Si te preguntara el nombre de los tres primeros anime o mangas que se te vienen a la cabeza, seguro que uno de los que nombras es One Piece. Y es que la obra de Eiichiro Oda es la más vendida de todas, por delante de títulos como Dragon Ball o Naruto. No es extraño ver a la tripulación de los Sombrero de Paja embarcarse en mercados tan variopintos como el cine o los videojuegos. Y es precisamente esto último lo que nos lleva a este texto, con esta introducción tan muerma. Vamos a darle caña, de la buena, a ritmo de hostias de Luffy, con el análisis de One Piece: Pirate Warriors 4, la última entrega del musou basado en la franquicia.
La premisa es sencilla, además de conocida. Escoges a un personaje de One Piece y te lías a tortas con todo lo que se mueva. No estoy descubriendo el término musou ahora, o al menos eso espero. ¿Qué nos trae de nuevo One Piece: Pirate Warriors 4? Si eres incondicional de la saga Pirate Warriors, lo que encontrarás es parecido a lo visto en la tercera entrega. Es más, tiene hasta los mismos modos, aunque el Diario de Tesoros que aparece aquí es sensiblemente distinto, sobre todo en la forma de mostrar el avance, basándose en un estilo de misiones más que en el de islas del Diario de Sueños de Pirate Warriors 3.
Y como quiero dejar los palos para el final, empecemos por uno de los aspectos que ha recibido una sustancial mejora en esta cuarta entrega, la jugabilidad. Primeramente podemos tomar las riendas de hasta 43 personajes sacados del manganime, entre los que se incluyen algunos pesos pesados como Kaido o Big Mom. Lo de pesos pesados no es un decir, es que literalmente lo son, ya que se han añadido los personajes gigantes, capaces de sembrar una destrucción sin igual. Un conocido que ha recibido este cambio es Barbablanca, haciendo honor a su reputación en este título. Un añadido interesante, aunque peca de desnivelar la dificultad si utilizas este tipo de luchador.
Por otra parte, si nos centramos en cada uno de los personajes, podemos distinguir sus habilidades perfectamente. Y es que en esta faceta Bandai Namco ha hecho los deberes con nota, ya que además de disfrutar de los movimientos característicos de cada uno de ellos, podemos realizar transformaciones durante el combate. Por ejemplo, Luffy puede utilizar el Gear Second en cualquier momento. Hablando de habilidades especiales, ahora tenemos una cantidad para nada desdeñable de ellos, los cuales podemos equipar hasta cuatro para usar con atajos.
Una de las mejoras que podemos comprobar en la jugabilidad es la potenciación del combate aéreo. Además de personajes que se basan en este estilo, tenemos una cantidad de combos enorme para demostrarlo. Por si no fuera suficiente, tenemos la opción de levantar a los enemigos mientras iniciamos desde tierra, consiguiendo que el sistema de combate sea frenético y muy divertido, además de diverso.
Los 43 personajes jugables ahora se mejoran mediante mapas. Uno de ellos, el inicial, es compartido por el resto. De esta forma, si fortalecemos este mapa, podremos utilizar a otros luchadores sin temor a que no estén entrenados, cosa que pasaba en la anterior entrega. En estos mapas de desarrollo podemos aumentar ataque, salud y defensa, además de aprender los movimientos especiales. La verdad, una mejora en el desarrollo que se agradece, y que potencia esa diversidad que he mencionado.
Finalmente, para no hacer de esta parte un tostón, he de hablar de los tipos de personajes. Aquí cada uno de ellos se distingue en un grupo, por ejemplo Poder o Aire. No voy a encender ahora la PS4 para verlos todos, descubridlos vosotros. Cada uno de ellos brinda al luchador de una característica concreta a la hora de realizar el estallido, como volar (tipo Aire) o no gastar energía al impulsarse (tipo Velocidad).
No literalmente, pero para que os hagáis una idea. Voy a explicar ahora mismo la parte que más me ha enfadado del juego, al nivel de incluso indignarme. Vamos a hablar del modo principal del juego, en el que revivimos la historia del manganime. Si recordáis, aquellos que habéis jugado a Pirate Warriors 3, rememoramos todos los arcos de la historia de One Piece, al menos los más importantes. Hasta está Skypiea, que ya es decir. Sin embargo, lo único que puedo decir en su secuela es que empeora lo visto.
