El deporte de la raqueta no pasa por sus mejor momento en lo que a videojuegos respecta. Veamos si se consigue subir el nivel con el análisis de Matchpoint Tennis Championships.
Hubo un tiempo, lejano pero no tanto, en el que los videojuegos de tenis definían la calidad de una consola. En serio, en la época de Super Nintendo y Megadrive tuvimos verdaderas bestias tenísticas que protagonizaban debates entre los entusiastas de una y otra máquina. Eso por no hablar de verdaderos gigantes más actuales como Virtua Tennis o Top Spin, franquicias que hicieron las delicias de los fans del deporte de la raqueta. Lo que antaño era un verdadero buffet libre de juegos de tenis hoy se ha convertido en lentejas, y al plato de hoy le llamaremos análisis de Matchpoint Tennis Championships.
¿Es la diversión suficiente?
Abramos el melón eterno: ¿perdonamos una calidad técnica floja si se nos ofrece a cambio una diversión decente? Pues francamente, yo creo que en parte sí, pero no por ello debemos dejar de exponer lo que vamos a encontrar al jugar a la creación de Kalypso y Torus Games. El adjetivo que le va como anillo al dedo es el de modesto.
Un juego que no ha tenido un grandísimo presupuesto y ha ido dejando por el camino algunos de esos elementos que convierten tu creación en un producto más sólido. Por ejemplo, los modelados en general de las pistas, su público y esa iluminación tan artificial que lo envuelve todo tira más hacia PlayStation 2 que hacia PlayStation 5. El modelado de los tenistas es raro, artificial diría yo y, desde luego, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Hay casos flagrantes como el de Garbiñe Muguruza o Carlos Alcaraz, que se parecen más a un NPC random de cualquier juego que a ellos mismos.
Si hablamos del movimiento de los jugadores, no nos queda más remedio que hablar de artificialidad. Muchas veces los jugadores flotan, literalmente, sobre la pista, aunque afortunadamente una vez en la vorágine del partido, no es algo que se note mucho. Mención especial al tearing galopante que hay en los descansos entre juegos, duelen los ojos de ver eso.
Algo de lo que no me quiero olvidar es del apartado sonoro. Desastroso en muchos niveles, con un comentarista que le echa menos ganas que un político diciendo la verdad y que, encima, no está en castellano. Los gritos de los tenistas, algo básico para transmitir emoción, tampoco es para tirar cohetes, y el público está más bien poco entregado, y aunque se juegue el punto del milenio no escucharás un ooooh o algo que denote un mínimo de emoción o interés por parte del respetable, más allá de unos cuantos aplausetes entre punto y punto.
Un juego profundo, pero no mucho
Al jugar a este Matchpoint no he podido evitar pensar en AO Tennis 2, un juego también «reciente» que, sin ser tampoco el no va más de los juegos de tenis, hacía lo mismo que el juego que nos ocupa, pero bastante mejor. Hablemos del modo carrera, por ejemplo. Matchpoint nos ofrece un ensalada de entrenamientos, descansos y torneos, pero es bastante ligera a comparación de este otro juego. Digamos que podemos hacer de todo, pero seguimos teniendo esa sensación de juego modesto que podría haber conseguido cotas más altas con un poco más de presupuesto y tiempo de cocción.
Un ejemplo claro de esto es que no hay un modo de juego a dobles, algo que es básico en este deporte y que prácticamente todos los juegos de tenis, incluso los más sencillotes, ofrecen. Nos conformamos con carrera, entrenamiento, práctica y un modo online. Si hablamos del modo online, os diré que la suavidad que caracteriza al golpeo en el modo offline, se difumina bastante, más que nada porque el juego pierde mucha fluidez al enfrentarnos a otros oponentes reales. Esto, claro está, puede ser mejorado a base de parches, pero a día de hoy no merece la pena gastar tu paciencia maljugando online. Se agradece, por cierto, el juego cruzado entre consolas, así casi siempre hay rivales esperando.
Repito, ¿es la diversión suficiente?
Pues vamos a ver, si os soy sincero, me lo he pasado, y me lo seguiré pasando, muy bien jugando con este Matchpoint. Cuando comienzan los partidos te olvidas del apartado gráfico, de lo simple que es en su oferta y te centras en el partido. Y ahí el juego sí funciona. Si volvemos a AO Tennis 2, veremos que Matchpoint recicla su sistema de juego, aunque dificultándolo un pelín, y eso es bueno.
Cuando golpeamos la pelota hay un punto en el suelo que tenemos que dirigir lo más rápido posible a donde queremos que vaya la bola. Mientras esto sucede tenemos que apretar el botón de golpeo con antelación para decidir la potencia y entre tanto hay que correr para recoger el golpeo del oponente. Esta carrera puede ser automática, pero nuestro instinto nos hará mover al moñeco con el stick.
Así explicado es más complicado que en la práctica, y el hecho de poder poner el cursor donde queramos que vaya la bola nos dará una precisión extraordinaria, quizás hasta un poco injusta, diría yo. En fin, que los partidos son divertidos, estratégicos y gustarán a los fans del tenis, y eso es un punto obvio y básico para que la experiencia sea placentera.
¿Me lo compro o no?
¿Justifica esto un apartado técnico pobre, unos modelados de chiste y un tearing que parte pantallas? Pues quizás sí. Si tienes gusanillo de tenis, Matchpoint te va a ofrecer un muy buen peloteo, un puñado de jugadores de tenis de la ATP -faltan todos los más famosetes-, marcas reales y un modo carrera que, aunque es un poco repetitivo, te hará llevar a tu jugador a lo más alto del ranking.
Sin duda este análisis de Matchpoint es uno de esos casos en los que, si solo te fijas en la nota, no te seducirá mucho. Pero si te has molestado en leer lo que he puesto sobre él, deberías darle una oportunidad.