En este análisis de Final Fantasy XV Windows Edition vamos a dejar de lado todo lo que ya sabemos del juego en sí para centrarnos en las características propias de la versión de PC de la historia de Noctis y compañía.
El caso de Final Fantasy XV es una de esas historias que nos gusta contar a los amigos en los bares junto a una buena jarra de cerveza. Eternos años de desarrollo, reestructuraciones completas de la trama e incluso cambios en la dirección hicieron que el camino para sacar a la luz la historia de Noctis fuera uno de los casos más sonoros de los videojuegos. Por si todo esto no fuera poco, los problemas siguen presentes más de un año después de lanzar el juego. Fijaros si éstos siguen dando guerra, que este análisis de Final Fantasy XV Windows Edition es el tercer vistazo al título que vamos a tener en la web…
Tranquilos, no voy a volver a contar una vez más de qué va Final Fantasy XV. Habiendo ya mis compañeros Manu y Zeben hablado de la base del juego y las últimas novedades de éste respectivamente no quedaría muy elegante volver a pisar su mismo terreno. En su lugar, lo más lógico en esta ocasión es ver qué tiene de especial esta edición del juego para PC.
Músculo pecero
Desde que Square Enix anunciara la llegada de Final Fantasy XV a PC se pudo intuir las intenciones del estudio de darle una segunda vida a su juego, algo que quedó todavía más claro tras la presentación de la Royal Edition. Sin embargo, muchos fuimos los que temíamos que la compañía estuviera cociendo un port de los cutres con la intención de sacarnos dinero a los peceros. Para mi sorpresa, las cosas han ido en dirección totalmente opuesta.
Durante los meses de desarrollo de esta Windows Edition no fueron pocas las veces que la desarrolladora japonesa dijo que andaban dándolo todo para esta versión. Que si trabajo codo con codo con Nvidia, que si opciones gráficas exclusivas… Sí, palabras muy bonitas que ya hemos escuchado varias veces. No obstante, con el benchmark y la demo que publicaron del juego Square Enix logró callar bocas y dejar ver lo en serio que se estaban tomando el salto de Noctis al PC.
Una bestia gráfica
Lo primero que llama la atención de esta versión de Final Fantasy es la gran cantidad de opciones gráficas disponibles. Entre éstas y las texturas HD disponibles el juego nos da la posibilidad de ajustar prácticamente todo para que se adapte a la potencia de nuestro equipo. Eso sí, como ya pasara en Fallout 4, las texturas de mayor resolución se comen una gran cantidad de gigas del disco duro, pasando así a pesar el juego de 75 GB al doble.
En su momento Final Fantasy XV recibió bastantes críticas a nivel gráfico debido a sus dientes de sierra. Pues bien, os alegrará saber que el Anti-Alising hace su trabajo y logra solucionar dicho problema, aunque a cambio deje el aspecto un poco difuminado. A parte de ello, mención especial se merecen los detalles de las vestimentas, la extensa yerba de los entornos y el pelo de los protagonistas, el cual luce con mayor naturalidad.
Obviamente, para poder disfrutar del juego a su máxima potencia hace falta un equipo top. No por ello debemos preocuparnos, ya que el juego tiene una gran optimización para poder funcionar en equipos más modestos sin tener que andar bajando texturas y resoluciones a mínimos. Aun así, estamos ante uno de los juegos con mayor potencial visual en PC.
Conclusiones
Además de todas las bondades del PC, Final Fantasy XV Windows Edition cuenta también con todo el contenido de la Royal Edition. El nuevo final, los episodios descargables, los constantes parches de contenidos… Si a ello le sumamos también la presencia de mods vía Steam Workshop nos quedamos con el claro ejemplo de cómo deberían ser todos los multiplataformas que llegan a PC. Sin duda, una gran recompensa tras estos años de espera extra.