El bueno de Suda 51 ya nos regaló el excelentísimo No More Heroes: Travis Strikes Again para Switch el año pasado, como puesta a punto para el futuro No More Heroes III. Sin embargo, ha decidido volver a deleitarnos con la recuperación de las dos obras originales, ¿qué tal le sienta el salto a Switch al primer título? Ahora os lo contamos en el siguiente análisis de No More Heroes para Nintendo Switch.
¿Realmente esperáis una trama común y corriente con Goichi a los mandos? Pues os vais a decepcionar de lo lindo. Este creativo es de lo más irreverente que nos ha podido aportar la industria. Con toda una trayectoria de títulos bizarros, radicales y gamberros. No More Heroes es de sus obras favoritas y se nota. Travis Touchdown es un personaje creado para molar millones y dar asco «as fuck» a partes iguales.
Se trata de un otaku, bastante «incel», que se pilla por una rubia en un bar mientras ahoga las penas de su vida llena de vacíos. La misma le promete echar un polvete con él si se anota en el registro de asesinos de USA. En él irá ascendiendo rangos conforme vaya matando a los que están escalones por encima. Ni corto ni perezoso, el «bueno» de Travis se anota sin pensárselo dos veces y acaba sumido en una vorágine de violencia sin control que definirá su vida y sus convicciones.
La narrativa es divertida, usando muchos golpes de efecto, sorpresas y evitando ser costumbrista. Algo así como lo que nos plantea Yoko Taro en sus juegos o mismamente, Tarantino en el cine, siendo claro de dónde recoge las inspiraciones pero no por ello abusando de los mismos recursos una y otra vez. Suda es del mismo palo, podría decirse que es el Tarantino de los videojuegos. Le encanta apoyarse en elementos de la cultura pop siendo descarado al 100% pero sin caer en el pecado de que su obra sea sumisa a esas inspiraciones.
No More Heroes arrastra ciertos tropos de una época dominada por pesos pesados como GTA. No en vano, el juego original vio la luz en Nintendo Wii hace ya 13 años y decidió que era interesante abordar el concepto de RockStar de mundo abierto. Lo traspasa a una ciudad repleta de personalidad pero vacía en lo interactivo. Con esto quiero decir que uno de sus mayores problemas reside en que tendremos que recorrer kilómetros y kilómetros de una punta a otra de la ciudad para llegar a los puntos de iniciar misión o para ejercer cualquier actividad secundaria, siendo un auténtico coñazo innecesario.
Aún así, su filosofía a la hora de criticar el capitalismo es bastante atractiva. Solo dejándonos avanzar en los puestos del ranking (la trama) si pagamos cuotas imposibles de dinero. El quid viene dado de que somos un otaku vago que no se mueve de su sofá, por lo que toca ponerse las pilas, ir a una oficina de empleo y hacer los trabajos más burdos del 1º mundo. Mediante diferentes minijuegos sencillos, podremos ejercer de gasolinero, basurero, jardinero, frutero o incluso de zapador desactivando minas en la playa. Estos trabajos se reducen a repetir pequeñas mecánicas QTE durante tiempo limitado. Conforme más éxito tengamos dentro de ese marco de tiempo, mayor será la cantidad monetaria que obtendremos a cambio.
Luego están los contratos de asesinato. Aquí es donde realmente sacaremos las mejores tajadas. Son misiones cortitas de exterminar enemigos dentro de una marca de tiempo, atacando a un objetivo concreto o matando gente usando determinados movimientos. Las recompensas son bastante cuantiosas pero también las mismas se repiten demasiado, volviéndose una rutina anodina y molesta.
Quizás, la premisa principal de No More Heroes sea que venimos a darnos de leches en un Hack & Slash, pero con matices. El estilo que aquí se presenta roza elementos beat em up. Hasta incluso musou por momentos. Pero con el toque original de los «finisher» que ejecutamos al mover una dirección de la palanca del mando (o moviendo el joycon). Podemos establecer dos posturas de combate, baja y alta, que determinarán la forma de romper las defensas del enemigo así como la variedad de combos que ejecutemos. En postura baja atacaremos más rápido y con más golpes, fastidiando a los que se defiendan en postura alta. Por la contra, en la alta haremos más daño, golpearemos algo más lento y nuestros combos serán más cortos, siendo destructivos con aquellos que se protejan con un estilo bajo.
Travis es un tío ágil y muy rápido, así que podremos alternar entre ambos estilos en menos de un segundo, dando lugar a batallas fulminantes. Tampoco olvidar que ambos estilos cuentan con golpes que aturden, que, si tienen éxito, nos permiten engancharlos para ejecutar súplex que los dejen a merced de un golpe rematador.
