Otro año más podemos disfrutar con una nueva entrega del simulador automovilístico por excelencia, el cual aunque continuista, llega con algunas novedades que hacen del título un producto aún más redondo. ¿Es suficiente para que sus fans se hagan con él? Eso depende de cada uno, pero antes de tomar una decisión leeros nuestro completo análisis de F1 2020.
Codemasters vuelve a la carga otro año más con la competición de bólidos más conocida del planeta. Y de nuevo, la saga mantiene las bases jugables que tan buenos resultados les lleva dando desde hace varias entregas. Esto no es necesariamente malo, ya que la sensación es probablemente la más cercana a pilotar un monoplaza real que se puede conseguir actualmente. A no ser que puedas permitirte montar en uno de verdad, claro. Aún así, el juego introduce algunas agradecidas novedades, tanto a nivel jugable como en cuanto a contenidos.
Si estáis leyendo este análisis de F1 2020, imagino que sois fans de la franquicia y ya habéis disfrutado de alguno de sus anteriores capítulos. Así pues, voy a comenzar directamente por sus novedosas características. Y quizá la mayor de ellas es sin duda su mayor accesibilidad para todo tipo de jugadores. Vamos a explicar más a fondo este punto.
Normalmente y como estoy seguro ya sabéis, estamos hablando de un simulador puro, con todo lo bueno y malo que ello conlleva. Obviamente los fanáticos de la Fórmula 1 y del realismo, esto es la mayor aspiración y lo que buscan en un juego así. El problema que acarrea esto, es que hay muchos jugadores menos duchos, que no se acercan al juego por su elevada exigencia. Para ellos, la compañía francesa ha decidido añadir un tipo simplificado de conducción más cercano a lo arcade, aunque sin llegar a tal extremo.
Así pues, aparte de las típicas ayudas que suelen venir de serie como el trazado dinámico, la asistencia en la frenada, o el cambio automático, tendremos también un nuevo modo llamado Casual. En él, el vehículo no sufrirá daños, conducir fuera de la pista será mucho más sencillo, e incluso los menús de opciones estarán simplificados en mayor medida. Vamos, que ahora cualquiera por negado que sea (como yo), puede configurar de casi cualquier manera el grado de ayuda que desee. Eso sí, estos cambios no se pueden aplicar en el online.
Por supuesto, los compradores que busquen la simulación más fiel posible la seguirán encontrando aquí. Para ellos, el juego puede ajustarse a unos parámetros casi totalmente realistas, haciendo que el más mínimo despiste pueda poner fin a cualquiera de nuestras carreras.
Pero como decíamos, con la inclusión de la nueva modalidad simplificada, Codemasters trata de ampliar el número de jugadores. Aunque claro, también hay que cuidar a los seguidores fieles, que año tras año se hacen con la pertinente entrega. Para ellos y el resto llega por primera vez en la saga, la posibilidad de crear nuestra propia escudería. Sí, a partir de ahora podremos convertirnos en el dueño de un equipo al completo, a parte de ser su piloto principal.
En esta nueva modalidad, aparte de escoger nombre y crear nuestro propio emblema, deberemos gestionar varios de los departamentos propios de una escudería. Contratar un segundo piloto, conseguir los mejores patrocinadores, o tratar con la prensa, serán algunas de las nuevas responsabilidades. Además cada una de ellas conlleva sus propias vicisitudes.
Por ejemplo, no debemos descuidar a nuestro compañero en la parrilla, ya que si no le ayudamos a mejorar como conductor, nos costará más ganar el mundial de constructores. También hay que estar muy pendiente de las cuentas, vigilando el balance de ingresos y gastos si no queremos cerrar la persiana antes de tiempo. Para ello entre otras cosas, no está de más cumplir con los objetivos impuestos por nuestros mecenas, ya que nos ayudará a ganar más dinero.
De esta manera, el modo Mi Equipo se une a los de siempre como Carrera, Grand Prix, Contrarreloj, Desafíos o campeonatos con coches míticos, y multijugador entre otros. En este apartado destacar, que se ha recuperado la posibilidad de jugar a pantalla partida en la misma consola. Además en todos ellos, contaremos con dos nuevos circuitos. Por un lado el regreso a la Fórmula 1 del gran premio de Holanda, situado en Zandvoort, y por otro el estreno en la competición de la pista de Hanoi, en Vietnam.
En cuanto a lo importante, que es la conducción, como ya he comentado el título es continuista. Aparte de la inclusión del modo Casual, cualquiera que haya jugado con anteriores entregas se encontrará enseguida como en casa. De nuevo el manejo de los monoplazas, es lo más cercano a la realidad que podemos encontrar ahora mismo en el mundo del videojuego. Pero en este apartado también encontramos un pequeño añadido.
Principalmente, se ha mejorado la dinámica de movimiento de los neumáticos y las ruedas. Para ello sus creadores, han desarrollado el concepto de cómo la presión de las gomas, afecta también a su temperatura. Por ello, ahora tendremos la opción de ajustar dicha presión, para compensar el posible sobrecalentamiento o falta de temperatura en las ruedas. También las físicas han sido revisadas, aunque el cambio en este aspecto no es tan notorio, ya que estas vienen siendo buenas desde entregas atrás.
Gráficamente el título sigue luciendo espectacular, con unos vehículos perfectamente recreados, y unos escenarios muy bellos en ocasiones. Eso sí, no apreciaremos apenas mejoras en este aspecto, respecto a capítulos anteriores. Como ya he dicho en alguna ocasión, parece que la franquicia ha tocado techo en esta generación. Veremos si en 2021 vemos una versión específica de PlayStation 5 y Xbox Series X, en la que se comience a notar un salto cualitativo.
Igualmente el apartado sonoro sigue rayando buen nivel, con un rugido de motores diferenciado para cada vehículo y voces en perfecto castellano. Eso sí, aquí quiero destacar que muchas de las líneas de diálogo son las mismas que hemos oído ya en las precuelas, aunque también existen algunas nuevas.
Por último la música acompaña de manera natural en los menús, pero sin despuntar especialmente. A excepción del tema principal de la competición, compuesto por Brian Tyler, quién ha trabajado en la saga de Fast and Furious y Iron Man 3, entre otras películas. Esa experiencia se nota en la espectacular composición que acompaña la intro, que es épica a más no poder. Si no la habéis escuchado ya estáis tardando.
Entrega continuista como es habitual, pero con más novedades que en anteriores entregas. Nuevos circuitos, más coches clásicos, retoques en las físicas y neumáticos, pero sobre todo mayor accesibilidad para jugadores menos expertos, gracias al modo de conducción Casual. De esta manera, los usuarios habituales encontrarán un simulador muy realista y completo, a la par que los que busquen una experiencia menos exigente también podrán disfrutar de la Fórmula 1 sin perder los nervios.
Allons-y!
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