Cuando te encargan realizar el análisis de un RTS lo que más ganas tienes de encontrar es un juego que te atrape por sus mecánicas. Lo raro es cuando te atrapa por su historia. Pero así sucede con este juego de KING Art Games y el cuál vamos a desentrañar con nuestro análisis de Iron Harvest 1920+ Operation Eagle.
Este análisis comprende el juego base, el cual ya hicimos impresiones del mismo hace unos meses. Pero también dedicaremos espacio a su reciente DLC: Operation Eagle. Hablamos de un contenido que suma una nueva campaña bastante larga además de una nueva facción harto curiosa.
Iron harvest 1920+ hace un uso de la ficción maravilloso. Lo mezcla con bases realistas, sustituyendo los nombres de los grandes imperios que se enfrentaron en la primera guerra mundial por otros extremadamente parecidos. Sin duda, esto no ha conseguido otra cosa que hacerme sentir aún más cercano a su relato.
Su cuidada estética, con diseños realmente originales para sus personajes y enormes máquinas de guerra, es el acompañamiento perfecto a una historia en tres actos que te adentra de lleno en el mundo que KING Art Games ha preparado para la ocasión.
El origen de este título es bastante modesto. Necesitó de una exitosa campaña en Kickstarter para poder dar sus primeros pasos, pero es algo que no te debe de preocupar. Su acabado es magnífico, especialmente en su modo de un solo jugador centrado en la campaña. La misma se encuentra dividida en tres facciones: sajona, rusoviética y polania.
Tomando el control de cada una de ellas, el jugador se ve inmerso en conflictos personales, con personajes específicos que llevan desde sus historias particulares el peso de un relato mayor. El mismo solo se comprende habiendo conocido completamente el desarrollo de las tres historias.
Cierto es que no estamos ante un relato del todo novedoso, pero sí que es lo suficientemente interesante para mantener la intriga y tu interés durante todo el juego.
Además, estos personajes, que protagonizan cada una de las campañas, son plenamente manejables en el campo de batalla. Al fin y al cabo son los héroes y leyendas de esta historia. Y como tales tienen sus propias características y habilidades especiales que los tornan en valiosos recursos durante el juego.
Su presencia en el transcurso de las misiones hace que la narrativa no esté únicamente centrada en las cinemáticas entre estas. De esta manera, los acontecimientos que tienen lugar en tiempo real cobran una especial relevancia en la narración.
Asimismo, el programa ofrece un repertorio de misiones variadísimo. Los objetivos y formas de jugar durante la campaña proponen constantemente algo nuevo para que no te aburras y que la fórmula no se agote.
Cada objetivo varía del anterior y las misiones son altamente dinámicas y cambiantes. Los objetivos principales y secundarios mutan con la acción y te mantienen pegado a la pantalla apretando los dientes por sobrevivir.
Los combates se libran en más de un flanco, teniendo que dejar unidades repartidas en puntos clave que requieren de tu atención en el momento que son atacadas. Los enemigos golpean con dureza y apenas dan tiempo a que te relajes o gastes más segundos de los necesarios para armar tu ejército.
Si optas por realizar no solo los objetivos principales sino, además, acabar con los secundarios y cumplir con los desafíos de cada misión, estas te pueden llevar entre 1 y 2 horas cada una.
Sí, culpables, las máquinas de guerra son la joya de la corona de Iron Harvest. Cada uno de los imperios tiene las suyas propias con espectaculares y trabajados diseños. En combate cada una de ellas es un mundo. Las hay con un gran blindaje, pero una potencia de fuego que de nada sirve ante otras creaciones similares, aunque resulten extremadamente efectivas contra infantería.
Al desarrollar los talleres accedes a máquinas más grandes y poderosas con potencia de fuego anti blindado u otras que asisten como transporte de tropas o búnkeres portátiles. Su impresionante presencia en el campo de batalla puede inducirte a la idea de que son indestructibles. Además, te infunden el prejuicio de que si basas tu táctica en su creación y desarrollo asegurarás la victoria.
Nada más lejos de la realidad. La infantería también es importante en Iron Harvest 1920+. Existe una buena variedad de soldados de a pie como fusileros, morteros, granaderos, lanzallamas o unidades blindadas que van dentro de servoarmaduras a lo Hermandad del Acero de Fallout.
Todos son importantes. Los enormes mechas suelen tener un punto débil en su blindaje trasero y depende de ti como jugador aplicar las tácticas de combate más adecuadas a cada circunstancia.
Las coberturas son esenciales para sobrevivir en el título. Si bien es cierto que es un poco engorroso eso de tener que guarecerte detrás de un muro, una roca o en el interior de una casa para contar con ventaja en los tiroteos.
Pero es que si no lo haces estás perdido y el título consigue con esto que el jugador no sea un ente pasivo durante los combates. Además, para acrecentar esta sensación, todas las unidades en combate cuentan con alguna habilidad específica.
En el caso de mecánicos y médicos es la de curar y reparar estructuras. Su uso es imprescindible para llegar con éxito al final de algunas de las expediciones que propone el juego. Sin embargo, en el caso de los mechas estamos hablando de pericias que tienen como resultado los momentos más impresionantes del juego.
Por ejemplo: con enormes salvas de misiles, que dan lugar a espectaculares explosiones, podemos acabar con cualquier tipo de cobertura o estructura para que el enemigo no pueda guarecerse.
Sobre el terreno podemos encontrar algunos recursos y botiquines con los que curarnos de forma instantánea. Son buenas ayudas que hacen que la exploración cobre sentido dentro del juego. Además, los escenarios presentan oportunidades en forma de cañones de artillería abandonados que tanto tú como el rival podéis utilizar en labores ya sean ofensivas o defensivas.