Y eso que los arcos que hacen su aparición están compuestos de varios mapas en su mayoría, contando la historia con algo más de detenimiento que su predecesor. Sin embargo, se omiten arcos tan importantes como Impel Down, Punk Hazard o todo lo anterior a Alabasta. ¿Cómo se cuenta entonces la historia? Utilizando escenas narrativas estáticas o incluso de la entrega anterior. ¿Cómo es posible que un predecesor pueda abarcar todas las sagas importantes y narrarlas adecuadamente y este no?
Como he mencionado, cada saga está dividida en varios capítulos, los cuales se sitúan en diversos mapas. Esto es una mejora con lo visto anteriormente, mostrando variedad de escenarios, como en Whole Cake o Alabasta. Sin embargo, Sabaody sólo posee uno, lo cual me invita a pensar… ¿tan difícil era añadir alguno más para abarcar más arcos? Porque la saga de entrada al Nuevo Mundo, y os hago el spoiler, se compone del primer capítulo en Sabaody y luego directamente a Dressrosa. Sinceramente, con todo el dolor, queda muy cutre.
Igualmente, los capítulos no invitan a la rejugabilidad más que para conseguir medallas de desarrollo, a diferencia de su predecesor. Si recordáis, en Pirate Warriors 3 existían los eventos de batalla, los cuales se desencadenaban realizando acciones concretas que suceden en el manganime, incluyendo utilizar un personaje concreto. En cambio, en Pirate Warriors 4 lo más parecido que hay son las misiones secundarias. Sí, están bien, pero no terminan de enganchar tanto como el intentar sacar esos eventos tan recordados.
No omitiré el enorme detalle que es el añadido de la ropa de cada arco que toca el juego, que además varia el set de movimientos del personaje, dependiendo de cual sea. Por ejemplo, Luffy tiene combos distintos si seleccionamos la ropa «Normal», accediendo al Gear Second por ejemplo. Incluso cambia el tipo del luchador, como sucede con Sanji.
Esto me recuerda otro tema que influye en esta narrativa de historia, los personajes. Se han centrado en los arcos que aparecen, está bien. Han añadido diversidad de mapas a estas islas, estupendo. Entonces, ¿por qué no se han tomado la molestia de añadir algunos diseños de personajes más? Hay poquísimos personajes, tanto enemigos como aliados, en comparación con la anterior entrega. O al menos la sensación es esa, ya que se omiten gran cantidad.
Os pongo ejemplos, no hay ni una mención a Sugar en Dressrosa, siendo de importancia capital en la misma. Ni tampoco a muchos de los aliados en ese arco, únicamente Bartolomeo y Cavendish. Tampoco hay rastro de Pedro en Whole Cake, ni de Cracker, uno de los comandantes de Big Mom. Estos son sólo unos pocos ejemplos de personajes inexistentes en el juego, sin hablar de aquellos que carecen de diseño propio. Si se va a centralizar el modo historia en unos cuantos arcos, ¿por qué no completarlos como es debido?
Además, la puesta en escena del juego es vistosa, con un look muy cercano a lo visto en la serie, pero que no llega al nivel actual de la generación, gráficamente hablando. Cumple, sin más. Y el problema de ello lo tienen, en gran medida, las escenas, ya que en ellas se pueden observar todos los fallos que posee, como son unas texturas muy mejorables y animaciones pocos pulidas. Sin contar, claro está, de contadas ralentizaciones. Menos mal que muy rara vez afectan a la jugabilidad, que es en lo que realmente impactaría este hecho.
Por otro lado, no posee las melodías originales del anime, pero sí las voces japonesas, algo que siempre es de agradecer. Asimismo, la música de la que hace gala Pirate Warriors 4 es sorprendentemente buena, y eso que al principio no destaca mucho. No obstante, es avanzada la historia cuando podemos apreciar todo el reparto que hay, encajando en cada uno de los momentos, como el fatídico desenlace de Marineford, o en Whole Cake.
Concluyendo este análisis, estamos ante un musou de notable nivel, cuya jugabilidad ha sido pulida con respecto al anterior Pirate Warriors. Consigue que algo tan monótono como es reventar a todo lo que se nos ponga por delante sea frenético y divertido, sobre todo a la cantidad de combos que podemos realizar, así como la diversidad del plantel existente.
Pero claro, si en vez de One Piece: Pirate Warriors 4 se llamara, qué se yo, Amazing Total Warriors, no hubiese recibido tantos palos en este análisis. Sin embargo, al ser un juego basado en el manganime, hay que ver también la forma de narrar la historia del mismo. Y es aquí donde este título patina, contando la trama de forma escueta, omitiendo personajes importantes y utilizando escenas estáticas para mostrar toda la historia. En definitiva, One Piece: Pirate Warriors 4 brilla por su jugabilidad, pero desafina en la narrativa del manganime.
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