Análisis de Kingdom Come: Deliverance – A Woman’s Lot

Warhorse sigue aumentando el contenido de su primer juego cumpliendo con lo prometido durante su campaña en Kickstarter. Veamos qué tal resulta en este análisis de Kingdom Come: Deliverance – A Woman’s Lot.

Una de las recompensas prometidas por Warhorse durante la campaña de Kickstarter era tener una protagonista femenina. El problema era que no podía serlo de toda la historia porque estaba pensada para un hombre. Así que bueno, lo dejaron como una posibilidad si se llegaba a cierta cantidad de financiación. Debido al éxito de la campaña, al final se ha tenido que añadir también esta posibilidad. Y aquí está el análisis de Kingdom Come: Deliverance – A Woman’s Lot para saber qué nos ofrece y cómo lo hace.

Que casi un año después del lanzamiento del juego, aún estemos recibiendo nuevo contenido es muy interesante de cara a la valoración que podamos tener de Warhorse. Aunque tampoco hay que perder de vista que era algo prometido por la respuesta que dio el público en su momento. Pero bueno, más allá de el cuándo y el por qué, nos tenemos que centrar en lo que ofrece A Woman’s Lot, que no es poco.

Este nuevo DLC se divide en dos partes, por así decirlo. La nueva historia con Theresa como protagonista y una nueva trama secundaria. Empezaremos hablando de nuestra nueva heroína, aunque ya la conocemos por ser amiga de Henry. Además de su salvadora al principio de la aventura del hijo del herrero. Con este contenido añadido podremos comprender un poco mejor a Theresa y sabremos qué ocurrió hasta el reencuentro de los dos jovenes.

Mejor introducción que la original

Una de las cosas que más me ha llamado la atención a la hora de empezar la nueva historia es que se explican algunas mecánicas del juego mejor que en la trama principal. Quizás no son detalles primordiales para avanzar en la aventura, pero si algunos elementos que se pasan por alto y tienen su gracia. Por ejemplo, Theresa consigue un arco y una amiga la alienta a derribar un nido con las flechas. El motivo es que puede haber algo interesante que el pájaro en cuestión haya robado.

No va a decidir mi futuro en la aventura, pero es una manera de indicarte dónde buscar cosas de valor «gratis» y de hacerte practicar con el arma en cuestión. Detalles como este, sumados al cambio de metodología a la hora de afrontar los problemas, hacen que sea un contenido interesante para el juego. Podremos ver como Theresa no tiene ningún problema en enfrentarse a los malos, pero el juego nos sugiere una solución más pacífica y sigilosa.

Sinceramente, no me importaría poder seguir con las andanzas de nuestra nueva amiga. Al menos, durante unas horas, podemos apreciar otro punto de vista de ese mundo. Eso sí, también tiene su parte negativa, y es el perro. Parece que se haya vuelto obligatorio el hecho de que un perrete simpático nos acompañe, pero si molesta, no, gracias. Y en este caso lo hace y no nos sirve para gran cosa.

Como Dios (o la Virgen) manda

En la otra parte de A Woman’s Lot ayudaremos, esta vez como Henry de nuevo, a otra vieja conocida. Johanka es la encargada de darnos nuevas tareas con las que recorrer la zona. Y no lo digo por decir, porque nos va a tocar ir una vez más por todos los rincones. Dejo un momento aparcado el análisis específico del DLC y comento algo que me parece un mal general del juego. Y de la mayoría de RPG que podamos jugar. El mapa. O mejor dicho, recorrer el mapa. No creo que me equivoque si digo que el 75% del tiempo que pasamos en este tipo de juego es yendo de un lado para otro.

Vamos, que la R de RPG debe ser por recadero, más que por rol. Está claro que no todo puede pasar en el mismo pueblo y es lógico tener que desplazarse. Lo que no es normal es que te hagan ir y volver continuamente de un lado para otro. Que sí, que existe el viaje rápido y esas cosas, pero no deja de ser un inconveniente. Básicamente porque Kingdom Come: Deliverance es poco más que andar y hablar. Y, la verdad, para un juego con un sistema de combate tan desarrollado, pues es como el que va al McDonald’s a por ensaladas.

Pero volviendo al tema que nos ocupa, más allá de la falta de alicientes en forma de mecánicas nuevas, lo que sí tenemos es un guión interesante. Por lo visto a nuestra amiga Johanka se le aparece la virgen María en sueños y le cuenta cosas. Y a nosotros nos toca comprobar que sean verdad  y echarle una mano con su nueva devoción. Conoceremos algún personaje nuevo, recorreremos zonas que no habían sido explotadas aún por la trama y haremos casi de abogado. Pero insisto, sin ninguna novedad llamativa.

Crece, pero no mejora

A Woman’s Lot añade nuevo contenido a Kingdom Come: Deliverance. La verdad es que bastante, entre ocho y diez horas más de juego. Pero sigue sin darle frescura al juego ni le ayuda a encontrar el ritmo adecuado. El enfoque ultrarrealista que Warhorse le dio al juego se ve frustrado desde casi el primer momento. Debería ser un juego con un ritmo muy lento, en el que el avance fuera muy pausado, pero en las primeras horas de juego ya has recorrido casi todo el mapa. Aunque sin poder pararte a contemplar nada ni conocer a sus habitantes.

La parte principal de este DLC demuestra los mismos fallos, ya que nos pone a la carrera desde el primer momento. Algo que no tiene ningún sentido si vemos lo lentos que son la mayoría de procesos como el abrir cerraduras, luchar, robar o preparar pociones. Es como si los escritores y los diseñadores hubieran trabajado en dos proyectos diferentes y luego los hubieran juntado como pudieron. Una lástima, porque el juego, a pesar de sus errores, tiene cosas muy interesantes.

Aun así, creo que es uno de los RPG más recomendables de los últimos tiempos. Sobre todo porque no hay demasiadas alternativas sin fantasía, magia o seres paranormales. Lo que tengo claro es que si te gusta Kingdom Come: Deliverance, este DLC te va a encantar porque aporta más contenido de la misma calidad que el juego original. Eso sí, olvídate del perro. Es muy majo, pero no le veo ninguna necesidad en esta ocasión.