Probablemente pasen algo más inadvertidas durante la campaña, pero en el modo multijugador son puntos de gran interés solo por detrás de las minas de hierro y petróleo. El mejorarlas, no perderlas y arrebatar al enemigo las suyas. Así, en un equilibrio perfecto, vas creando un ejército cada vez más poderoso luchando por cada palmo. Sí, como en Company of Heroes.
El programa no se libra de algunos aspectos que pueden mejorar. A las grandes máquinas eso de ir a paso de abuela les debe parecer tradición ya. Aunque mola mucho eso de que arrasen con todo, incluso destruyendo puestos de tu ejército, por lo que dirigirlas con cabeza cobra un sentido importante.
El sistema de coberturas puede resultar algo lioso si se intenta manejar a todo el escuadrón al mismo tiempo. Sin embargo, el juego es muy intuitivo en sus controles y los accesos rápidos, tanto desde el teclado como a través de la interfaz, han sido pulidos y pensados para ser accesibles a todos los jugadores.
En los momentos que tengamos que gestionar nuestra base tan solo contaremos con 4 estructuras a las que atender como barracones, cuartel general, taller o puestos de avanzada como búnkeres o refugios de artillería. Esto hace que la experiencia se enfoque primordialmente en la creación de unidades dentro del campo de batalla, sacrificando la gestión a favor de una acción más directa.
Al acabar la campaña, Iron Harvest mantiene al jugador dentro del juego gracias a sus misiones. En ellas puedes generar mapas en los que enfrentarte a la inteligencia artificial en partidas de hasta seis jugadores. Con distintos modos como escaramuzas, recolectar el mayor número de recursos posibles, defender una fortaleza o perder la menor cantidad de unidades posibles.
Esta forma de jugar no logra diferenciarse tanto de la propuesta de algunas de las misiones que ves durante la campaña, pero sí que es una buena manera de repetir y explorar nuevas tácticas u opciones en el campo de batalla. Eso sí, la dificultad no está muy bien equilibrada, teniendo un reto en fácil insultante y siendo ya un calvario de estrés y frustración en medio.
Las partidas multijugador nos deja con partidas vibrantes que elevan exponencialmente el disfrute al enfrentarnos a otros comandantes que nos ponen las cosas realmente difíciles. Actualmente se pueden personalizar partidas para jugar con amigos o acceder a partidas rápidas a través del matchmaking.
En el apartado técnico el programa rinde a 60 fps estables con una resolución 1080p en cualquier carraca que tengas por ordenador (en mi caso, en una 860m de portátil conseguí moverlo a 60fps/1080p con los parámetros en medio).
Esta tasa puede caer entre los 40 y 50 si optamos por jugarlo en 4K (con gráficas de la serie 1000 de Nvidia) pero se mantienen estable a más de 60fps con esta resolución si hablamos de gráficas de la serie 3000 de Nvidia.
Algunas de sus animaciones de movimiento podrían ser mejorables y se le pueden ver las costuras si acercamos demasiado la cámara, pero queda como algo meramente anecdótico en un juego de este estilo.
Su apartado artístico y ambientación dieselpunk inspirada en la obra del ilustrador Jakub Rozalski es sencillamente soberbio. No se queda atrás la magnífica banda sonora compuesta para la ocasión en la que destacan las marchas militares del ejército rusoviético que hacen que se te erice el vello.
El título llega con textos en castellano pero eso sí, con la gracia del doblaje adaptado al idioma según el ejército ficticio en el que se basa. Si no nos mola, siempre podemos hacer que todos hablen en inglés.
Operation Eagle tiene la gracia de ponernos a los mandos de un nuevo ejército que simula a una Gran Bretaña colonizadora de las américas ficticia. Su campaña, una que dura alrededor de las 10 horas, nos lleva a visitar un montón de nuevos parajes que van desde terrenos nevados a otros más urbanos de los que nos acostumbra el juego base.
En cuanto a este ejército, llamado Usonia, cuenta con varios héroes muy particulares. Por un lado tenemos a la Princesa Sita, que no es otra cosa que la introducción del Lawrance de Arabia de turno, con la posibilidad de usar su halcón en combate. Por otra está William Manson, un «yankee» que hará destrozos legendarios con su servoamardura.
Al igual que ya sucedía con la historia del juego base, la de Usonia también es muy interesante, dejándonos misiones donde prima más las tácticas de guerrillas de pinchar y huir, que el tirarnos en batallas de degaste como apremia el ejército rusoviético.
Como añadido a todos los ejércitos, están las unidades aéreas. Importantes naves de batalla que harán más atractivas las contiendas, aunque son más débiles que los mechas y sus movimientos a veces pueden ser algo erráticos.
Aun así, este DLC supone un añadido fortísimo a la experiencia de Iron Harvest, llenándolo de mucho contenido extra para el Modo Campaña y con un nuevo ejército bastante diferente de jugar frente a los demás.
Iron Harvest 1920+ es una experiencia sorprendente, divertida y trepidante. Su acción directa y fijar su punto de mira en satisfacer al jugador es su mayor acierto. Las horas se pasan volando construyendo y manejando a sus preciosas máquinas de guerra.
En la escena competitiva se está formando una comunidad interesante que nos hace presumir que tendrá vida para rato. No obstante, lo fuerte del videojuego es su trasfondo, y el planteamiento de KING Art Games de seguir dotándolo de DLC tan buenos como Operation Eagle es un atractivo a tener en cuenta.
Sin duda alguna, las horas vuelan a los mandos y sus refriegas siempre te dejan con ganas de más.
Si eres un apasionado del género, y tienes los RTS de Relic en gran estima, Iron Harvest 1920+ es un título que te llevará al nirvana.
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