La mitología vampírica es una que ha sido un poco maltratada en los videojuegos. Quitando honrosas excepciones como The Masquerde: Bloodlines, esta cultura oscura se ha reducido a transformaciones «power up» o enemigos masillas a los que masacrar sin mucha ciencia. Pero estos sanguinolentos seres esconden toda una filosofía detrás muy atractiva que merece ser recreada en el mundillo del videojuego. Los chicos de Dontnod han estado atentos a ello y se han sacado de la manga una obra que coloca a los «leechers» donde les corresponde. En esta ocasión vamos a ver si el Doctor Jonathan Reid se desenvuelve en las sombras nintenderas con este análisis de Vampyr para Nintendo Switch.
A menudo la historia es un elemento que se sirve como esclava de las mecánicas jugables de un título. Sin embargo, puede que ocurra lo contrario y sea el resto de apartados los que sucumben a una historia que se alza como la voz que dé forma al videojuego. En Vampyr es lo que tenemos, se aprovecha la arquitectura de una Londres cimentada en los inicios del siglo XX, donde el contexto histórico se respeta al máximo en todos los elementos humanamente posibles.
Ropajes, costumbres, modos de vida, actitudes, tradiciones. La clase de historia que nos dispensa Dontnod aquí es de chapó, pero todo «coctelerizado» con la novela negra vampírica, esa que tanto nos dio Anne Rice con su saga de libros de Crónicas Vampíricas. De hecho, Vampyr absorbe muchos elementos de esta saga de libros, como la presentación de la figura del vampiro como un ente amargado por su condición inmortal, el debate entre el respeto a los seres humanos o a sus necesidades brutales (algo que tanto los libros como el juego comparten con su protagonista alimentándose de ratas por no atacar a humanos) o que estos se muestren como seres cultos, seducidos por las ganas de conocimiento y las relaciones de poder con los humanos.
Pero Dontnod no echa ahí el freno si no que también coge inspiración de la saga Oscura, la visión vampírica de Guillermo del Toro. De esta colección recoge la necesidad de dotar de hipótesis y razocinio científico a la condición de los vampiros, el control de la sangre, las infecciones o la diversificación racial entre seres lúcidos y huestes que se comportan como enjambres de zombies.
Pero a diferencia de estas series de novelas, Vampyr nos pone a los mandos del destino de un vampiro que se siente desdichado por su condición. El juego nos deja guiarle como nos plazca, ¿quieres respetar su moralidad y desechar tus metas como vampiro? ¿O prefieres entregarte a tus poderes y condenar a los humanos que conozcas en tu aventura?
Dontnod ha hecho muy bien este sistema de decisiones y eventos. Si nos controlamos de beber sangre, nuestros poderes serán menores y los combates nos costarán muchísimo, pero a cambio mejoraremos las relaciones y la salud de los barrios de Londres evitando que haya más criaturas de la noche y cazadores que estén detrás de nuestra cabeza. Tal es así, que el juego se encarga perfectamente de que conozcamos a cada NPC con diálogos muy trabajados donde la investigación es una clave fundamental.
Cada NPC tiene una personalidad y unos rasgos muy marcados. A través de las diferentes relaciones sociales, objetos que encontremos y demás, iremos conociendo sus secretos. Cuanto más intimemos con ellos, más calidad tendrá su sangre y por lo tanto, más experiencia conseguiremos para destinar a nuestras habilidades vampíricas. Pero esto es un arma de doble filo.
Cuanto más intimemos con cada personaje, más aumentará el saneamiento del barrio. Si encontramos la mayoría de pistas de sus personalidades y además controlamos su salud tratándoles con los medicamentos adecuados (para ello somos un doctor) la humanidad prosperará ante la epidemia de gripe española que asola al país. En cambio, podemos maximizar las relaciones para que la sangre sea lo más útil posible y una vez no podamos mejorarlos más, llevarlos a una esquina para pegarnos el atracón de sangre y experiencia.
Estas son las 4 cosas que haremos a lo largo de las 20 horas (aproximadamente) que dura la experiencia. Combatir es algo que podemos hacer mucho o no, en función de como enfoquemos la partida con las conversaciones y nuestro alimento. Es cierto que cuanta más sangre absorbamos, más poderosos seremos en los combates obligatorios pero también más enemigos nos asolarán en las calles importunándonos.
De todas formas, el arte de combatir es algo que sabe cautivanos en este videojuego. Siguiendo el arqueotipo souls-like, en Vampyr podremos portar dos armas más un repertorio de habilidades vampíricas muy útiles y satisfactorias de usar. Mientras que con un botón atacamos con nuestra arma principal, con otros podremos aturdir a los enemigos para dejarlos a merced de nuestros colmillos y así alimentarnos con su sangre y, claro está, otro botón para esquivar. Las habilidades se dispensan con los frontales y los gatillos, pudiendo conjugar 4 en tiempo real que dan muchísimo juego. Lanzas de sangre, estacas de sombras, garras afiladas, etcétera. De nosotros dependerá mejorar aquellas que más nos gusten para volveremos duchos en la guerra nocturna.
