Análisis de World of Warcraft Classic. La apuesta por el caballo ganador

Han pasado 15 años desde que el mayor MMORPG llegó a nuestras vidas. Ahora, con nuestro análisis de World of Warcraft Classic vuelve con mucha más fuerza.

No son muchos los títulos que pueden decir que llevan 15 años en activo. Sagas las que tú quieras, ¿pero juegos? Parece lejano 2004, ese año en el que se estrenó la obra de Blizzard que seguía con lo narrado en Warcraft, pero con un estilo distinto. Ahora nosotros forjábamos nuestra historia. Después de 6 expansiones, con más o menos éxito, la compañía ha escuchado a los aficionados y trae de vuelta el inicio. Y por supuesto, no puede faltar nuestro análisis de World of Warcraft Classic. Sería para matarnos.

Han pasado 3000 años…

O al menos es así como se sentían aquellos jugadores que querían volver a las raíces, a la jugabilidad de antes y al mundo original. Ni Rasganorte, ni Argus ni nada, dame Kalimdor y los Reinos del Este. Y Blizzard ha escuchado sus plegarias, deleitándonos con el regreso de la versión vanilla, World of Warcraft Classic.

Lo primero que vamos a encontrar a la hora de disfrutar de este soplo de aire añejo es una cola interminable de jugadores como tú que quieren probarlo. Si quieres datos, para acceder a Mirage Raceway los minutos aproximados oscilaban entre 60 y 900. Vamos, que si quieres jugar a World of Warcraft después de trabajar mejor déjalo antes encendido, para que cuando llegues sólo queden pocos minutos.

Después de buscar un reino «vacío» (cosa imposible, créeme), el único al que pude acceder fue al de tipo JR (un servidor normal pero para aquellos que quieren rolear, ejercer un papel). Bien, después de varias horas por fin puedo comenzar mi epopeya épica.

El buen sabor de lo atemporal

Ver de nuevo a Thrall como Jefe de Guerra de la Horda es un gustazo. En otro orden de cosas, desde el menú de creación de personaje ya se nota ese aspecto clásico del que debe hacer gala World of Warcraft Classic (no por nada se llama así). Después de crear nuestro personaje de la Horda (por supuesto), nos preparamos para conquistar Azeroth con nuestro querido avatar.

Y he aquí la primera sorpresa para aquellos que no jugaron a este juego desde el principio (ni un par de expansiones después): las opciones del menú inferior son bastantes menos. Ni buscador de banda ni nada, aquí te curras la búsqueda de gente a la antigua, parlamentando. Y eso es sólo el principio.

Olvídate del aprendizaje automático de los hechizos, ni de tener todas las especializaciones. Aquí se le paga al entrenador de nuestra clase, y los talentos ahora están en un único árbol en el que seleccionar varios conforme subimos de nivel. Sí amigos, ahora estáis en Classic y tenéis que bailar como en aquella época. Más posibilidades, pero más complicado. Buenos tiempos que vuelven.

La esencia de World of Warcraft sigue intacta. No esperes cambios bruscos más allá de las habilidades, especializaciones y lo referente a este aspecto de la jugabilidad. En Classic, como en la versión actual, tendremos que completar misiones para ir avanzando en la historia, así como subir de nivel. Por supuesto seguimos teniendo las bandas y mazmorras para conseguir objetos y equipo extraordinario, pero como ya he dicho anteriormente, vas a tener que ir a patita o que te invoquen mediante la roca de encuentro.

En cuanto a las misiones, ahora ya no estará marcado en el mapa el lugar donde encontrar los objetivos de estas, sino que tendremos que leer cada uno de los cometidos que tengamos para saber a dónde dirigirnos. Sí, querido amigo, esto no se implementó hasta en posteriores expansiones.

Otra cosilla que les interesa a los más competitivos, el PvP (o JcJ, Jugador contra Jugador) no está implementado de inicio, pero no os preocupéis, que Blizzard lo añadirá en un futuro. Siempre puedes ir a Ventormenta y limpiar un poco la ciudad con tus compañeros hordas.

¿Merece la pena World of Warcraft Classic?

Respuesta corta, sí. Respuesta larga.

World of Warcraft Classic da una opción muy demandada para aquellos que querían volver a disfrutar del título original (no me cansaré de decirlo). Poder seguir jugando a nuestro MMORPG favorito pero sintiendo que es totalmente distinto en cuanto a jugabilidad se refiere es refrescante, así como poder volver a aquellos territorios originales (Los Baldíos por dios).

Sin embargo, mi opinión personal es que no debería ser tu cuenta principal, ya que World of Warcraft Classic está bien para desconectar de la versión actual, así como para retarte con distintas mecánicas, hasta querer volver a Zandalar o Nazjatar y continuar con la historia de World of Warcraft (que está muy interesante y gratificante especialmente si eres Alianza).

Eso sí, si eres de la vieja guardia del WoW y las nuevas expansiones no te convencen, tu lugar puede que esté en World of Warcraft Classic. Porque lo bueno de tener varias opciones para elegir es que todo el mundo está contento. Y en ese Blizzard ha dado en el clavo con el regreso de la obra original.

PD: Las puyas hacia la Alianza no es por generar conflicto, sólo es un recurso humorístico. Tenéis paladines maldita sea.