En este análisis de Snake Pass para PC vamos a descubrir varias cosas, como que no todos los mundos en 3D son una buena idea. Y que no todas las buenas ideas dan buenos resultados.
Si el narratrivia del que os hablé hace poco os lo recomendaba a pesar de sus gráficos y sonido, con el análisis de Snake Pass hago todo lo contrario. Es visualmente muy llamativo y más que correcto en el apartado sonoro, pero también un completo desastre a nivel de jugabilidad. Y ahí se va toda la diversión. Sumo Digital no ha hecho un juego difícil. Sólo ha diseñado un control tosco y una cámara incómoda.
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Pero empecemos por el principio. Snake Pass nos pone en la piel, antes de que la mude, de Noodle, una simpática serpiente. Sin explicación alguna ni introducción que nos ponga al día, Doodle despierta a Noodle. Algo pasa y ella es la encargada de solucionar el problema. No sabemos ni cómo ni por qué, pero allá vamos. A salvar Haven Tor de cualquiera que sea el desastre que lo amenaza. Eso es fe y lo demás son tonterías.
Por si sirve de algo, Doodle es un pequeño pajarillo que nos hará a la vez de guía y ayudante. Aunque, siendo sinceros, guía poco y ayuda menos, pero ahí está. Gracias al Unreal Engine 4, el mundo de Snake Pass es realmente llamativo y está bien animado. Más aún el cuerpo de Noodle, que es una delicia cuando responde a las órdenes. Pero, por desgracia, no es en absoluto suficiente para compensar los fallos del juego
Reinventar la rueda y acabar con un melón
Darle una vuelta de tuerca a un género tan clásico como las plataformas no es nada sencillo. Es innegable que Snake Pass es muy ambicioso en este aspecto, pero creo que falla en lo principal. Desde mi punto de vista, un mundo en tres dimensiones nunca será cómodo para superar obstáculos. Da igual que sea saltando o reptando, como es el caso. Si a eso le añadimos una cámara que nunca se coloca por si sola en el sitio adecuado, combo definitivo.
Tampoco me las voy a dar de jugador experto, true gamer o algo así. De hecho, la primera toma de contacto para hacer este análisis de Snake Pass fue muy positiva. A pesar del inicio tan frío que tiene, los primeros compases son muy divertidos. En apenas diez minutos ya tienes claro los controles y lo que tienes que hacer para avanzar. En los diez siguientes consigues dominar un poco más a Noodle e incluso te aventuras a buscar todos los coleccionables del primer nivel. Las sensaciones no pueden ser mejores. Un juego bonito, con una idea muy original y que consigue ser divertido. ¡JA! Has caído en la trampa.
Una vez terminada la primera fase de Haven Tor, empiezan las complicaciones. Los niveles son un poco más exigentes, mejor dicho, muy exigentes y entonces es cuando se le notan las costuras al juego. Cuando necesitas precisión y buena respuesta a los controles, te das cuenta de que las veces que has muerto anteriormente no han sido siempre culpa de no saber jugar. La capacidad de Noodle para agarrarse al borde de una superficie es inversamente proporcional a lo necesario que sea hacerlo.
Una cara bonita no lo es todo
Y es que tengo que volver a repetirlo. Snake Pass es muy bonito, muy llamativo y te dan ganas de jugar nada más verlo. Incluso la sencillez del menú o los pocos controles necesarios para moverte te hacen pensar que te vas a divertir. Todo tiene un aire a clásico de plataformas, superar obstáculos, trampas y precipicios infinitos con habilidad y paciencia. Pero no. Con eso no va a bastar. Mucha habilidad vas a necesitar para contrarrestar el (por momentos) caprichoso movimiento de Noodle. Y eso va a acabar con tu paciencia.
Es una lástima. De hecho, ojalá en Sumo Digital se dieran cuenta e intentaran arreglarlo, porque el mundo que han creado vale la pena. Pero como ya hemos dicho más de una vez en esto de los videojuegos, los gráficos no lo son todo. Las buenas ideas tampoco. Hay que saber llevarlas a cabo y conseguir que el jugador se enganche. Es muy importante que el reto sea continuo y cada vez un poco más exigente, pero cuando la solución a los problemas no está en manos del que juega, la frustración hace acto de presencia.
No puedo acabar este análisis de Snake Pass sin mencionar una cosa que me ha hecho bastante gracia mientras jugaba. En las últimas pantallas, en la parte más alta de Haven Tor, las corrientes de aire son bastante fuertes. Doodle te dice que pueden ayudarte a cruzar precipicios. La verdad es que el que te lleva de un lado a otro es él. Ese pajarillo que durante todo el juego apenas puede sostener tu cola, ahora puede levantarte sin ningún tipo de esfuerzo aparente. Y tú llevas horas y horas cayendo al vacío mientras Doodle te miraba.
Conclusiones
En definitiva, es un juego muy bonito, pero todo lo que tiene de simpático lo va perdiendo con cada muerte que se podría evitar con una mejor colocación de la cámara y una mejor respuesta de los controles. No sé si será algo exclusivo de la versión de PC, que es la que hemos usado para hacer este análisis de Snake Pass, o también pasará en las versiones de PS4, Xbox One y Nintendo Switch. Si alguno de vosotros se anima a probarlas, que no dude en contarnos sus impresiones.