrotar, mundos que explorar… Siempre hay algo que te llamará la atención. ¿Y sabéis lo mejor? Que es un juego completo. No está mal contado ni hecho con prisas.

Así que, sí. Se disfruta de cabo a rabo. Esto sí que es un juego de rol.