¿Quieres baños de sangre? ¿gritos agudos con señores hipermusculados? Pues fijo que te interesa el Análisis de Fist of the North Star: Lost Paradise.
Traer juegos de anime no es algo demasiado sencillo. Sin embargo, Bandai Namco ha estado apostando por ello desde hace algún tiempo. Así, hemos podido disfrutar de títulos la mar de entretenidos, como Black Clover: Quartet Knights o rememorar nuestra infancia con los distintos Digimon. Pero su espíritu por traernos más y más títulos sorprendentes no cesa, motivo por el cuál he podido disfrutar de lo lindo realizando el análisis de Fist of the North Star: Lost Paradise.
Las artes marciales serán tu salvación
Tengo que reconocerlo: no sabía apenas nada de El Puño de la estrella del Norte. Sabía que era un manga antiguo y poco más. Por eso tenía un poco de miedo al enfrentarme a este título, pero nada más lejos de la realidad. Sí, Fist of the North Star: Lost Paradise es un juego que todo fan de esta publicación podrá disfrutar, pero no serán los únicos. Los que no tenemos ni idea de ello también pasarán un buen rato dando de puñetazos a diestro y siniestro. Pero vayamos por partes.
La historia de este título es una completamente distinta a la de la obra original. Por supuesto, el entorno será el mismo: un mundo post-apocalíptico, casi yermo, en el que la gente sobrevive como puede. Kenshiro, nuestro protagonista, habita aquí sin cambiar un ápice la expresión de su cara. Como experto en artes marciales y uno de los seres más poderosos de este lado de la galaxia (según yo), podría regodearse en la muerte y sufrimiento ajenos. Pero no, nuestro querido hipertrofiado es un buenazo, y sólo tiene una cosa en mente: Yuria.
La novieta de Ken es la luz que ilumina su vida, pero se la arrebatan delante de sus narices. Sí, aquí los secuestros y esas cosas están a la orden del día. Así que, tras una serie de acontecimientos, y de templar su musculado cuerpo aún más, parte en su busca. El nucleo de la trama gira en la búsqueda de nuestra amada. Por supuesto, esto no será fácil, y llevará a Kenshiro a relacionarse con todo tipo de gente, pero sin cambiar un ápice la expresión de su cara, claro está.
No tenemos, por tanto, una historia que rebose por originalidad ni nada parecido. Desde el principio se ve bastante simple, una simple búsqueda que nos llevará a distintias misiones hasta poder completarla. Pero lo cierto es que este camino es bastante disfrutable, al menos en parte.
Una ciudad en la que olvidar todos nuestros problemas
Leyendo lo anterior, queda claro que el mayor peso del título se lo lleva la jugabilidad. Para completar la trama iremos más que nada de arriba para abajo pateando culos de bandidos. Centraremos nuestros esfuerzos, especialmente, en la ciudad de Edén. Este pequeño oasis de salvación es también un nido incontable de problemas. Entre sus calles y sus gentes iremos encontrando las claves para dar con nuestra querida Yuria.
Por supuesto, tendremos más localizaciones que podremos encontrar por el páramo gracias al buggy, pero el mayor interés se da en esta localización. A fin de cuentas, el resto de escenarios tienen más aspecto de demacrados y en las últimas tras el caos nuclear. Edén es tan repleto, tan enorme, que suena casi irreal. Pese a que se explica el motivo de esto, en lo general da la impresión de que es un derroche demasiado grande de recursos, como que no casa con la atmósfera.
Que sí, sufren ataques y dependen de mercaderes externos, pero quizás el colocar zonas de cultivo o similares le hubiera dado un toque más de realidad, pues da la impresión de que viven del aire básicamente, del esfuerzo de los de fuera mientras aquí andan tan tranquilos. Bueno, dejando de lado la crítica social, en este lugar, como mencioné, encontramos toda la diversión. Además del progreso general de la historia principal, encontraremos una gran multitud de minijuegos que, para que engañarnos, se han llevado ingentes cantidades de horas por mi parte.
Per oesque son tan variados, llenos de humor por lo extraños que parecen, que es imposible no engancharte a ellos. Desde un juego de ritmo, hasta otro en el que regentas un bar haciendo cócteles. Sin olvidarnos de las posibilidades de los arcade, el casino… un sin fín de elementos que le dan el toque de aire fresco que necesitamos en el juego cuando nos cansamos de tanto atatatata.
