¿Siempre has querido dirigir el tráfico sin aburrirte? Pues con este análisis de Traffic Jams vas a flipar para evitar el caos.
Si tenías ganas de seguir explorando la realidad virtual con tus PlayStation VR, te alegrará saber que el periférico de PS4 (compatible con PlayStation 5) acaba de dar la bienvenida a uno de los juegos VR más alocados y divertidos del mercado. Porque con este análisis de Traffic Jams vas a descubrir lo que es la pura diversión.
Las ideas más simples pueden ser las que más triunfen
Disponible desde hace un tiempo en otros dispositivos de realidad virtual como Oculus, la obra más reciente del estudio Little Chicken Game Company es una de esas propuestas tan simples pero bien recreadas que son capaces de entretener a un grupo muy amplio de usuario. Algo de lo que no pueden presumir demasiados juegos de estas mismas características.
La premisa es la siguiente: tienes que dirigir el tráfico, así de sencillo, aunque es justo reseñar que seguramente la idea que podéis tener en la cabeza sobre este trabajo poco o nada tiene que ver con lo que propone esta obra.
Lejos de resultar una tarea monótona y limitada, el espíritu arcade y la locura se adueñan de cada partida en la que tomamos partido, las cuales suelen durar una media de unos 4 o 5 minutos en los que resulta casi imposible no pasárselo bien e, incluso, soltar alguna que otra carcajada.
Pero no penséis que, por esta última razón, se trata de una especie de «experiencia» como sucede con algunas de las producciones que llegan a PSVR: Traffic Jams es un videojuego de los pies a la cabeza, que ha sido dotado de bastante contenido y muy buenas mecánicas jugables. Tened esto bien presente.
Dirigiendo el tráfico por el mundo adelante
A grandes rasgos el juego nos invita a visitar cinco ciudades diferentes (París, Tokio, Nueva York, Gouda y Amsterdam), aunque, más bien, en realidad solo nos permiten «plantarnos» en un cruce conflictivo de varias calles (el más representativo del mundo puede que sea el de Shibuya). Nuestra meta consiste en ponernos al mando de la situación y gestionar el tráfico de la manera más eficiente posible (o no). Una tarea que si bien puede parecer muy sencilla y hasta rutinaria, los escenarios que propone son tan curiosos como desternillantes.
El espíritu arcade y la locura se adueñan de cada partida. En principio, las dos funciones o acciones principales que es posible llevar a cabo son las que seguro que todos tenéis en mente: permitir que los coches o peatones circulen o que se paren. Bien, pues me alegra deciros que a estas dos acciones se unen muchas más, como la posibilidad de lanzar diferentes objetos, interactuar con asteroides que caen del cielo, usar armas improvisadas para dar cera a zombis…
La simulación y el realismo brillan por su ausencia y el caos y el cachondeo se adueñan de cada partida. Unas partidas en las que es necesario lograr ciertos objetivos, los cuales tienen que ser perpetrados en cada uno de los turnos en los que tomamos partido, ya sea en jornada diurna, en plena hora punta, etc. Y en función de esto último, os aseguro que las condiciones de cada turno cambian de forma muy notoria, lo cual aporta frescura y gracia a cada partida, fomentando de paso la rejugabilidad que ostenta el título.
La clave de reforzar una virtud en vez de intentar abarcarlo todo
Es preciso señalar que, para jugar a Traffic Jams, es necesario el uso de dos mandos Move (no se puede jugar con un mando convencional). Unos dispositivos que se muestran especialmente precisos y fiables, algo que en un título de este estilo se agradece mucho.
De esta forma el reconocimiento por parte del juego de nuestros gestos efectuados con dichos mandos es perfecto, y además durante las sesiones de juego no experimenté problema alguno de trackeo ni defectos similares, lo cual habla muy bien del esfuerzo realizado por los desarrolladores a la hora de llevar a cabo esta conversión.
Regresando a lo que nos ofrece el título en materia jugable, se agradece mucho la imaginación que destila cada situación en la que nos vemos envueltos. Y es que lo de dirigir el tráfico a veces pasa a un segundo plano, dado que durante cada turno que debemos superar es posible participar en divertidos minijuegos (el de las bolas de fuego es especialmente bueno), amén de tener que cumplir la mayor cantidad de retos que nos indican y obtener la mayor cantidad de puntos que podamos.
Un enfoque arcade total que, sinceramente, no disfrutaba desde hace bastante tiempo, y no me ciño únicamente a los juegos destinados a PSVR, sino en general. No tan logrado está el tema del multijugador local (a través de sistemas móviles), un modo de juego que es más un relleno que otra cosa.
De las pocas experiencias de PlayStation VR que valen la pena
Estamos ante una producción que, en cuanto a sus valores técnicos se refiere, se muestra bastante humilde… pero no por ello es un juego despreciable en este sentido. La simpleza de su acabado visual en cuanto a su carga poligonal, calidad de las texturas y demás aspectos se refiere queda compensada por otros muchos elementos que sí que alberga: animaciones bastante graciosas para los personajes, buen uso del color, una línea estética muy simpática… Una faceta que cumple dignamente, al igual que ocurre con su parcela sonora, que sin ser gran cosa por lo menos nos regala efectos de todo tipo y melodías que animan perfectamente cada partida.
En definitiva, Traffic Jams nos ofrece una experiencia de juego muy atractiva y fácil de asimilar, un control muy simple y bastante preciso y, lo más importante, una propuesta muy desenfadada de esas a las que apetece echarse una partida rápida en cualquier momento y bajo la circunstancia que sea.
Una producción que se disfruta siempre con una sonrisa de oreja a oreja y que se convierte en una de las obras más recomendables de cuantas han aparecido en los últimos meses en PlayStation VR.