Preparar el análisis de The Crow’s Eye ha sido como una montaña rusa de opiniones. Si fuera un juego de un gran estudio, sería preocupante, pero es un buen comienzo para 3D2 Entertainment.
Va a ser difícil escribir este análisis de The Crow’s Eye sin entrar en demasiados detalles de la historia. Como buen walking simulator, su punto fuerte es lo que cuenta y no el cómo. En 3D2 Entertainment han conseguido un juego interesante a pesar de unos cuantos detalles, pero sobre todo han podido mantener mi nivel de interés durante todo el rato. Y os aseguro que, aunque ya no sé de qué estábamos hablando, debía ser verdad. Bromas aparte, veamos en qué destaca y en qué flojea este título independiente.
Para empezar, y para que podamos valorar con justicia el trabajo llevado a cabo, no os penséis que 3D2 Entertainment son un estudio de esos que salen en la tele, con más de cien empleados y unos recursos casi ilimitados. The Crow’s Eye lo han desarrollado entre seis personas, y algunas ayudas, por lo que el nivel de exigencia se puede rebajar un poco. No voy a regalar ningún aplauso, las cosas como son, pero me centraré principalmente en las cosas positivas del juego. Que las tiene. Y muchas.
Lo primero que te pregunta alguien cuando le hablas de tal o cual obra es: ¿y de qué va? Si os digo que el/la protagonista se despierta en un edificio antiguo sin saber quien es. Y que hay una voz que le da la bienvenida de nuevo a su experimento. Y que te dan un mechero para que ilumines el camino. Pues claro, la cosa queda un poco fría. Es verdad que de ese punto de partida podemos tener un gran experiencia, pero también puede ser un aburrimiento. Todo muy fifty-fifty que dicen los anglosajones. Os puedo decir con tranquilidad que la historia es interesante, quizás lo mejor que ofrece The Crow’s Eye.
¿Estás o no estás solo?
La intención principal del juego es hacerte estar en tensión. Esperando el susto tras cada esquina. Alguno que otro hay, incluso los no preparados como tal. El simple hecho de estar envuelto en tanto misterio y en solitario te hace saltar por cualquier cosa. Aún así, no lo calificaría como juego de terror. La atmósfera es realmente «acongojante» y no llegas a relajarte en ningún momento, algo de lo que creo que tiene todo el mérito el apartado sonoro. Si en algún momento consigues abstraerte del juego y escuchar, siempre vas a descubrir una música que te sorprende.
Está siempre ahí, pero tan bien integrada en la ambientación que no eres plenamente consciente de ella. Los diálogos, o mejor dicho, los monólogos que el resto de personajes te dirigen son también muy notables. Gracias a ellos podemos conocer una gran parte de la historia, tanto del pasado, como del presente. Algo curioso es que, a pesar de ser un juego hecho en España, todas las voces sean en inglés. Eso sí, los menús y los subtítulos están disponibles en castellano.
Por encima de todos los personajes que aparecen en el juego planea uno que no puede quedar sin nombre en este análisis de The Crow’s Eye. William Holtwick es el artífice de todo lo que pasa en Crowswood y sus delirios de grandeza no hacen más que ponernos la piel de gallina paso a paso. Quizás su risita impertinente y sus desvaríos nos puedan recordar a cierto personaje de cierta saga de videojuegos sobre cierto superhéroe oscuro. Y creo que son pistas suficientes para saber de quién hablo.
Unas influencias tan marcadas no siempre ayudan
Así que, mientras ese profesor chiflado nos recuerda en algunos momentos a otro personaje y se puede entender como un homenaje, hay otros elementos en el juego que parecen metidos con calzador. No es algo malo de por si, pero en cierta manera, rompen la magia. Un cubo rosa para resolver puzzles, una serie de mensajes de voz en grabadoras antiguas, una «pistola» electromagnética con la que mover objetos… No creo que sean simples casualidades.
Mirando las imágenes que he utilizado para amenizar este análisis de The Crow’s Eye me da la sensación de ver un juego diferente al que he estado jugando estos días. Quizás es como yo mismo, que en foto puedo dar el pego, pero de cerca… La verdad es que la creación de los escenarios, la idea en si no es nada mala, pero se repiten demasiado los objetos y los elementos que los forman. Eso, sumado a la escasa calidad de las texturas, empaña un poco el conjunto. Si a eso le sumamos que, a pesar de la poca exigencia, el juego va un poco a tirones, pues queda claro que el apartado gráfico no cumple con el nivel del resto.
Y es que en un título con una historia y una calidad de sonido tan buenas, que es una lástima que la parte visual no esté a la altura. Incluso la jugabilidad, algo secundario en un juego de este tipo, mantiene el tipo con respecto a lo mejor de The Crow’s Eye. Porque en el fondo, si de algo peca en este aspecto es de ser algo facil. O al menos poco exigente con el jugador. De todas maneras también creo que es algo comprensible. No sería lógico dejar que se interrumpa el ritmo de la narración con puzzles imposibles. O con obstáculos insalvables.
Conclusiones
En pocas palabras, 3D2 Entertainment han conseguido un juego muy interesante en cuanto a ideas, narración y ambientación. Sólo hay una cosa que desentona y es un apartado visual algo pobre. Es verdad que no son necesarios unos gráficos hiperrealistas para contar una historia y entretener a los jugadores, pero en este caso, se nota demasiada diferencia con el resto del trabajo. Por todo eso, no puedo acabar este análisis de The Crow’s Eye sin recomendar que lo probéis, que paséis por alto esos pequeños fallos de «principiante» y ayudéis a este callado protagonista a desvelar los misterios de Crowswood.