Nos ponemos la gabardina de detective para el análisis de Kona. Toca investigar un asesinato mezclado con toques paranormales en el indie de supervivencia de Parabole.
Retrocedemos hasta 1970 y viajamos a la gélida Canadá para llevar a cabo el análisis de Kona. Encarnaremos al detective Faubert en esta adaptación a PS4, One y Nintendo Switch del videojuego indie visto en PC y Mac.
A pesar de pequeños bugs y lucir gráficos de la pasada generación, el título del estudio Parabole sabe destacar como un juego capaz de entretener a aquellos que busquen resolver puzles y misterios relacionados con la supervivencia.
Los servicios de Faubert han sido reclamados por William Hamilton a raíz de una serie de amenazas recibidas en su entorno. Mientras nos dirigimos a nuestro cliente, pronto nos toparemos con un giro en nuestro caso al hallarlo fatídicamente asesinado en su negocio. A partir de aquí debemos buscarnos la vida para avanzar y sobrevivir a un clima glacial que quita las ganas de salir de casa.
La jugabilidad de Kona es la clásica primera persona que tan acostumbrados estamos a ver, recordando en algunos momentos al reciente Resident Evil VII pero con mucho menos presupuesto. No es un shooter como tal y se limita a coger objetos, combinarlos y utilizarlos de la manera correcta para lograr un objetivo.
Sé el detective que te dejan ser
En Kona vamos a tener que explorar y observar cada rincón y objeto que veamos. Por ejemplo, constantemente requerimos encender un fuego para calentarnos (como punto de guardado), por lo que unas cerillas y unos troncos serán idóneos para tal fin. Sin embargo, el juego nos da la opción de prender unas lámparas de gas para ahorrarnos los materiales de cara al futuro. Pero lamentablemente, Kona limita excesivamente al jugador a que resuelva los puzles como el estudio ha querido, sin darnos la posibilidad de ser creativos. Me refiero a utilizar elementos como un hacha para cortar leña, sería lo más lógico cuando estamos rodeados de árboles y troncos caídos.
Esta forma tan acotada de solucionar acertijos es la que pone el mayor punto negativo a un juego de supervivencia como Kona. No obstante, eso no quiere decir que estemos ante un juego “pobre”, todo lo contrario. Su historia y sus mecánicas son totalmente disfrutables. Sobre todo cuando Kona empieza a entintar sus primeras palabras hacia lo paranormal, con visiones a otros mundos y toques extraterrestres, que llamarán la atención a todo el que lo juegue.
Por otra parte, tenemos plena libertad sobre un mapa helado por el que nos moveremos en nuestro coche. Eso sí, tan sólo encontraremos algo que hacer cuando nos topemos con una casa en nuestro camino.
Bueno, oye, Kona como indie no está mal
En mis partidas con Kona, me he encontrado con muchos defectos como un control tosco y pantallas de carga que bloqueaban en pleno juego, aunque he preferido tomarlas a menos por ser un título desarrollado por un pequeño equipo. Parabole está formado concretamente por 7 personas que han logrado un producto con un acabado brillante en muchos aspectos.
Desde luego que no sirve como benchmark de ninguna consola actual pero su ambientación te hace sentir el frío helador de los bosques de Canadá. También ofrece detalle en interiores como podéis ver en las capturas de juego que he tomado. Su música contribuye a sumergirte en la atmósfera, ya que cuenta con melodías compuestas perfectamente a cada situación.
Conclusiones
Kona llega a consolas como una adaptación más pobre que lo visto en PC. El videojuego indie de supervivencia de Parabole adolece de bastantes penas que podemos perdonar si nos centramos en su historia de misterios paranormales. A pesar de tener un mundo abierto a nuestra disposición, no hay nada que explorar salvo los lugares puntuales. Además de lo limitados que resultan algunos puzles y un apartado técnico justito. Kona puede ser entretenido durante sus 8 o 9 horas e incluso engancharte para una sesión de fin de semana. Ahora tú decides si merece la pena gastar los 19,99 euros que cuesta en la store de Sony.