¿Cazar o ser cazado? De nosotros depende qué rol tomamos en nuestro análisis de Predator: Hunting Grounds. Juguemos al gato y el ratón, pero a muerte.
Empecemos por lo sencillo, ¿qué es Predator? Se trata de una película cuyo nombre proviene de la sanguinaria criatura que lo protagoniza, cuyo objetivo es hacerse con trofeos de caza. Incluidos humanos, por supuesto. Así pues, ya os podéis hacer una idea de lo que vamos a ver en este juego, ¿verdad? Eso sí, aunque parezca mentira, no tiene todas las de ganar el depredador que copa la portada aquí. Veamos qué tal le ha ido con este análisis de Predator: Hunting Grounds para Playstation 4.
Simple y conciso
La premisa de Predator: Hunting Grounds es sencilla, cinco jugadores en un mapa, cuatro mercenarios y un depredador, y muchos NPCs de por medio. Esta es la máxima en este título, el cual está totalmente enfocado al multijugador. Exacto, no esperes ningún modo más allá del tutorial y partidas locales. Y todas las partidas concluyen en lo mismo.
Como miembro de la escuadra militar, nuestro objetivo principal, sorprendentemente, no es eliminar al depredador, sino completar una misión. Esta meta se describirá en la pantalla de preparación en perfecto castellano, aunque al final siempre es el mismo tema: ve a este punto, elimina a estos soldados controlados por la IA, defiende el punto o interactúa con algunos objetos del escenario. Finalmente, tendremos que largarnos del lugar en el helicóptero.
Todo eso es demasiado sencillo, ¿verdad? Me ha faltado añadir el factor Predator, el quinto jugador. ¿Cuál es su objetivo? Matar, cazar, eliminar. Tan simple como eso. Si el depredador se merienda al resto de la escuadra, se acabó. Aunque también puede concluir la misión antes de lo esperado si ocurre al revés, que el depredador sea cazado.
Lo cierto es que no hay nada más que contar sobre el transcurso de una partida. Bueno, puedo añadir un apunte. A la hora de buscar una sala, si quieres jugar como el depredador, coge unas palomitas, una consola portátil o algo, porque los buenos cinco minutos esperando no te los quita nadie. Por supuesto, para jugar como un humano genérico el tiempo medio es de medio minuto.
Preparando la cacería
La parte sabrosona de todo esto es la customización de nuestro personaje, ya sea militar o depredador. Así pues, podemos elegir el tipo de clase que será nuestro humano, pudiendo ser asalto o explorador, entre otras. ¿Qué diferencia cada una de ellas? Los atributos. Factores como la velocidad del personaje, la salud y la resistencia se ven afectados dependiendo de la clase. Por ejemplo, el asalto tiene más vida, pero el explorador más velocidad. Tiene sentido, ¿no?
Por supuesto tenemos a nuestra disposición diferentes tipos de armas, como pistolas, escopetas y rifles semiautomáticos. Poneos siempre una escopeta, es genial para cuando el depredador se acerca a por ti. Lo digo por experiencia, qué carnicería.
En el lado contrario tenemos al depredador y sus múltiples herramientas de combate, como red de captura, arco y espada. Aunque parezcan más rudimentarias, son mucho mejores que las armas militares, por lo menos en el apartado de potencia bruta. Además, para ambos bandos tenemos una serie de bonificaciones, los cuales dotan a nuestro personaje de un set de movimientos y habilidades únicos. Bueno, no tan únicos porque siempre puede venir alguien que tenga lo mismo, pero ya me entendéis. En este aspecto, Predator: Hunting Grounds tiene bastante variedad.
Finalmente, qué sería de nosotros sin las archiconocidas cajas. Podemos ganarlas subiendo de nivel, o pagando por ellas, cómo no. Aquí encontramos diferentes aspectos y colores de los mismos para personalizar físicamente a nuestros queridos avatares. Mi militar está vestido como el típico novatillo militar, con la gorra al revés y cara de ser el primero en morir.
La selva con más muertes por metro cuadrado
Vamos a pasar a los mapas que podemos ver en el juego. Aunque hay unos cuantos disponibles, las diferencias entre ellos radican, casi exclusivamente, en las estructuras que están situadas dentro del terreno, ya que todos son ambientes selváticos. Tuve que comprobarlo por mí mismo para verificarlo, ya que al principio creía que sólo había un mapa.
Por otro lado, el diseño de los personajes controlados por la IA es genérico a más no poder, muchos siendo clones. Además, tampoco puede pasar por alto algunas caídas de frames, así como dientes de sierra y cargas de texturas tardías. Esto último, si lo queréis comprobar, podemos verlo desde el propio menú del juego, aunque también en las escenas iniciales y finales de las partidas.
En cuanto al apartado sonoro, en general es bastante anodino. Apenas te das cuenta cuando juegas que existe, hasta que el depredador aparece (o cuando eres el depredador claro). Eso sí, cumple en los momentos de tensión, como los ya mencionados o la espera del helicóptero. Aquí sí que cumple su función. Para acabar, y como ya he mencionado al inicio del análisis, está doblado al castellano, con una actuación bastante aceptable. Aunque el sonido que hace el personaje militar cuando se está cansando es un poco forzado, rozando lo ridículo.
Pasando el rato cazando jugadores
Ha sido rápido, ¿verdad? Predator: Hunting Grounds nos ofrece una jugabilidad sencilla, directa y concisa, que peca de simple pasadas unas cuantas partidas. Lo cierto es que puede llegar a ser adictivo, ya que si te da igual el bando que sea puedes jugar partidas rápidamente, y la tensión, así como el desarrollo de la misión, están muy bien plasmados.
Sin embargo, en el apartado audiovisual peca de ser algo mediocre, por no decir que la falta de diversidad de jugabilidad hace que al cabo de tres partidas aproximadamente cierres el juego para pasar a otra cosa. Si quieres un título directo, con una jugabilidad entretenida y simple, Predator: Hunting Grounds puede ser lo que buscas. Eso sí, ten a mano un online decente.