Tengo que admitir que cuando cogí por primera vez Harvestella, no tenía muchas esperanzas puestass en el nuevo título de Square Enix. Sin embargo conforme iba echándole horas la cosa iba cambiando poco a poco.
Al final, y tras haberle dedicado muchas horas (y las que me quedan por delante) el juego se ha posicionado como uno de mis favoritos en cuanto a gestión y rol. Entrando incluso en mi top 5 entre los que se encuentran Stardew Valley, Animal Crossing o My Time At Portia.
Una grata sorpresa que me está dejando muy buen sabor de boca a pesar de sus carencias. Porque no, no es un juego perfecto. Pero como os digo, consigue muchas cosas de las que uno le pide a estos títulos. Vamos con el análisis de Harvestella.
Lo primero que quiero aclarar es el tipo de juego que es. Desde un primer momento, la compañía nos presentó Harvestella como un juego que mezclaba géneros y nos metía un simulador de granjas con un poco de ARPG. Esto lo han intentado muchos y, sinceramente, no he visto buenos resultados últimamente. Rune Factory, por ejemplo, no termina de cuajar bajo mi punto de vista, y otros intentos más cercanos a Stardew Valley, como Potion Permit, se quedan muy lejos de sus fuentes de inspiración.
Pero en el caso de este, el equilibrio que hay en los dos géneros es bastante bueno. Hay mucho de juego de rol, un buen toque de ARPG y, por supuesto, la gestión de la granja es imprescindible. Pero esta proporción no es equitativa.
Para que os hagáis una idea, pasaremos la mayor parte del tiempo en modo ARPG. Esto es, explorando y luchando contra enemigos que nos encontremos por el camino. Ya sea para conseguir materiales o experiencia.
También estaremos muchísimo tiempo cumpliendo misiones que tienen, casi todas, un carácter social. Conoceremos a los habitantes del mundo y sus problemas (desde luego muy pintorescos). Tocará ir arriba y abajo para encontrar lo que nos pidan o a la gente que lo hace.
Por último, la parte que «menos» tiempo requiere es la gestión de la granja. Esto es, el plantar, regar, recolectar, cuidar animales o fabricar objetos y cocinas. Pero esto tiene muchos matices.
El elemento que nos va a dar todo lo que necesitamos para jugar es la granja. Sin ella no podremos funcionar. Es la que nos dará dinero, materiales, elementos de curación y demás. Olvídate de cuidar la granja y la partida estará perdida.
Pero a la vez, para poder avanzar en ella necesitaremos explorar y derrotar enemigos para encontrar nuevos materiales y lugares. Conforme esto vaya ocurriendo, conoceremos más personajes que nos irán desbloqueando funciones, recetas y cosas que hacer en la granja.
Pero este cuidado no exige que estemos todo el día en ella pendientes. Hacer nuestras tareas diarias nos llevará poco. Y luego podremos hacer lo que nos venga en gana. Así que, en resumidas cuentas, es un juego de rol con gestión de recursos. Pero no puedes vivir sin ninguna de ellas.
Lo bueno que tiene Harvestella es que podemos hacer lo que queramos en cada momento. Lo único que requiere nuestra atención diaria es la granja, pero el resto siempre puede esperar. Pero claro, todo tiene sus límites y en este caso está en las horas que tiene el día.
El juego bebe mucho (muchísimo) del formato que tiene Stardew Valley y la gestión del tiempo no es una excepción. Nos levantaremos cada día a las 6 de la mañana y dispondremos de tiempo hasta la media noche para hacer cosas. El día se divide en mañana, día, tarde y noche y cada uno de esos momentos tiene una función y un tipo de eventos relacionados.
Como he comentado antes, lo único que requiere atención diaria es la granja. Habrá que cuidarla con el arado, sembrado, regado y esas cosas que sueles hacer en un sitio de estos. Inicialmente tendremos poco (muy poco) que hacer. Solo dispondremos de un pequeño campo sembrado de rocas y poco más.
