Si estás harto de tácticas o estadísticas y lo que quieres es divertirte sin más, nuestro análisis de Super Kickers League es para ti. Al menos por un rato.
El denominado deporte rey ha recibido multitud de interacciones en el mundo de los videojuegos. Hoy en día en el campo de la simulación, Pro Evolution Soccer y Fifa son los que se reparten el pastel año tras año. Pero más allá del realismo o de grandes estrellas como Messi o Cristiano Ronaldo, existe otro tipo de fútbol. Uno más directo, con el único objetivo de divertir por encima de todo. En el caso de Nintendo y a falta de una nueva entrega de Mario Strikers, os presentamos el análisis de Super Kickers League.
Precisamente el equipo afincado en Mallorca, Xaloc Studios, han querido acercarse al balompié de manera similar a la visión del juego de Gamecube. Para ello han estado más de dos años trabajando en este título indie, en el que las normas brillan por su ausencia y nuestra única meta como decía Clemente, es meter por lo menos un gol más que el contrario. Veamos qué tal se les ha dado.
¡Oh capitán! ¡Mi capitán!
Nos encontramos pues, ante unos partidos de 4 vs 4 con unos equipos formados por un portero, 2 jugadores algo genéricos y por encima de todos la figura principal de un capitán. Este último dispone de una habilidad especial diferenciada de la del resto. Esta se tendrá que recargar tras su uso, y será igual para todos los integrantes de la escuadra. Dependiendo de nuestra elección de protagonista, podremos tener supervelocidad por unos segundos, lanzar meteoritos por el campo o hacer que nuestros rivales se pongan a bailar.
Con cualquiera de estas armas, nuestro objetivo será el lógico de este deporte o de cualquiera, ganar. Para ello a parte de poder usar estas habilidades, podremos pasar, chutar, regatear, hacer segadas o placar a los rivales. Estamos además ante partidos sin reglas. Ya podemos literalmente pegar a nuestros oponentes con una vaca, que no se pitará falta alguna. El balón tampoco puede salir fuera de la pista, y rebotará en una especie de campo de fuerza. El único momento en el que el reloj se detiene es al sacar de centro tras marcar un gol.
Como buen arcade, esto hace que el ritmo de los partidos apenas decaiga y que todo el tiempo sea un toma y daca. De este modo sólo tendremos que preocuparnos de marcar y que no nos marquen. Nada de alineaciones, estadísticas de los jugadores o dibujo táctico. Esta simpleza hace que no de nada de pereza ponerse a los mandos para unas pachangas. Bueno, por lo menos al principio. Decimos esto, porque si bien el juego divierte por su sencillez y juego directo, se echa en falta más contenido y variedad.
Elige tu modo, cuando te dejen.
El título dispone de tres modos de juego que son por Equipos, Kickers y Retro. Este último es como el primero, pero con los gráficos pixelados y una cámara como la de los Fifas de Super Nes. Cada uno de ellos tiene partido amistoso, copa y liga. Tenemos además diez capitanes para elegir y cinco canchas distintas. Todo ello previo desbloqueo a base de jugar.
En el modo por equipos, escogeremos a una de estas estrellas con su equipo base y no se podrá cambiar nada. Ya cuando podamos selecionar la modalidad Kickers, tendremos la opción de elegir a los tres jugadores de campo entre los diez candidatos. De este modo dispondremos de las habilidades de cada uno de ellos en los encuentros. Así podremos hacer las combinaciones que queramos y el juego gana en diversión.
Seis son compañía
Nuestros primeros partidos para este análisis de Super Kickers League han estado bastante bien. Sobre todo gracias a la novedad y el ir descubriendo las habilidades de los protagonistas. Lo malo llega tras varios encuentros, cuando vemos lo repetitivo de la fórmula y los fallos de la IA. Porque aún encontrándonos ante un juego arcade, al final todo se reduce a correr y chutar. Sí, tenemos pases por alto o en corto y regates, pero apenas los usaremos.
En gran parte porque nuestros compañeros de equipo se mueven por el campo como pollos sin cabeza. No siguen un mínimo de lógica a parte de ir hacia el balón, a veces. Además al no existir mapa, no siempre sabremos donde se encuentran, por lo que terminaremos por correr hacia delante y disparar a puerta la mayoría de las veces.
Incluso el uso de las habilidades tampoco será una prioridad ya que aunque ayudan, no son definitivas para marcar un tanto o defender. Y por último tenemos a los guardametas, capaces de lo mejor y de lo peor. De parar tiros potentes y colocados, o de que la pelota les rebote en la cabeza y se metan gol en propia puerta. Está claro que en un título como este no iban a ser los protagonistas, pero podían haberlos cuidado un poco más.
Menos mal que todo este tedio se reduce mucho si conseguimos hasta a cinco colegas más. Así, podremos jugar un partido los seis. Cada uno controlando a un único capitán con su correspondiente poder. Esto eleva la diversión muchos puntos.
Gráficos y sonido
En cuanto a los apartados técnicos, también tenemos aquí una de cal y otra de arena. Los diseños de los personajes están bastante bien y desprenden bastante personalidad. Además su atuendo casi siempre va acorde con su superpoder. Así, la vaquera sacará una vaca con la que golpeará todo lo que pille, o la militar invocará a un ovni para abducir unos segundos a algún rival.
Lo malo es que las animaciones no son nada del otro mundo, la física del balón es regular y hay poca variedad de escenarios. Tampoco los efectos de las técnicas especiales destacan y no esperéis ver el tiro del tigre de Mark Lenders en los supertiros.
En cuanto al apartado sonoro, las melodías no destacan. No es que suenen mal, pero durante los partidos apenas nos daremos cuenta de que están, ni las recordaremos al dejar de jugar. Por otro lado, los efectos durante el encuentro como golpes o chuts cumplen de manera correcta con su función.
Conclusiones
Nos encontramos pues, con un título ideado para jugar sin tener que comernos mucho el coco. Su gran objetivo, es que nos divirtamos desde el primer momento en que nos pongamos a los mandos. Ciertamente lo consigue, sólo que con el paso de los partidos este factor se diluye debido a lo repetitivo de la fórmula. Tampoco ayuda la poca variedad de escenarios y personajes para elegir. Además la básica IA del juego, termina por conseguir que hagamos lo mismo una y otra vez.
El modelado de los capitanes tiene bastante personalidad, pero no así sus animaciones ni el movimiento de la pelota. Tampoco las técnicas especiales lucen especialmente remarcables. Su música y efectos de sonido son correctos y cumplen, pero no se nos quedarán en la cabeza una vez salgamos del juego.
A la espera de una posible nueva entrega Super Mario Strikers, y teniendo en cuenta el poco bagaje de títulos de fútbol en la híbrida de Nintendo, estamos ante una opción bastante recomendable a pesar de sus defectos. Si ya os habéis aburrido de Fifa 19, es posible que os interese este análisis de Super Kickers League.
Allons-y!