Todo esto se recubre de una capa de aletoriedad curiosa y divertida, en forma de tragaperras de casino. Cuando derrotamos a un enemigo con un finisher, saldrán 3 ranuras que nos darán un icono aleatorio. Si 3 iguales se alinean, conseguiremos un efecto al azar por tiempo limitado. Y ojo, que los mismos son de lo más útiles y bizarros que os podáis encontrar. Desde ponerse en modo «Super Saiyan» y matar todo de un golpe, entrar en tiempo bala, generar una cámara en blanco y negro que nos permita ejecutar enemigos de formas super gore o poder atacar a velocidades vertiginosas.
El bote gordo de los combates se lo llevan los jefes. A lo largo de la aventura, nuestro objetivo no es otro que ir a por aquellos asesinos que estén por encima nuestra para robarles la vida y el puesto. Cada uno de estos 10 individuos cuentan con un diseño, trasfondo y porte tan original, que nos enamoraremos de ellos al instante. Vemos referencias en ellos en cada poro de sus pieles, además de críticas sútiles a ciertos aspectos de la mentalidad japonesa. No quiero ahondar demasiado en esto para evitarlos spoilers a los «newcomers» pero por poneros un ejemplo rápido, Suda hace una excelente crítica a la altanería y falta de responsabilidad civil de los super héores que tanto se da en los cómics americanos como el cine Tokusatsu de Japón.
Además de que la forma de abordar cada uno de ellos es totalmente diferente. Habrá enemigos rápidos a los que atacar cuando estén expuestos descansando, otros que se centrarán en presionarnos a distancia y tendremos que ir evitando sus proyectiles para humillarlos de cerca o incluso otros que cargarán como locos contra nosotros. Con estos hay que tener un especial cuidado puesto que poseen ataques que nos matarán de un golpe independientemente de la vida que tengamos. Sin duda alguna, los dos últimos jefes son donde los picos de dificultad más hacen mella, dándonos combates donde derrocharemos testosterona dada la dificultad con las que nos ponen a prueba.
Aunque No More Heroes ya pasó por la freidora hace unos años en PlayStation 3, Switch es la primera consola de Nintendo que recibe una remasterización de este clásico de Wii. Entre las novedades de más peso está que el juego ahora nos corre a 60 frames casi estables (digo casi porque en modo dock hay partes donde tenemos pequeñas caídas, cuando recorremos con la moto la ciudad, básicamente) y la resolución ha aumentado a 1080p en modo televisor y 720p en el caso de jugar portátil.
El estilo gráfico es el mismo de Wii, uno que se conserva con frescura y gracia, aunque los años le pasen factura a cosas como las animaciones, lo desierta que se siente la ciudad o ese popping molesto de ver generarse objetos, como vehículos, casi en nuestra cara cuando andamos a toda velocidad. A esto sumadle algunos bugs, poco molestos, pero existentes. Por ejemplo, que los coches de los NPC se pongan de pie, atravesando la carretera, cuando nos acercamos a ellos o que nuestra moto se quede encallada entre paredes invisibles. Suceden poco y no entorpecen demasiado la experiencia, pero hay que señalarlos igualmente porque en el original no recuerdo que se sucediesen.
En cuanto al control también hay novedades. Se elimina al final la obligatoriedad de tener que jugar con sensores de movimiento, sustituyéndose este por el control del stick derecho, siendo así mucho más preciso. De todas formas, para quien gustase de ese tipo de control, con los joycons separados se pueden ejecutar los movimientos como si fuese el Wii Mote o los Move de Sony.
Masafumi Takada, compositor recurrente en Grashopper Manufacture, hizo aquí uno de sus mejores trabajos. Pistas rompedoras que capturan con total acierto la locura de mundo que rodea a Travis.
Que podamos rejugar No More Heroes en Nintendo Switch es, ante todo, motivo de celebración. Al día de hoy las versiones de Wii y PlayStation 3 son tan obsoletas como innacesibles. Además, sumemos el hecho de que el port es más que decente aumentando la tasa de frames y la resolución a niveles agradables. Si todavía no os convence, el precio quizás lo haga. Cuesta 20 euros en la eShop de Nintendo, toda una ganga siendo el juego que es.
Travis Touchdown está de vuelta y con ganas de partirle la cara a cualquiera que le mire mal. Un port interesante, el cual no se ve resentido por la censura y que conserva todas las bondades y alicientes que hicieron del original un clásico instantáneo. La mejor puesta a punto de cara la tercera parte que nos llegará para 2021.
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