Acompáñanos en este análisis de Return To Monkey Island para descubrir si las aventuras gráficas clásicas se mantienen al día de hoy.
Aunque su anuncio no estuvo exento de polémica, el bueno de Ron Gilbert lo ha dado todo y más para sacar adelante la nueva entrega de su codiciada saga Monkey Island. Conocido como Return To Monkey Island, esa secuela es toda una bendición para los amantes del género y los fans más acérrimos de la narrativa de Ron Gilbert, pero, ¿está lo suficientemente a la altura como para gustar a alguien poco ducho en el género? Lo descubrirás ahora mismo si sigues leyendo este análisis de Return To Monkey Island.
Un desarrollo sepultado por el secretismo
Puede resultar increíble que un título con semejante expectación detrás pudiese desarrollarse en el más estricto de los secretos sin que nada se filtrase. Es por ende que no fue de extrañar que el anuncio empezase a poner la piel de gallina a los espectadores cuando vieron el logo de Lucasfilm seguido del de Monkey Island para terminar con un grito de hype cuando se descubrió que Terrible Toybox, la compañía del creador original de la franquicia, eran los encargados de traer de nuevo a la vida al bueno de Guybrush.
Se podría decir que estamos ante uno de los lanzamientos más esperados, pues no en vano las anteriores entregas gustaron tanto que no son pocas las legiones de fans que empuñan la bandera de la Isla de los Monos, la mayoría ya pasando la treintena y incluso la cuarentena. Porque el trayecto de juegos de Monkey Island no es precisamente corto. Tenemos The Secret of Monkey Island, Monkey Island 2: LeChuck’s Revenge, The Curse of Monkey Island, Escape from Mnkey Island y Tales of Monkey Island, firmado por los chicos de Telltale Games.
¿Son tan altas las expectativas que maneja este Return To Monkey Island? Si tenemos en cuenta que llevamos 31 años de legado, las mismas se catapultan hasta el espacio sideral. Veremos más adelante si nos estrellaremos o si hemos recibido algo que las cumpla a rajatabla.
Una clásica aventura de piratas: humor, grog y acertijos
Sí, culpables, tal y como el mismo Gilbert ha dicho, estamos ante una aventura clásica de piratas, donde los tesoros y los enemigos abundan más que la lluvia en Galicia. No en vano, como buena aventura gráfica que es, el pilar que sustenta toda la obra es su historia, una de la que intentaré profundizar lo menos posible pues desvelada la sorpresa, considero que el interés por jugarlo podría decaer estrepitosamente.
Os puedo decir que volvemos a los mandos de GuyBrush Threepwood y que volveremos a indagar sobre el secreto que aguarda en la Isla de los Monos. Todo esto sin que falte otro personaje clásico en el plantel: el malvado pirata LeChuck, quién regresa en forma de fantasma, como era de esperar. Ahora, hablando de la forma de la historia, creo que no estamos ante nada que invente la rueda ni refresque lo ya conocido. Es una historia bastante previsible, sustentada en la narración por diálogos donde el humor es el gancho principal para mantenernos concentrados. Es un claro «más de lo mismo» que se agarra muy fuerte a la nostalgia de las dos primeras obras. Supongo que será suficiente para encandilar a los más fans, pero puede que decepcione a los que esperaban algo más radical.
Algo que también podremos trasladar al caso de los personajes. Quintando al bueno de Guybrush, quien sigue igual de elocuente, socarrón y avispado con su retranca pirata, el resto de personajes se sienten que tienen un rol más testimonial que en otras entregas, buscando aparecer para llevarse ese «¡oh!» del público al contemplar su aparición, pero realmente no llegan a brillar como en entregas pretéritas.
Por fortuna, si no habéis jugado a los títulos anteriores, el juego trae un suculento menú donde podéis leer resúmenes de los mismos para ir bien estudiados a la entrega que hoy nos atañe.
