The Pokémon Company nos trae el primer spin off «principal» de la saga de sus monstruitos. El primer juego «tocho» de Pokémon que llega a Nintendo Switch y que nos pretende dejar una nueva forma de jugar que mezcla lo nuevo y lo viejo. Y la verdad es que, como vais a ver en el análisis de Pokémon Let’s Go, la cosa no les ha salido nada mal.
Antes de entrar en materia, me gustaría aclarar un poco qué es este Pokémon Let’s Go. Y es que hay un poco de confusión en ello.
Para empezar, no se trata de un remake del Pokémon Amarillo. Para nada. Puede parecerlo a primera vista, pero esto va por otros derroteros. Para seguir, tampoco se trata de un remake al estilo Pokémon Rojo Fuego. No van los tiros por estos caminos.
Pokémon Let’s Go es otra cosa. Se trata de una extraña pero efectiva fusión entre el pokémon más tradicional (los juegos principales) y la locura de dispositivos móviles de Pokémon GO. El resultado es, simplemente, algo interesante que, pese a estar enfocado más en el nuevo jugador, tiene en cuenta al más veterano.
Sin embargo, ya os lo advierto. No esperéis un juego que sea continuación de los pasados Sol y Luna. Hablamos de un juego que continúa con la historia principal de la saga, pero a la vez, vuelve a comenzar casi desde cero.
Vamos a encontrar las mega evoluciones, las formas de Alola, e incluso a antiguos entrenadores que manejamos en su día. Todo esto demuestra que no se trata de un remake, sino de una continuación. Pero esta inluye elementos nuevos y prescinde de otros tantos.
Así que, si os ha quedado claro, genial. Y si no… pues intentaré explicarlo en lo que queda de anáisis.
No se puede negar que Pokémon GO le ha quitado la duración de la batería a la mayoría de los aquí presentes. Llevar a tus pokémon contigo de aquí para allá y caputar en cualquier sitio no tiene precio. Y esa fiebre ha hecho que The Pokémon Company quiera aprovechar para meter a más jugadores (aún) en su franquicia.
Seamos sinceros. Para una persona que se meta en el mundo de Pokémon hay demasiados elementos a tener en cuenta. Sobre todo si pensamos la media de edad con la que se entra en la saga.
Que si IV, que si entrenamientos, que si bayas, que si líderes, que si nuevos pokémon (ya vamos por 800). Son muchas cosas que un jugador novel puede perderse o incluso hacer que sea hasta abrumador.
Por eso, este juego ha cogido lo mejor de Pokémon Go y lo ha llevado a consolas. Es decir, ha simplificado las cosas, les ha puesto un límite y le ha dado un toque amigable. Todo para que el jugador novato se sienta atraído por la saga y, quién sabe, acabe jugando a los de la serie principal.
Estos elementos (la simpleza) son por ejemplo la captura de pokémon, que ya no es a base de luchar contra ellos. Y sobre todo, de la limitación de los 151 pokémon iniciales de Kanto y sus rutas. Esto ya es una simplificación bastante bestia, pero no es lo único que hay que tener en cuenta.
Quizás el elemento que más se ha simplificado es el entrenamiento de los pokémon. Desde el primer momento vamos a ver que tenemos el repartir experiencia en nuestra posesión. Esto hará que casi cualquier cosa que hagamos haga que nuestros monstruitos suban de nivel como la espuma.
No solo hablo de luchar contra entrenadores. También hablo de capturar. Y mira que en ese acto los pokémon no tienen nada que ver. Solo somos nosotros los que lanzamos la pokéball y punto. Pero, al igual que en Pokémon GO, nos dan experiencia por este hecho. Y tendrán en cuenta la calidad del lanzamiento, las veces que lancemos la pokéball y el tipo de pokémon que tengamos enfrente.
Con todo ello, veremos que llevar a un pokémon que acabemos de capturar a ciertos niveles (sobre todo hasta el nivel 20) es bastante sencillo. Bastará con que nuestro primer pokémon sea la leche y el resto ya se irá haciendo casi sin darnos cuenta.
Además, como ocurría en el primer juego, la primera mitad de la historia es muy sencilla. Los entrenadores pokémon parece que son lerdos. Solo van con un pokémon y, encima, te meten ataques inútiles o poco efectivos cuando tienen otros que podrían machacar. Y sí. Para colmo de males, son también de niveles muy bajos.
También existen ahora los caramelos especiales. Estos harán que, directamente, mejoren las estadísticas de nuestros pokémon. Su vida, su ataque, su defensa… lo que sea. Es otro ejemplo de la simplificación que hay en el título y su enfoque a los nuevos jugadores. Quizás no te guste, pero es lo que hay.
El reproche más grande que le podemos hacer al juego es, como casi siempre, su dificultad. Pero en esta ocasión, al estar enfocado a un tipo de jugador más novatillo y esas cosas, se acentúa aún más.
El juego se puede hacer en muy poco tiempo. Los retos obligatorios apenas conseguirán que nos despeinemos. Y aunque nuestro pokémon principal (Eevee o Pikachu) no sea el mejor para combatir contra nuestro oponente, si lo tenemos un poco subido será más que suficiente.