El poder del Hokuto Shinken
Porque sí, a pesar de que es muy dvertido ir por ahí machacando enemigos, haciéndoles literalmente explotar, puede tornarse un tanto repetitivo. Más aún cuando, salvo contadas excepciones de submisiones o historia principal, los enemigos no suponen reto alguno. Sé que la técnica de Kenshiro es de las más poderosas, pero puede llegar a cansar un poco. Y pasar de derrotar a unos haraganes en dos golpes, a tener que tirarte tus buenos veinte minutos para derrotar a un jefe está bastante descompensado.
Pero eso sí, los combates son bastante entretenidos, en especial cuando mejoras las habilidades del personaje gracias a los árboles de desarrollo. Así, el esquivar, golpear y hacer todo tipo de ataques se hace extremadamente divertido, más cuando logras hacer el combo que quieres, que no es que sea sencillo, precisamente. Pero claro, como decimos, en pequeñas dosis. Aquí, la mayor parte de los conflictos se resuelven con Kenshiro dando golpes. Vale, lo acepto en historia y subtramas, donde le meten elementos de diálogos interesantes antes de ello, que te hacen salir una sonrisa.
El problema viene cuando estás tranquilamente paseando por Edén para llegar a un punto concreto y una banda de macarras te avista a lo lejos. Has estado convirtiendo en pulpa a un sin fin de maleantes, pero esto a ellos les da igual. Te van a perseguir como pollos sin cabeza durante un buen trecho, atrapándote la mayoría de las veces, obligándote a un combate anodino en el que apenas conseguirás experiencia u objetos interesantes. No sé, llamadme loca, pero yo si veo a un tipo que ha matado a tantos, y lo reconozco, no me tiro de cabeza. La falta de nutrientes debe de haberles afectado al cerebro.
El entorno idóneo tras un invierno nuclear
Pasando ya a temas técnicos, sólo puedo decir que el juego es precioso. Sí, igual no suena demasiado técnico, pero es que está genialmente representado. Pese a mis quejas anteriores por Edén, no se puede negar que la ciudad está perfectamente detallada y llena de sitios a explorar. Los edificios y entornos están muy bien representados, contrastando con el páramo yermo, que se nota especialmente vacío, como es de esperar. Aunque quizás hubiera sido bueno que se situaran guaridas de bandidos cercas o así. En cuanto pones una rueda fuera con el coche, los maleantes se tirarán de cabeza a por ti.
Ya con el tema de los personajes la cosa varía bastante. Kenshiro y los secundarios importantes en la trama son los que mejor lucen. Se nota el cuidado que han puesto al animarlos, con estilo Cel-Shading. Cada sombra, cada expresión y detalle del atuendo están perfectamente logradas. Bueno, lo de las expresiones de Kenshiro es un caso aparte, porque es casi como un muñeco de piedra. Creo haber contado 3 cambios de expresión en todo el juego. Que chico más estóico.
El resto de NPC, por su parte, pues… están ahí. A ver, no es que estén mal mal del todo, sino que no lucen. Las expresiones, las ropas… son de… de personaje de relleno, vamos. Los vas a pasar de alto la mayor parte del tiempo. No merecen tu atención, es cruel pero es real. Y más si nos referimos a enemigos, pues todos guardan patrones de físico y diseños similares. Imagino que en Yakuza esto funcionaría, pues las caras pueden parecerse todas y pueden llevar ropas normales. Pero aquí es como que desentona demasiado.
Poniéndole la puntilla a esto tenemos el sonido. Audio dual inglés/japonés es un gran logro, demostrando, aunque el inglés no sea malo, la supremacía del japonés. Por supuesto, ninguno se libra de las voces clónicas de ciertos personajes. Pero es algo que se puede obviar porque, a fin de cuentas, son NPC. Ya hemos dicho que no importan. Los temas musicales y efectos sonoros son también variados y agradables de escuchar, no puedo quejarme de ellos. En especial, el poder cambiar los temas del buggy para ir escuchando lo que más nos guste me parece un acierto adecuado teniendo en cuenta la longitud del yermo. El contraste día/noche de Edén también es admirable.
Conclusiones del análisis
Fist of the North Star: Lost Paradise es un juego altamente recomendable que se disfruta doblemente cuando tienes la opción de sangre al máximo exponente. La historia es bastante simple, con consecuciones bastante simples, pero que sabe cumplir.
La chicha, en mi opinión, la encontramos al explorar por nuestra cuenta tanto la ciudad como sus alrededores. La cantidad de submisiones, guiños y cosas de las que disfrutar a nuestro antojo saben equilibrar el juego. En especial, debido a las reacciones de Kenshiro con los habitantes que piden ayuda. Por su actidud muchas veces os sacarán seguro una sonrisa, haciéndoos mucho más entretenida el completar estas.