Europa es un continente dominado por el fútbol. El que se inventó en Inglaterra. El soccer, que dirían los yanquis. Si eso, un poco también de baloncesto. Pero el deporte rey es el fútbol. El deporte netamente americano no termina de cuajar en el Viejo Continente. Ni hockey, ni béisbol. Y el fútbol americano, tampoco.
Lo que hemos podido ver es que los aficionados a este fútbol, que se llama igual, pero no se parece en nada, van creciendo poco a poco. No se está expandiendo rápidamente, pero en cada SuperBowl se nota que hay más seguidores que el año anterior. Y eso está más que bien.
En breve –o ya en pasado, dependiendo de cuando leas estas líneas— se jugará una nueva edición. La primera con el coronavirus declarado oficialmente. De las últimas de Tom Brady, un señor que con 43 años va a intentar ganar su séptimo anillo de campeón. Y una de las muchas que jugará su rival de hoy, Patrick Mahomes, que también tiene un anillo.
El hándicap principal del fútbol americano en España —y en toda Europa— es el desconocimiento general que se tiene de las reglas de juego. Muchos vemos los partidos y no todos nos enteramos de lo que sucede. Ocurre lo mismo cuando nos ponemos al frente de Madden NFL 21 en cualquiera de sus ediciones.
Es indudable de que los americanos disfrutan mucho más del juego que nosotros. Y eso se traduce en otro obstáculo complicado en España. El juego llega sin traducir al español. No solo voces, sino que todas las líneas de diálogo aparecen en inglés. Si ya es complicado conocer las leyes del fútbol americano, para muchos es una barrera infranqueable.
Por supuesto entendemos el motivo de que llegue de esa manera a nuestro país. Las ventas de Madden NFL son residuales y al final el dinero de una traducción podría traducirse en pérdidas en el apartado económico. Aunque como siempre es una pescadilla que se muerde la cola. ¿Vendería más el juego si llegara en español?
La saga es una de las más veteranas de la industria. El primer juego apareció en 1988 bajo el nombre de John Madden Football. Desde entonces ha ido atravesando diferentes épocas. Si dejamos de lado las versiones más antiguas, donde las limitaciones de hardware impedían grandes expresiones deportivas, Madden NFL ha intentado buscar su identidad entre títulos arcade y la simulación más pura.
Es algo que ocurre en las otras sagas deportivas de EA Sports. Y por fin se han quitado los complejos y han abrazado la línea arcade. FIFA 21 ya no puede ser considerado un simulador. Sus nuevos elementos arcade y su jugabilidad –prácticamente la de toda la vida— le alejan del fútbol real. Este año hasta se pueden pintar las líneas del campo con ‘coloritos’ divertidos.
Alguno podrá pensar que es un error. Por nuestro lado solo nos queda aplaudir por esta decisión. El juego resulta que es muy divertido, y que haya espectáculo en esports —uno de los brazos armados de EA Sports— le hace más bien que mal. ¿Qué ha hecho Madden NFL? Exactamente lo mismo.
La franquicia ha visto como gradualmente se ha ido convirtiendo en arcade. Tampoco es un arcade alocado. La simulación sigue existiendo al menos a la hora de respetar las reglas. Pero se deja jugar aunque no tengas ni idea de qué estás haciendo. Es divertido y eso al final es de vital importancia en el mundo lúdico.
Electronic Arts ha dejado de trabajar en el apartado gráfico. Quizá a la espera de que se asiente la nueva generación. Imaginamos que la lamentable falta de stock de las consolas no entraba en los planes de los estudios de desarrollo externos. También ha ocurrido lo mismo en FIFA, no es algo exclusivo de Madden.
Si EA Sports continúa esta línea puede que finalmente la franquicia encuentre su camino. No solo en Estados Unidos, sino en el continente europeo. Nos sigue pareciendo complicando, pero al mismo tiempo creemos que ha tomado el camino adecuado tras dar tumbos. Solo faltaría que la NBA volviera mezclando la simulación y el arcade tan inteligentemente. Falta hace un rival a NBA 2K.
Madden NFL 21 añadió un fantástico modo historia en el que seguimos a una joven estrella. Recuerdo a El Camino de FIFA, aunque en este caso nos metemos en la piel de un universitario norteamericano en la NCAA —National Collegiate Athletic Association—. No falta la rivalidad contra el amigo que deja de ser el amigo para ser el rival. La historia parece sacada de una película de superación básica, pero da el pego y sirve para escribir una narración en el videojuego.
No falta el apartado de sobres y cartas a lo FIFA Ultimate Team y obviamente los torneos y las potentes licencias de jugadores y equipos. Se le dio muchos palos al juego en su salida. Quizá injustas. O quizá no. Lo que hemos visto en este final de temporada es distinto. Puede que hayan sido los parches. Pero desde luego un juego de fútbol americano que se empeña en que podamos jugar sin enloquecer es una apuesta magnífica.
Tampoco vamos a elevar a este Madden a los cielos. Simplemente es un buen juego. Digno de la SuperBowl. Al menos de una SuperBowl sacudida por el coronavirus como la que se va a disputar este año. Va a marcar el camino del futuro y es un juego más que recomendado. No tengáis miedo de correr hasta la end zone.
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