Intentar innovar en un género ya establecido puede ser bueno o malo. Descubre en nuestro análisis de Gal Metal cuál ha sido su sino.
Los juegos rítmicos siempre intentan innovar de una forma u otra, especialmente en la forma en la que se juega. Y a veces, esta forma de jugar puede ser un gran acierto… o un gran fallo. Tenemos en nuestras manos el último juego rítmico que ha llegado a Nintendo Switch con una buena combinación de colegialas y heavy metal. Descubrid con nosotros en nuestro análisis de Gal Metal el resultado de esta curiosa mezcla.
Si has venido a jugar por una buena historia… mira a otro lado. Gal Metal nos pone en la piel de dos adolescentes que, tras volver de su rutina diaria escolar, son abducidos por un platillo volante y una raza alienígena con forma de pulpos que, tras amenazarles con la destrucción de la tierra, unen sus dos cuerpos en uno. La única forma de detener la invasión es con el poder del heavy metal, pero la experta en la batería solo está presente mentalmente y el control el cuerpo lo tiene el joven. ¿Serán capaces de unir sus fuerzas para derrotar a los alienígenas?
Una historia sin chicha ni «limoná»
Realmente, jugar a Gal Metal por la historia es como jugar a Gone Home por su acción sin fin. Si sois fans de los animes de ahora pues es probable que no encontréis mucha diferencia y os parezca interesante, pero a pesar de la idea de la trama y su mediocridad, la forma de contarlo y el humor que hay en sus líneas hace que no nos echemos las manos en la cabeza con las largas escenas que hay entre las cortas ocasiones que podemos jugar. Una gran deshonrosa mención a los momentos en que nuestras protagonistas hablan a través de un grupo de móvil que contiene un HORRIBLE ruido de zumbido que no se puede quitar y suena cada dos segundos. Atención: Puede causar tendencias homicidas.
El juego tiene se divide en varias partes. La primera de ellas y, por desgracia, la más larga son las escenas de la vida escolar en la que los personajes tienen conversaciones totalmente vacías y sin ninguna importancia que sirven como hilo conductor de la historia. Entre estas escenas y el día del concierto, tendremos que elegir en qué gastar nuestro tiempo libre. Esta es una de las partes más interesantes del juego aunque da la sensación de no estar cumpliendo nada realmente importante.
Unas baquetas fuera de control
Gastaremos puntos de energía para poder hacer varios trabajos o acudir a sitios de ocio en el que aumentaremos uno de los cinco estados presentes en el juego: Kvlt, Moralidad, Pasión, Ejercicio y Agallas. Estos estados no tienen ningún uso de por sí, solo nos darán más puntos a la hora de contar nuestra actuación en los conciertos. Sin embargo, si hacemos estas actividades con nuestras amigas y compañeras de grupo, aumentarán más rápido y mejoraremos nuestra relación con ellas, desbloqueando nuevas escenas y descubriendo las personalidades de cada una, siendo todas estereotipos del anime estándar de hoy en día. Obviamente, también tendremos la posibilidad de poder ensayar sola o con nuestras compañeras para poder descubrir nuevos ritmos que hacer… Aunque no es tan fácil como suena.
Finalmente, llegamos al concierto y aquí es donde la interesante idea de Gal Metal se desmorona cual castillo de arena en la playa. Este juego quiere innovar en el género rítmico prometiéndonos el “sentir el ritmo” del heavy metal en nuestro cuerpo y poder hacer distintos ritmos. Si que es verdad que a pesar de que esto no es del todo cierto, sí aprenderemos nuevos patrones experimentando, ya que en ningún momento tendremos algún mensaje en pantalla que nos indique esta hazaña. Es más, no tendremos ningún indicativo de los diferentes ritmos que existen y hay un buen montón para aprenderse.
Algo que, a priori, no debería resultar un problema, se convierte en uno cuando el juego no reconoce correctamente lo que estamos haciendo. Lo he intentado con todos los modos posibles… Ya sea moviendo los joy-con como si fuesen las baquetas de una batería (usando los dos modos disponibles y modificando la sensibilidad) o con el mando pro. Nada funcionaba correctamente. Por mucho que intentaba seguir el ritmo y apuntarme diferentes patrones, nada parecía funcionar y lo peor es que no tenemos ningún indicativo de estar haciéndolo bien o mal.
Tocar a ciegas es como tocar en el polo
Ni siquiera una guía que fue enviada junto al juego fue de ayuda para cumplir esta tarea. Lo mejor que parece funcionar, es jugar con la consola en modo portátil y usando la pantalla táctil, lo que me permitió conseguir más de 1 millón de puntos con los dos patrones más básicos. Esto, en un juego de ritmo, es algo que no puede ocurrir de ninguna forma y en Gal Metal pasa continuamente hasta el punto de la frustración. Y es una verdadera lástima porque la idea era muy buena pero cuando quieres innovar en un género ya establecido a veces puedes fallar.
Visualmente, Gal Metal resulta muy simpático. Las escenas de la vida escolar están dibujadas como si fuesen un manga y no tienen ninguna animación mientras que las que vemos durante nuestro tiempo libre parecen diseñadas como con marionetas de papel pegadas en palos, incluso los bocadillos de diálogos entre ellas. Un toque original. Los conciertos, por otra parte, tienen personajes en 3D bastante bien animados (en comparación al resto del juego) que parecen disfrutar en cada momento del concierto que están dando para poder salvar al mundo de la invasión alienígena.
La banda sonora también es muy importante en juego rítmico y este juego tiene una muy particular. Muchos de los temas son versiones metaleras de grandes clásicos de la música clásica y no hay más que oír el primer tema que el grupo versiona para darse cuenta de ello. Realmente se oyen bastante bien y son bastante identificables aunque en muchas ocasiones la batería solo aporte ruido que no añade nada al resto de los instrumentos del grupo. Otro consejo es el reducir el audio de los demás instrumentos para poder escuchar mejor la música. Aunque realmente no es que vaya a servir de mucho, por desgracia.
CONCLUSIONES DEL ANÁLISIS DE GAL METAL
Gal Metal es una estupenda idea que intenta innovar el género de los juegos musicales pero, por desgracia, se queda en tan solo eso. Fallos a la hora de detectar correctamente los movimientos de los joy-con (la manera en la que está pensada jugar a este juego) hacen que este juego acabe resultando en, tan solo eso, una idea que podía haberse convertido en un gran título para este género. Una verdadera lástima.