El mítico playboy de los 80 llega a una nueva época, pero como veréis en nuestro análisis de Leisure Suit Larry: Wet Dreams Don’t Dry, su meta no cambia.
Quienes llevéis mucho tiempo en esto de los videojuegos, a buen seguro que conocisteis las míticas aventuras gráficas de LucasArts. Maniac Mansion, The Secret of Monkey Island, Loom o Indiana Jones and the Fate of Atlantis son algunas de las más míticas. Pero no las únicas. Entre 1981 y 1996, Al Lowe y Sierra Entertainment, crearon un pequeño personajillo cuyas correrías eran de lo más picantes. Este análisis de Leisure Suit Larry: Wet Dreams Don’t Dry, nos muestra su retorno.
En esta ocasión, los encargados de revivir de nuevo a este hombrecillo que viste como Tony Manero, son los alemanes de CrazyBunch junto a Assemble Entertaiment. De nuevo, los chistes machistas junto a las mil y una referencias sexuales estarán a la orden del día, aunque adaptadas a los nuevos tiempos y quizá perdiendo algo de chispa.
Cuando hablamos de Larry Laffer, lo hacemos de un icono de las aventuras gráficas de los 80 y 90. Bien es cierto que su humor puede no ser del gusto de todo el mundo, pero aún así, cuenta con 7 entregas a sus espaldas más una remasterización y el título que hoy nos ocupa. Vamos, que su bagaje en el mundo de los videojuegos no es moco de pavo.
Siempre pensando con la cabeza que no es
El denominador común de todas ellas, es el ansia de acostarse con mujeres de nuestro protagonista y lo que está dispuesto a hacer para conseguirlo. Teniendo en cuenta que físicamente no es lo que se dice un Brad Pitt y que su gusto para la moda tampoco lo mejora, sus esfuerzos se convierten en auténticas pruebas de Hércules. Las situaciones a las que le toca enfrentarse son de lo más extrañas y a la vez divertidas que hemos visto en este género.
La novedad en esta ocasión, es que nuestro amigo Larry sin saber muy bien por qué, aparece en pleno siglo XXI. Por supuesto nada es apenas como él lo recordaba, aunque el objetivo no varía. Tendremos que ligarnos a tantas chicas como podamos. Claro que el modo de lograrlo sí que ha cambiado un poco.
Tras un prólogo en el que volvemos al mítico Lefty’s, descubrimos que han pasado varios años desde nuestra última aparición por el lugar. Después de una serie de acontecimientos, terminamos en la sede de Prune, donde conocemos a Bill Jobs y a Faith. Por supuesto nuestro protagonista se enamora perdidamente de la mujer, la cual le indica que sólo sale con personas que posean una puntuación de 90 o más en Timber.
Así que en pleno auge de la tecnología y sobre todo el predominio las redes sociales, nuestro pequeño ligón tendrá que crearse un perfil en dicha app. Con ella y nuestro nuevo PiPhone, conoceremos a chicas y algún chico, a los que deberemos conquistar y que así nos den la puntuación más alta posible. Por supuesto para lograrlo, nos tocará realizar los más variopintos encargos y pruebas, que demuestren nuestra valía.
Jugabilidad clásica para bien y para mal
Como en sus anteriores aventuras nos encontramos ante unas mecánicas de point and click, con todo lo bueno pero también lo malo que ello conlleva. Tendremos que recoger cuantos objetos encontremos para resolver los distintos puzles y lograr así nuestros objetivos. Nada que no hayamos hecho en otras obras como Randal’s Monday o la saga Deponia. Lo malo es que como suele ser habitual en el género, muchas de las soluciones carecen de lógica.
En no pocas ocasiones nos encontraremos con el inventario a rebosar de items, sin saber muy bien cómo combinarlos o dónde darles uso. Además, en el caso de la versión de consolas a diferencia de la de PC, el manejo es algo peor. El no tener ratón, hace que el puntero lo controlemos con el stick derecho y por supuesto no sea tan rápido ni preciso. Menos mal que a Larry podremos moverlo con la palanca izquierda, lo que agiliza todo un poco.
Gráficos y sonido
Gráficamente el juego adopta un estilo cartoon que le sienta muy bien. También posee unas localizaciones llenas de detalles y con muchas referencias sexuales. Lo malo es que en este caso, flojea en las animaciones. O más bien en la falta de ellas. Todo lo que hay en pantalla es bastante estático. Tanto personajes como escenarios apenas dan la sensación de vida. Quizá su condición de título independiente, haya influido en ello económicamente. Pero de todos modos ese no es el fuerte de la aventura.
Del mismo modo el protagonista ha perdido parte de su personalidad al haber sido retocado. Ya no es ese chuleta bajito, barrigón y con alguna calva a lo Torrente. Ahora es más estilizado y alto, sin apenas tripa. Al menos sigue vistiendo como el protagonista de Fiebre del Sábado Noche.
Como en otras entregas de la saga, su fuerte es el humor picante que desprende tanto el guión como los diálogos. Aunque hay que reconocer, que vivimos en una época diferente y eso se nota en los chistes. Por supuesto continúan siendo verdes, pero han perdido su tono zafio y machista. Por otro lado, han ganado gracias a la crítica a los tiempos actuales y nuestra dependencia de la tecnología. En cualquier caso estamos ante un juego divertido.
Por parte del apartado sonoro, nos llega con voces en inglés de la mano del habitual actor de doblaje de Larry, Jan Rabson. Este, mantiene ese tono agudo que en ocasiones puede recordar a Woody Allen. Por suerte viene con subtítulos en castellano con una traducción bastante correcta. En cuanto a las melodías, en varios momentos nos parecerá estar en mitad de una película erótica gracias al uso de temas de Jazz suave.
Conclusión
En definitiva, los amantes de las aventuras gráficas, se encontrarán aquí con un título divertido y más políticamente correcto que anteriores entregas de este playboy. Gracias al diferente momento temporal en el que se halla el héroe, encontraremos mucha parodia y crítica a la época en la que vivimos. Y aunque mantiene las referencias sexuales y chistes picantes habituales de la saga, estos se han suavizado un poco para que sean accesibles a un mayor público
Si bien en consola su manejo no es tan fluido como en un PC, se maneja bastante bien, Lo malo es la falta de lógica de muchos de sus acertijos, por otra parte un mal endémico de este género desde los tiempos de LucasArts. A pesar de ello y de unas animaciones bastante estáticas muy estilo juego Flash, el título engancha y divierte. Los fans de Larry están de enhorabuena.
Allons-y!