Buscando ser una aventura para el mayor espectro de público posible
Como no podía ser de otra forma, Return To Monkey Island es una aventura «point and click», es decir, que jugaremos usando el ratón para desplazar al personaje e interactuar con los escenarios, esbozados en un rico 2D. Sin embargo, estamos ante un título mucho más simple y directo de lo que uno podría llegar a creer. El menú es muy simple y fácil de entender, la navegación más de lo mismo, aunque se mantienen las clásicas opciones de mirar, coger y hablar que ya pudimos usar en los títulos originales.
Puede que los jugadores más veteranos o experimentados en la materia lo encuentren demasiado soso, pero claro, Return To Monkey Island no quiere que se te derritan las neuronas navegando por los escenarios como sí hacían juegos como Broken Sword, sino que te lo pases bien interactuando y leyendo sus frases rebuscadas para cada acción, jugando con la retranca y el humor negro que tan buen uso le da este videojuego.
Los puzles en cambio son harina de otro costal. Hay muchos, muy variados, pero bastante difíciles, cuanto más si no estás acostumbrado a este tipo de sistemas o si eres un novicio en el género. Realmente como no estés atento y muy concentrado, hasta el más sencillo de los puzles puede ser una pesadilla, llegando a ser muy pero que muy frustrante por momentos. Eso sí, considero que están genial implementados y que la inventiva es una maravilla, sobre todo en aquellos puzles que salpican a los diálogos.
Pero como ya os dijimos en el anterior apartado, el juego de Gilbert quiere abrazarte sin importante ninguna condición. Si los puzles te son muy difíciles, existe un modo Casual que te los facilita enormemente para que solo te concentres en disfrutar de su historia.
Nuevos tiempos, nuevo estilo visual
Dejando atrás su más que característico estilo pixel art, Rerturn To Monkey Island versa ahora en un estilo más acuarela y cubista. De primeras es entendible que guste menos, pues el estilo pixel art estaba muy arraigado en la obra de Gilbert y cuesta ver a Guybrush y compañía tan cambiados. Personalmente, me parece un estilo bastante feo y que consigue que muchos personajes pierdan carisma y gracia, no obstante, en movimiento es otra historia, pues lo fluidas y amenas que son las animaciones compensan este estilo tan poco acertado.
También es cierto que es más molesto en el caso de los personajes, pero es más asumible en el caso de los escenarios. Estos desbordan tanto colores, luces y sombras, que son puro gozo interactuar con ellos. La verdad es que lo ideal hubiese sido apostar por un estilo diferente para los personajes, uno más maduro y relacionado con la temática pirata, pues por momentos hasta da la sensación de que estamos imaginando un cuento para niños pequeños.
En cuanto al sonido estamos ante otro rollo completamente diferente. La banda sonora es magistral, los efectos sonoros acompañan al tono divertido de la historia e incluso el doblaje, efectuado por actores de renombre como Dominic Armato o Alexandra Boyd, goza de un nivel para sacarse el sombrero.
Análisis de Return To Monkey Island – ¿Esta es la ruta hacia la Isla del Mono?
Creo que este análisis de Return to Monkey Island refleja bien lo que alberga este videojuego: es una carta nostálgica para los fans veteranos y a la vez una buena puerta de entrada para aquellos curiosos de las aventuras gráficas. Ahora bien, creo que el estilo visual no podía estar más desacertado y el nivel de la mayoría de puzles es demasiado alto como para que alguien no versado en el género pueda jugar sin frustrarse en las modalidades originales.
Por lo demás, me ha gustado lo fluido que se mueve todo, su espectacular banda sonora y, sobre todo, su siempre incombustible sentido del humor que nos hace de vehículo en una historia que nada tiene que envidiar a lo visto a las mejores entregas de Monkey Island. Además, como te enganche, te lo pasas en un suspiro, pues a un servidor no le ha llevado más de diez horas darle carpetazo.