Pero conforme vayamos cumpliendo misiones y avanzando en historia, la cosa se complicará. Llegarán los animales y los cultivos específicos de entornos (como de agua o de cueva). Poco a poco empezaremos también con la fabricación de productos procesados, como harina, piensos y demás. Y al final nos veremos metidos en una rueda bastante cuca.
La cosa es que el tiempo avanza automáticamente, hagamos lo que hagamos. Así que tendremos que gestionar bien cuánto le dedicamos a la granja para que nos dé tiempo a ir a otros sitios. El mapa irá creciendo poco a poco y para llegar a según qué punto tardaremos 2 o 3 horas incluso. Y hablo solo del viaje. Luego tocará explorar la mazmorra de turno o meternos en el escenario para encontrar los materiales que queremos.
Y si nos ponemos a ayudar a los adelanos ya la cosa se complica. Algunos nos pedirán que vayamos a sitios a determinadas horas del día o incluso en estaciones concretas. Y claro, dejar pasar ese momento puede acarrear que tengamos que esperar bastante.
Hay que mirar, y mucho, el reloj. Pero por suerte no es un juego agobiante. Suele dar tiempo a casi todo. Y si no nos da tiempo, la mayoría de las veces lo podremos hacer al día siguiente.
Dejemos la granja y hablemos del modo ARPG. Harvestella nos plantea un sistema de combate de acción con clases o jobs que tienen mucho de Square Enix. De hecho tiene mucho de Final Fantasy, ya que es un sistema de clases bien definidas donde cada una de ellas se centra en alguna cosa.
Empezaremos con la clase básica, que usará espadas (daño corte) y ataques de fuego. Pronto nos enseñarán el mago (ataques de hielo y eléctrico) y un poco más adelante ya tendremos, por ejemplo, el Caminante de las sombras (daño cortante y veneno).
Hay muchos trabajos que se irán desbloqueando conforme subamos de nivel y conozcamos PNJ y cada uno de ellos servirá para enfrentarse a un tipo de enemigo determinado. También tienen un árbol de habilidades cada uno que podremos ir desbloqueando, aunque llegará a un tope que no podremos subir hasta que no tengamos afinidad con el que nos lo ha enseñado.
Estos trabajos (o tareas, como los llama el juego) se equipan al personaje principal. Hasta tres a la vez, para ser exactos. De forma que durante el combate podremos cambiar a cualquiera de ellos en un momento, para adaptarnos al enemigo que tengamos enfrente.
En sí, cada trabajo es bastante simple. Solo dispone de un ataque base (que suele ser un combo de tres golpes con la «A») y cuatro habilidades que se van desbloqueando. Una vez que aprendamos a usar uno, casi todos los demás serán más o menos iguales de controlar. Las diferencias están, por ejemplo, en que algunos aguantan más, otros atacan más de lejos o más lento y este tipo de cosas.
Al final, no es un sistema complicado, ya que no hay esquivas ni protecciones (solo algunos trabajos lo tienen como movimiento especial) y puede incluso parecer repetitivo. Pero entre la exploración y lo variado de los enemigos, tendremos que ir cambiando de sistema cada golpe.
Además, hay que controlar nuestra energía, ya que no podremos atacar sin ella. Hay que preparar comidas y comer durante el viaje para no quedarnos sin.
Como todo RPG, y más los japoneses, Harvestella tiene un montón de misiones secundarias. Casi todas son de carácter social, como he dicho. Esto es que será para conocer a los aldeanos y sus inquietudes. De hecho, muchas de estas misiones serán las que nos permitirán estrechar lazos con los PNJ principales y llegar a un punto de romance con ellos.
