Bloober Team nos ofrece un título a medio camino entre el walking simulator y el survival en el que nos ponemos en la piel de un «neuropolicía». Adelante con el más culpable de los análisis de Observer que vais a leer.
Una ciudad lluviosa. Un futuro distópico. Un policia diferente. Rutger Hauer. No, no es Blade Runner, es el análisis de Observer, el nuevo lanzamiento de Bloober Team. Y lo que vamos a tener que decidir en este texto es qué tipo de juego nos ofrece este estudio independiente. Con su anterior título lo tuvimos bastante claro, pero ahora nos sorprenden con una serie de matices que le sientan muy bien a su manera de desarrollar experiencias agobiantes. Lo que ya os digo es que no es un juego de terror, pero la tensión se palpa en el ambiente a cada paso que das.

Empiezo por el principio. El intercomunicador instalado en mi coche no para de sonar y me despierta. Soy Daniel Lazarski (interpretado por Rutger Hauer) y formo parte de la policía de Cracovia. Polonia está en manos de Chiron, una megacompañía que tomó el poder después de una plaga digital que mató a miles de personas. Soy un Observer, un neuropolicía con capacidad de «hackear» los implantes cerebrales de los ciudadanos para interrogarles. Dream Eater, el sistema que me permite acceder a la mente de cualquiera, también me otorga la capacidad de analizar componentes biológicos y electrónicos en la escena de un crimen.
De repente, la llamada de mis superiores se interrumpe y mi hijo Adam, con el que había perdido el contacto hace mucho años, me pide ayuda. Ni corto ni perezoso, le pido a la central que triangule la señal de la llamada y me dirijo hacía el edificio señalado. Y aquí es dónde Observer empieza de verdad. Todo mi aventura se va a desarrollar en este lugar y los locales adyacentes. Y os aseguro que voy a echar mucho de menos el aire exterior.
Daniel Lazarski, homicidios, CSI, leo mentes
Una cosa es el mal rato que va a pasar el señor Lazarski y yo como jugador, pero la verdad es que el juego es muy interesante. Observer se basa, en cierta manera, en los mismos principios de Layers Of Fear y otros walking simulator, pero con unos añadidos muy atractivos. Nada más llegar y localizar el piso desde dónde llegó la llamada, tenemos el primer mal rollo del día. Un cadáver. Toca ponerse el mono de CSI y averiguar qué ha pasado.
A partir de aquí no voy a hacer más referencias a la historia. No es lo más original del mundo, pero tiene detalles interesantes. Para investigar la escena del crimen tenemos dos herramientas. Un sensor biométrico y un analizador electromagnético. Con el primero podremos conocer detalles como la hora de la muerte, las heridas letales o postmortem y cosas por el estilo. Con el segundo, descubrir pistas ocultas en aparatos o máquinas. No es algo espectacular, pero se agradece hacer algo más que andar de lado a lado.
También vamos a tener que resolver algún puzzle. Aunque quizás no sea el nombre adecuado. Lo único necesario para superar este tipo de obstáculos es ser observador. Encontrar el código adecuado o saber el orden para activar los botones necesarios no es cuestión de suerte. Observer es un juego lineal, así que no hay que preocuparse por pasar algo por alto. De vez en cuando se nos sugiere alguna acción secundaria y voluntaria para completar nuestra investigación, pero no son de obligado cumplimiento para avanzar.
El observador observado
Se supone que nuestra misión en esta aventura está muy clara. Encontrar a Adam Lazarski y saber qué le amenaza. El problema es que rápidamente nos daremos cuenta que no somos quien está al mando. En ningún momento lo vamos a ver, pero algo acecha. Entre los escombros, tras las puertas cerradas, en el techo… La sensación de estar siendo vigilado es continua. La poca luz, los ruidos y la decadencia que nos rodea tampoco ayuda a ser optimista, la verdad.
La ambientación, como ya vimos en su anterior juego, está muy conseguida. Repito en este análisis de Observer lo mismo que dije entonces, la oscuridad ayuda a camuflar muchas cosas. Además, en este supuesto mundo digital, los glitchs son una constante. Así que el aspecto gráfico es a la vez mejorable e impresionante, por lo rebuscado que llega a ser en algunos momentos. Más cercano a El Cortador de Césped que a un videojuego actual. Que eso no quiere decir que sea malo. Pero sí llamativo.
Lo que destaca por encima de todo es el aspecto sonoro. Tanto la banda sonora, sutil pero intensa, como los efectos de sonido son espectaculares. Generan la tensión perfecta en cada momento. Los diálogos también están por encima de la media, pero podrían ser mejores. Con un actor de la talla de Rutger Hauer se podría haber optado por una carga dramática mejor, pero el guión no parece estar por la labor. Todo es bastante directo y breve.
Sin pasatiempos el juego sería bastante corto
Teniendo en cuenta que en este tipo de juegos suelo rebuscar por todos los rincones, el juego me ha durado unas diez horas. Y cuando digo rebuscar, me refiero a abrir cada puerta y cajón que Observer permite abrir. Llega un momento que te cansas de no encontrar nada y pierde la gracia, pero lo puedes hacer. Lo que sí me ha parecido muy divertido es el minijuego que podemos encontrar en los ordenadores. Una serie de laberintos en los que tendremos que recolectar todas las monedas y llevárselas a la princesa evitando a las arañas. Muy curioso.

Está claro que no tiene ningún sentido que en medio de una investigación, un policía se entretenga con jueguecitos, pero oye, cosas más raras hemos hecho. Lo malo, entre comillas, es que sin estas distracciones y algunas de las misiones paralelas, Observer sería bastante más corto. Pero bueno, tampoco vamos a ponernos quisquillosos. Que si después el juego dura dos horas también nos parece mal. Al menos aquí tenemos algo con lo que aliviar la tensión que genera nuestra persecución.
Así que ya sabéis. Si os gustan los walking simulator, pero no os importa hacer algo más que andar, aquí tenéis una buena opción. Os lo digo yo que ya llevo unos cuantos últimamente. Eso sí, no quiero acabar este análisis de Observer sin destacar una cosa. No sé si los chicos de Bloober Team conocen los tebeos de Ibañez, pero este edificio tiene una colección de vecinos que ni 13 Rue del Percebe. No se salva ni uno.