Las cosas se complican un poco cuando llegamos a la parte final del juego, como siempre. Pero tampoco es una locura.
Sin embargo no desesperéis, culpables. Para los más veteranos hay un pequeño detalle que os va a gustar. Hay una serie de retos un poco más subiditos de tono que conseguirán, a veces, que sudemos un poco. Se trata de entrenadores experimentados que no nos retarán como el resto. Tendremos que ir nosotros a hablar con ellos y nos propondrán un combate algo más chungo.
Los líderes de gimnasio también pueden ser un hueso algo duro de roer. Sobre todo al final. Y sí, aunque a veces nos dicen cómo los tenemos que vencer, no siempre pasa. Y pese a ello, los hay puñeteros.
El otro punto fuerte de Pokémon Let’s Go es el que está hecho para atraernos a nosotros. A los más viejunos del lugar. Es decir, a los que ya le dimos lo suyo a Pokémon Rojo, Verde, Azul o Amarillo.
Sí, nos encontramos con un juego algo simple para lo que estamos acostumbrados. Tiene menos retos que otros juegos de la saga. Y sí, es facilón. Pero es no quita que no sea una forma magnífica de volver a Kanto y revisitar esos lugares que tanto nos dieron en su momento.
Gráficamente el juego es una maravilla. Es la primera vez (quitando los Pokkén Tournament) que vemos los pokémon de esta guisa. Y hay que reconocer que lucen estupendamente. Los escenarios se recrean con mucho mimo y detalle. Y si nos vamos al Amarillo de, por ejemplo, la Nintendo 3DS, veremos que la mayoría de las cosas están ahí. Como en su origen.
Además, la banda sonora juega un papel importante en todo esto. Y es que escuchar las melodías de nuestra infancia otra vez, y además así de orquestadas es una verdadera gozada.
Si a esto le sumamos su relación con el anime, con Jessie, James, Mewth, Misty, Brock y demás, la cosa se vuelve aún más nostálgica.
He de admitir que el juego me ha sorprendido, y mucho, en este sentido. No tenía todas conmigo que fuese a ser un juego que me gustase tanto como lo está haciendo. Pero mira, eso que me llevo.
El último punto que quiero tratar es el de la jugabilidad. Pokémon Let’s Go nos propone varias formas de jugar. La primera es la tradicional, con los mandos y punto y pelota. No guarda mucho misterio y es muy accesible.
La novedad en este sentido es, cómo no, la captura de pokémon. Si lo hacemos desde la consola tendremos que hacer uso del giroscopio para enfocar al pokémon y lanzar la pokéball. Como en Pokémon GO si tenemos activado la AR.
Pero también podremos optar por jugar con la Pokéball Plus. Sí, soy un friki y me hice con ella. Y para mi sorpresa, es mucho más que un accesorio. Se trata de un joy-con completamente funcional. Con él podremos jugar al juego sin ningún añadido. Cómo no, tendremos que lanzarla para atrapar los pokémon y, ojo al dato, hará todos los efectos de la pokéball de la pantalla.
Si atrapamos al pokémon, escucharemos en la pokéball plus el sonido que hace el monstruito de por sí. Y si no, este sonido se oirá por la consola o la televisión. Además, veremos, por el color, de qué tipo es. Muchos detalles a los que se le suma la música del Centro Pokémon cuando la ponemos a cargar. En serio, son unos cafres por tener tantos detalles.
Y no olvidemos la conexión con Pokémon GO. El juego nos permitirá pasar pokémon del móvil a la consola (menos los legendarios) para poder intentar atraparlos allí. También podremos mandarle pokémon al profesor Oak, como hacemos en el de móviles, o sacar a pasear a un pokémon en la pokéball plus para subirlo de nivel.
Por último, también nos ofrecen la posibilidad de jugar a dos jugadores. El segundo jugador cogerá otro control y llevará a un personaje genérico. Todo el control recaerá sobre el player one, pero desde luego, es ideal para que los padres jueguen con los peques y les ayuden. Porque recordad, que sois mayorcitos y sabéis lo que hacéis. Pero otros jugadores más peques igual lo tienen más complicado.
Pokémon Let’s Go es un juego que puede generar dudas. Sobre todo entre los más veteranos de la saga. No se trata de un juego principal, como por ejemplo Sol y Luna. Tampoco es un remake, como Zafiro Alfa o Rubí Omega. Es otra cosa.
Podríamos meterlo dentro del saco de los spin off como el propio Pokémon GO o los Mundo Misterioso. Sí, tiene mecánicas muy similares a las de la serie principal, pero no os hagáis una idea equivocada. No es un juego de esa serie.
Sin embargo, aúna jugabilidad interesante, gráficos muy coloridos, una entrada al mundo pokémon para los más novatos y una ambientación más que digna para los veteranos. Conexión con Pokémon GO y posibilidad de multi en una sola consola.
Sí, es un juego para los más nuevos. Pero desde luego, los viejunos (como un servidor) también disfrutaremos con él de lo lindo.
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