¡Cuánto echábamos de menos poder continuar las locuras de la banda morada! Tras varios títulos magníficos, y otros que no lo eran tanto, Saints Row tocó techo con su cuarta parte. Ser presidente de los Estados Unidos y derrotar una invasión alienígena desde Matrix era algo que no se podía igualar, de hecho, yo creo que ya fue pasarse de vueltas. Ya no había humor o narrativa que sostuviese tanta flipada por metro cuadrado. Supongo que Volition debió pensar lo mismo y por ende se lanzó a reconstruir la marca desde cero, con una entrega de la que hoy podemos contaros todos sus pormenores. Dentro análisis de Saints Row.
Si me preguntáis a mí, después de haber invertido cerca de 50 horas a la obra de Volition, creo que realmente no estamos ante algo nuevo y rompedor como se nos quería vender. Saints Row es Saints Row, demasiado Saints Row diría. Más que un borrón y cuenta nueva, esta entrega busca una recuperación de los orígenes de la franquicia, como un intento fútil de traer las sensaciones que nos dejaron los títulos más populares como Saints Row 2 o The Third.
A priori esto no es algo negativo, pues hablamos de los dos juegos más sólidos, con personalidad y divertidos de toda la saga. ¿Lo malo? Que no considero que lo consiga, no al menos tan bien como lo fueron en su día las citadas entregas. Saints Row es divertido, sí, pero muchos de los recursos que esgrime se sienten obsoletos y desfasados en pleno 2022, una época donde no paramos de ser bombardeados de juegos de todas las clases, estilos y que no se cortan en experimentar con cosas nunca vistas.
En Saints Row, el gunplay, conducción, política de recogida de coleccionables, formato de ayudas visuales para el jugador, la forma de llevar la historia y los personajes… Es lo mismo que vivimos en Saints Row: The Third. Todo sigue igual en al mal de los sentidos, porque a pesar de ser sistemas y mecánicas que en su momento eran decentes, ahora mismo se hacen incómodos y hasta a veces frustrantes.
Algo que tampoco se siente con aires renovados es el humor negro tan característico. Si que he notado que se han bajado bastante los humos, siendo igual de gamberros pero viéndose desde otro prisma, uno más cercano a una sitcom donde cada personaje principal ejerce un rol claro en el grupo. Nuestro «Jefe» es el tío duro que se le da bien matar, Neenah es la encargada de conducir y tunear los vehículos, Kevin es un DJ con muchos contactos y Eli es el clásico frikazo que juega a rol y se le dan bien las mates. En este aspecto sí que vemos un trabajo más notorio que con la banda precursora, donde nosotros prácticamente éramos el todoterreno mientras los demás eran figuras que solo destacaban por su imagen. Con excepciones como Gat, claro está.
Saints Row quiere ser una historia divertida pero también quiere hacernos partícipe de un grupo de amigos que no tienen donde caerse muertos, viviendo con un cuchitril con un alquiler prohibitivo, sin esperanzas de futuro por culpa de los malos trabajos que hay en Santo Ileso y su despreocupación por aquel que esté fuera del sistema. En cierta parte, entendemos que acaben siendo delincuentes sin ninguna aprensión por la ley desde el minuto uno.
Cuando la banda nace y empieza a coger forma lo notamos como algo orgánico, algo necesario. Lo sentimos desde la barrera visual, viendo como nuestra base — la iglesia — va reformándose conforme avanzamos en las misiones principales pero también desde la barrera jugable, gestionando los negocios de nuestro barrio, barriendo las calles de las bandas rivales, completando actividades secundarias y como en nuestra APP del banco los dineros van engordando, pasando de cobrar cientos de dólares en muchas horas a cientos de miles en pocas.
Donde Volition ha echado la carne en el asador ha sido en el poder de creación que ha otorgado a los jugadores. Su creador de personajes es de los más completos y funcionales que he visto nunca, pudiendo replicarnos a nosotros mismos sin mucha complicación (o incluso a cualquier otro personaje que se nos pase por la cabeza). Estoy seguro que conforme salga el juego, y más gente se lo agencie, veremos auténticas obras de arte salir de su creador.
