Ahora mismo están bastante de moda los juegos tipo farming con ejemplos como Stardew Valley o Harvest Moon. En estos títulos las horas pasan casi sin darnos cuenta mientras conseguimos recursos o construimos edificaciones. Todo lo que hagamos tendrá su utilidad para poder seguir avanzando y expandirse. Lo mismo ocurre con la obra que hoy nos ocupa, pese a que seamos el sepulturero del pueblo. Veamos nuestras responsabilidades en nuestro análisis de Graveyard Keeper.
Lazy Bear Games y tinyBuild nos sumergen de lleno en una edad media con muchos toques de humor negro. Nuestra historia comienza cuando morimos por cruzar la calle mientras hablamos con nuestra parienta por teléfono. Acto seguido estamos hablando con la mismísima muerte que nos asignará la singular tarea de ser los nuevos enterradores del pueblo. Por supuesto nuestro objetivo será el de volver con nuestra amada. Para ello deberemos hacer nuestro trabajo lo mejor posible mientras resolvemos las misiones que nos van encargando.
Así nos encontramos un juego con un argumento de lo más disparatado. Ya de inicio se nos obliga a desenterrar a una calavera llamada Gerry, la cual nos guiará en nuestros primeros pasos. Este guía lo primero que nos propondrá, será quitar la carne del primer cadáver que nos toca enterrar para hacer filetes. Cuerpo que se encarga de suministrarnos un burro que habla por cierto. Creo que ya veis por donde van los tiros en esta algo macabra historia.
El título es un simulador de gestión y farmeo, que aun de apariencia simple esconde una complejidad enorme. Sobre todo porque apenas nos explican nada. Comenzamos como ya hemos dicho por encargarnos de los muertos que nos va trayendo el hablador asno. Con cada uno que enterremos en condiciones conseguiremos un certificado, que el tabernero local nos comprará. Así iremos consiguiendo algo de guita.
Poco después el obispo de la zona nos encargará que mejoremos el cementerio, por lo que deberemos llegar a una puntuación que él nos impondrá. Para aumentar estos puntos deberemos enterrar en el mejor estado posible los cadáveres y tener las lápidas en condiciones. Esto lo conseguimos a base de aprender nuevas tecnologías como reparar o crear nuevas sepulturas de madera, piedra o mármol. Para desbloquearlas tendremos que gastar diferentes orbes que lograremos al realizar variadas acciones. Tendremos de tres tipos. Los de construcción que serán de color rojo, los de naturaleza que serán verdes y por último los espirituales que tendrán color azul.
Dependiendo de si picamos rocas, talamos árboles o recolectamos nuestra cosecha recibiremos puntos de uno u otro tipo. Además tendremos que construir maquinaria que nos ayude en nuestra labor o nos permita crear nuevos materiales, para a su vez fabricar nuevas máquinas. Al final todo lo que hacemos influye directa o indirectamente en el resto.
Más adelante nos encargaremos también de dar los sermones en la iglesia, lo que nos otorgará dinero y fichas de Fe. Con esta fe podremos crear nuevos discursos con los que aumentar las recompensas ganadas. También será posible usarlos para estudiar los objetos que portemos. Esto nos dará más puntos para el árbol de tecnología. Este círculo vicioso podría llegar a hacerse tedioso pero no es el caso. Además según avancemos en el juego tendremos nuevos objetivos en forma de misiones proporcionadas por los NPC.
Mejorar la iglesia será uno de estos encargos, y al igual que con el cementerio deberemos subir su puntuación para ascenderla. Bancos más cómodos, candelabros o confesionarios harán que suba la calidad del edificio y podamos así llegar a convertirla en una catedral. Mientras intentamos lograr esto pasaremos por múltiples encargos más. Por ejemplo trabajar para la Santa Inquisición y su quema de brujas, ayudar a una bruja a recuperar la memoria, o conseguir el necronomicón.
Todos estos pedidos podremos realizarlos a nuestro aire, sin ningún tipo de presión o prisa. De hecho el mundo en el que nos encontramos no sólo tiene ciclos de día o noche. A parte tendrá una semana completa de 7 días. Esto es importante puesto que algunos NPC sólo aparecerán en un determinado día de la semana. Esto hará que tengamos que esperar para completar algunas misiones, pero tranquilos que siempre tendréis algo que hacer.
Aunque la mayor parte del tiempo estaremos crafteando, habrá un momento de la partida en la que desbloqueamos unas mazmorras. Un total de 15 estancias que podremos explorar mientras eliminamos a las bestias que las pueblan. Cada una irá añadiendo mayor dificultad. Portaremos una armadura y una espada básicas, que podremos mejorar al desbloquear las tecnologías necesarias. Los combates son muy sencillos, ya que sólo podremos atacar o movernos para esquivar. Aprender la rutina de ataque de los monstruos que encontremos será vital.
Si morimos aparecemos en nuestra casa con todos los objetos que hayamos conseguido. Si queremos volver podremos empezar desde la última mazmorra en la que estuviéramos. Además los enemigos con los que hubiésemos terminado ya no aparecerán. Al final con paciencia y repetición podremos completarlas. Ciertamente no obtendremos mucha recompensa por terminarlas a excepción de algunos materiales que no conseguiremos en otros lugares.
Para todos estos menesteres que tendremos que realizar, nuestro personaje contará con una barra de vida y otra de energía. La segunda se irá gastando con cada trabajo que hagamos o dando espadazos y para recuperarla deberemos dormir. Los alimentos también la rellenaran aunque en menor cantidad. De todos modos si estamos un par de días sin descansar la energía irá disminuyendo incluso sin hacer nada.
Gráficamente el juego tira de píxeles al igual que en Punch Club y Swag and Sorcery de Lazy Bear Games. Luce muy bien y su rendimiento excepto en mínimas ocasiones es muy bueno. Tiene una gran cantidad de detalles por encima de lo habitual en otros títulos similares.
En cuanto a la música tendremos pocas melodías pero bastante buenas, de esas que se te meten en la cabeza. El sonido ambiente también cumple con sonidos ambientales convincentes, aunque en ocasiones recorreremos lugares en los que estos no existirán. El juego no tiene voces aunque cada personaje emite unos graciosos sonidos a la hora de conversar.
Si te gustan los juegos de gestión y farmeo complejos esta es tu obra. Además sus toques de humor negro y su pequeña incursión en en el mazmorreo le dan un toque original. Tendremos mucho que hacer y en lo que progresar, aunque el título no nos lo pone fácil. Tendremos que revisar una y otra vez el árbol de tecnología para ver qué necesitamos hacer o ascender.
Sus gráficos son buenos y la música y sonido ambiente cumplen a la perfección, pero se echa en falta algo más de variedad. Aún así alguna de ellas se nos pegará sin remedio.
En definitiva un auténtico robavidas en los que el tiempo vuela, pero que siempre te incita a seguir. Una compra obligada por todos los amantes del género.
Allons-y!
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