En cuanto al armamento, podremos mejorarlo con los diferentes elementos que encontraremos rebuscando entre la basura de las calles de Londres o con el loot que dejarán los cadáveres de nuestros enemigos. Siguiendo el esquema de colores que todos conocemos, todos los objetos tendrán cinco niveles de rareza. Esto afecta también a los medicamentos que podremos elaborar. Con ellos podremos tratas las enfermedades que contraigan los NPC para mejorar la calidad de su sangre y para sanear los distritos.
Vampyr es uno de donde sentimos el peso de nuestras decisiones y mucho. No solo hablamos de que condenar NPC para saciar nuestras ansías de poder nos genera cierto arrepentimiento, puesto que para llegar a ello tendremos que conocerlos a fondo hasta el punto de verlos como personas de verdad y no meros potenciadores para nuestro personaje. También tendremos que tomar decisiones importantes en muchas partes del juego que pueden cambiar todo a nuestro alrededor.
¿Vas a sacrificar a una persona que pone en jaque la identidad de un vampiro poderoso pero que es un pilar para su comunidad de vecinos? Igual si lo hacemos ese vampiro nos lo agradecerá con un objeto interesante pero esa comunidad se irá al garete, donde antes teníamos vecinos para dialogar y conseguir sangre y otros objetos, ahora estarán muertos por no poder protegerse enconomicamente de la epidemia. Por otra parte, si ayudamos al chivato y desobedecemos al vampiro, este puede que en un punto más adelantado de la aventura hable mal de nosotros y nos veten de una zona que contiene partes muy importantes del lore.
En esto radica la auténtica belleza de Vampyr. Cada decisión es irrevocable por el autoguardado y lo que sufre Jonathan lo sufrimos nosotros como jugadores. Si a esto le sumamos que la historia está contada con maestría, donde el vertido de datos está muy controlado, el uso de las cámaras es magistral o la instrumentalización del lenguaje hace que nos metamos muchísimo en sus personajes nos da como resultado un producto muy enriquecedor en lo narrativo.
Si tenemos que relatar a Vampyr en su faceta gráfica tenemos que resaltar, sobretodo, su faceta artística. El programa bebe del estilo victoriano para traernos una Londres oscura, fea, sucia y sangrienta. Es maravillosa, sabrosa y nos cautiva para meternos en una ambientación sorprendente. Pero… ¿Qué hay del músculo técnico? Ahí hablan las voces de la maldad.
Texturas que no cargan, objetos que aparecen en la lejanía con un popping que asusta, el framerrate más inestable y molesto que he tenido la desgracia de sufrir en un videojuego de Nintendo Switch, tiempos de carga pesadísimos y muy recurrentes, incluso en medio de la propia acción, y hasta bugs que nos bloquea el farmeo de objetos o nos congelan el videojuego obligándonos a reiniciar la consola. Sí, en estos términos el juego es una chapuza hablando sin rodeos, aunque se puede jugar de inicio a fin y esto no evita que podamos embelesarnos con su magnífica ambientación e historia.
Está clarísimo que los chicos de Saber Interactive, los encargados de portear el juego a la híbrida, han tenido muchos problemas para la conversión, ya sea por falta de tiempo o recursos, no lo sabemos. Sí que nos han confirmado que son conscientes de la mayoría de los problemas y que en breves sacarán un macro-parche para solucionarlos. Al menos, vosotros podréis jugar una experiencia más sólida que nosotros en cuanto llegue a las tiendas.
La banda sonora de Vampyr es perfecta. Composiciones enriquecidas de instrumentos de viento y cuerda que nos ponen a tono con su historia tan desgarradora. El doblaje, con las mejores voces de Reino Unido, no se queda atrás.
Con este análisis de Vampyr para Nintendo Switch os dejaremos claro que estamos ante uno de los videojuegos basados en vampiros más completos y maravillosos que podemos encontrar en el medio. Su historia está poderosamente contada, su trato con la mitología oscura es sensacional y las sinergias que se crean con las conversaciones y las decisiones están tan bien resueltas que nos pegarán a la pantalla cautivados por su misterio.
Una lástima, una auténtica lástima que este port haga aguas en lo técnico. Esperemos que los sucesivos parches lo estabilicen al menos, porque de enmendarlo estaríamos ante un peso pesado del rol para la híbrida de Nintendo.
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