Como he comentado, la gestión del tiempo es importante, y las misiones nos lo van a poner un poco difícil. Si hay algo que consigue el juego es que todo el tiempo tengamos algo que hacer. Si no es estar en la granja, es ir a un punto por historia. Y si no, seguramente se nos habrán abierto varias misiones en las localizaciones que tengamos o nos hayan mandado una carta pidiendo ayuda.
En este sentido, el juego mete bastante diversidad con misiones de todo tipo. La mayoría son de ir de un sitio a otro y encontrar cosas. Pero algunas son muy divertidas.
Quizás lo que más destaque en este sentido son las mazmorras. No son muchas, pero si nos llevará varios días superarlas. Cada una de ellas mete una nueva mecánica y poco a poco se irán volviendo complejas. Pero en comparación con un ARPG son simples.
En este punto vuelvo a recalcar que el juego brilla por su combinación de elementos, y no por ninguno de ellos en concreto. No hacen falta grandes mazmorras con muchos puzles enrevesados y enemigos formidables. Son una excusa para que conozcamos su mundo y su lore. Y de paso, para conseguir objetos que podamos usar en la granja (y aliados).
Harvestella no busca destacar en el combate. Eso se nota desde el primer momento. Ni tampoco como un juego de rol. Pero lo que ofrece es más que suficiente y entretenido con una justa dosis para poder disfrutar del resto de cosas, como es la granja.
Al igual que las albóndigas, un juego muchas veces entra por la vista. Y desde luego, Harvestella lo hace. El mundo que nos presenta es precioso y viene acompañado con una banda sonora que recuerda mucho a juegos como NieR o Final Fantasy. Incluso en algún punto también a Star Ocean.
Los escenarios son muy detallados y carismáticos y las localizaciones y pueblos (muchos más que en un juego de granjas normal) la verdad es que sorprenden. Además, al haber ciclo diario, hay melodías de día y de noche. Y a veces da gusto quedarse en un sitio solo para escuchar qué música hay.
Hay que sumarle el punto de exploración y los recovecos que encontramos y, por supuesto, la historia. Si bien la del protagonista (Ein, aunque podemos llamarle como queramos) es sosa a más no poder, cuando empiezan a meternos viajes en el tiempo y distopías y paradojas la cosa se vuelve interesante.
La quietud es un misterio a resolver y el juego nos va a llevar por muchos caminos antes de descubrirlo. Habrá que tomarse el tiempo necesario y disfrutar de lo que nos ofrece.
Prácticamente ya ha quedado todo dicho. Harvestella no es un juego que destaque en nada de lo que tiene. Pero en esta ocasión, y a diferencia de otros, la mezcla que tiene es muy buena y relajante.
El sistema de gestión de granjas es básico para poder avanzar y conforme desbloqueemos funciones se complicará bastante. Además aprenderemos movimientos especiales para ser más eficientes y todo. Podría haber sido algo más complejo, pero han optado por algo más simple, como en el caso de Stardew Valley, centrándose en funciones básicas pero efectivas.
En cuanto al apartado de acción, no es un hack’n slash. No os confundáis. Es un juego de acción que no representa un gran desafío para el jugador, pero que es entretenido. La presencia de las tareas (los trabajos) y su evolución hace que combatamos solo para llevarlas al máximo.
Lo mismo pasa con las relaciones con los personajes, necesarias para mejorar en combate, en la granja y en todo en general. Además, el sistema de misiones hace que todos los días tengamos algo que hacer. Y eso impide que el juego se haga monótono.
Lo bueno es que mantiene siempre el estilo relajado y nunca nos meterá prisa. Sí, la chica se puede estar muriendo de hambre, pero os aseguro que aguantará dos semanas si no nos acordamos de ir al bosque a por su fruta. Así que tranquilos.
Es un juego que se disfruta y que se puede jugar en partidas cortas. Y esto, hoy día, se agradece mucho. No siempre son necesarias historias épicas y mazmorras impresionantes. A veces con un buen equilibrio en la jugabilidad se consiguen maravillas. Y Harvestella lo hace.
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