Su importancia es tal, que hasta podremos guardar diferentes versiones de nuestro personaje y compartirlas en la red, para que otros usuarios se las descarguen y puntúen. Se acabó eso de desbloquear y pagar en clínicas de operaciones estéticas para poder retocarnos físicamente, en este reinicio podremos hacerlo siempre que queramos desde nuestro teléfono móvil. Por ello, podremos trastear con la ropa y físico del personaje de mil maneras diferentes y guardarlas, creando un banco de datos de «skins» y así poder cambiar entre ellas a nuestro gusto.
Insisto en que estamos ante el punto más notable de esta producción, pues no solo nos limitaremos al creador de personajes, sino que la misma ciudad está repleta de tiendas de ropa, tatuajes e incluso gestos que podremos comprar para ampliar las que de por sí ya parecían opciones infinitas. Esto es aplicable al tema de los vehículos, pudiendo personalizarle desde el sonido de la bocina hasta conseguirles mejoras especiales como pinchos en las ruedas, asientos eyectables, ruedas todoterreno y cables para remolcar otros vehículos.
Ya me quejé de que a nivel jugable podremos resumir su experiencia como algo (bastante) obsoleta. No obstante, en lo personal no creo que sea el mayor de sus problemas, sino que lo es su optimización. Aunque el juego nos ofrece bastantes modos de imagen para priorizar calidad gráfica o fluidez en consolas — nuestra versión para analizar es la de PlayStation 5 — el juego funciona mejor en televisores de resolución 1080p, siendo el modo de calidad ultra a 1080p el más acertado para jugar si tenemos un TV que no llegue a más resolución. De esta forma tendremos una calidad visual muy buena sin renunciar a los 60 fps, unos que solo se resentirán en muy contadas ocasiones. No así el modo fluidez a 1080p, que estabilizará los 60 fps en todo momento pero haciendo muchos sacrificios en elementos como las sombras o las texturas.
Pero lejos de esto, el juego adolece de muchos bugs y problemas que llegan a hacer demasiado frustrante jugar a Saints Row. Hay algunos problemas que ya son conocidos, y que se corregirán en parches que vendrán con el lanzamiento del juego a las tiendas, pero siguen habiendo demasiados que necesitan subsanarse lo antes posible. Por ejemplo, el editor a veces se queda trabado, obligándonos a cerrar la aplicación y fastidiándonos el progreso de cualquier misión que estuviésemos haciendo. Otros directamente no nos deja interactuar con NPC o interruptores, obligándonos a reiniciar misiones. Repito que esto no es algo anecdótico, sucede constantemente, por lo que Volition ya puede ponerse las pilas.
En lo demás, el juego funciona lo bien que se esperaría de una aventura de mundo abierto. Las calles están llenas de vida y el entorno responde coherentemente a nuestro paso, siendo bastante destruible si conducimos como unos cabras. La IA funciona así asá, dejándonos enemigos que son casi esponjas de balas muy predecibles y transeúntes con ciertos complejos suicidas. No es que sea terrible su funcionamiento, pero está al nivel de cualquier juego del estilo de hace 10 o 15 años. Podían haberse esmerado más.
Considero que Volition ha desaprovechado aquí una valiosa oportunidad para llevar a Saints Row a un nuevo peldaño que lo convirtiese en un referente de mundo abierto. Mis sospechas vertidas cuando realicé las impresiones se cumplieron y estamos ante un escenario donde el presente título es más de lo mismo, sin diferenciarse lo necesario a sus entregas pretéritas. Apenas hay cambios, sobre todo en lo nuclear, volcándose casi en su totalidad a dar opciones al jugador en su vertiente creativa.
La nueva banda creo que está mejor escrita y es más activa, dejando atrás las fumadas de la cuarta parte para volver a ese rollo de humor negro más comedido y a la fragua de la guerra de bandas. Santo Ileso nos refresca en comparación con Stilwater o Steelport y no son pocas las actividades que podremos desarrollar a lo largo de sus muchas horas que dura el videojuego. Pero no rasques más, porque no hay profundidad, y aunque el juego plantea muchas cosas, es mediocre en casi todas.
Si te gustaron los anteriores Saint Row, y tienes mono de volver hacer el cabra con la banda morada, estoy seguro de que te gustará lo que Volition nos ha traído. Ahora, si esperas algo novedoso, vete despidiéndote. Tras haber completado este análisis de Saints Row, solo puedo decir que se siente como si hubiese salido hace 15 años.
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