El año pasado, durante el E3 más pobre de la historia de Nintendo, la compañía nos prometió una nueva IP. Esta nueva IP resultó ser Ever Oasis, y no entusiasmó a nadie. Esa mezcla entre Animal Crossing, Monster Hunter o incluso Tomodachi Life era un batiburrillo extraño. Pero conforme pasó el tiempo, y ahora que lo hemos probado, os puedo decir que el resultado es más que aceptable. Empecemos el análisis de Ever Oasis, culpables.
Todo está inventado. O al menos eso es lo que suelen decir. Y la verdad es que Ever Oasis no llega para traer algo completamente nuevo. Sí que es cierto que hay cositas y detalles que son más o menos novedosas. Pero la base del juego, lo que viene a ser su núcleo, es un cúmulo de otras jugabilidades.
El padre de la saga Mana ha cogido ideas de aquí y de allí y ha hecho su propio monstruo de Frankenstein, pero en bonito. Ever Oasis mezcla gestión, con recolección, creación, acción y RPG. Sí, parece todo muy loco, pero la verdad es que funciona.
Sin embargo, a todas estas ideas que iremos desgranando poco a poco, también hay que sumarle la parte personal del juego. Y esta aparece con la automatización y la gestión de los habitantes. Algo que animará a muchos. Sobre todo los que odian repetir las mismas acciones una y otra vez.
Ever Oasis nos habla, como os podréis imaginar, de un oasis. El último, para ser exactos. Resulta que en este mundo, anteriormente todo era un oasis bonito y floreciente. Todo flower power. Pero entonces llegó el caos y empezó a arrasarlo todo y a convertirlo en desierto.
Podría decirse que es una alegoría a nuestro mundo, al calentamiento global. Incluso a la lucha naturaleza-tecnología y esas cosas. Pero como esto es más personal y uno es muy ecologista, mejor os lo dejo a vosotros.
La cosa es que, con una historia más floja que una coca cola abierta de hace tres días, tendremos que hacernos cargo de un pequeño lugar al que llamar hogar. Poco a poco irán llegando habitantes pare protegerse del caos y del desierto en el que se ha convertido el mundo. Y no, no esperéis historias dramáticas ni guiones elaborados. Igual se te queda a vivir uno porque encuentra que en tu oasis hay fulares que otro porque le has dejado arreglarte la chaqueta.
Nuestro objetivo será el de alojar a tanta gente como sea posible (y hay mucha). Esta peña, lejos de ser simplemente sims dando vueltas por la casa, nos ayudarán en distintas tareas del oasis.
Algunos nos montarán sus propias tiendas (que nos darán pasta con impuestos «autoimpuestos», valga la redundancia). Otros tendrán habilidades para el combate o la recolección. Otros ayudarán a la gestión del oasis con diversas funciones. Como los secretarios. Y otros… bueno, mejor lo descubrís, porque soy muy cachondas.
Llevar un oasis no es fácil. Pero tampoco es complicado, sobre todo gracias a la ayuda de nuestros habitantes.
Uno de los núcleos de la gestión son las tiendas. Estas venderán elementos en nuestro oasis que atraerán visitantes y habitantes. Pero necesitan materia prima. Así que tocará ir de aquí para allá a recolectar esos elementos que necesitan para vender cosas. De esta forma mantendremos a los habitantes alegres y contentos y conseguiremos dinerito para nosotros.
Y es que, como en cualquier mundo de fantasía, son los propios tenderos los que deciden pagarnos impuestos a nosotros. Ya veis, qué ilu.
Como toda gestión en nuestro territorio, tendremos que ir tienda por tienda reponiendo lo que haga falta. Y quien dice esto, dice cultivando, recolectando, redecorando, arreglando o cualquier infinitivo que se os venga a la cabeza.
Por suerte para los perezosos, el juego nos brinda la posibilidad de hacerlo todo un poco más «casual». Conforme avancemos, podremos ir delegando determinadas tareas en los habitantes. Aunque tendremos que tener nosotros un pequeño control, al menos serán ellos los que hagan la parte más tediosa. Y de paso nos dejarán tiempo a nosotros para hacer otras cosillas.
Por desgracia, ninguna de las tareas de gestión que nos propone el juego es muy profunda. Y casi ninguna nos requiere el uso de la estrategia de gestión para llevarlas a cabo. Como mucho un poco de cabeza para hacernos rutas de recolección, o a la hora de decidir qué tiendas se quedan vacías cuando encargamos a alguien a hacer las tareas. Pero poco más.
Además, las opciones de personalización del Oasis son bastante pobres. Se reducen a un par de elementos, y para nada son vistosos. Es un gran pero en este tipo de juegos, la verdad.
Aún así, consigue su propósito: entretener. Y aunque algunos vean el tema de la «automatización» como algo malo (que los hay), no creo que esté mal. Delegar nunca está mal, si sabes a quién encargarle las cosas.
El otro toque importante del juego es el de la acción y el RPG. Y desde luego, el juego bebe mucho de la saga Zelda, más que de la saga Mana. El juego se desarrolla en un mapeado que iremos desbloqueando poco a poco y que nos ofrecerá distintos enemigos y materiales de recolección.
En estos escenarios, bastante varipintos para ser un desierto, van encerrando pequeños puzles o elementos que no podremos solucionar por nosotros mismos. Al más puro estilo Zelda cuando vemos algo y necesitamos las botas, los guantes de fuerza o algún elemento similar.
Lo divertido del sistema de exploración de Ever Oasis es que, llegados a determinado momento, podremos llevar a compañeros en nuestras expediciones. Cada uno de ellos tendrá una habilidad distinta. Algunos nos ayudarán a recolectar con distintas técnicas. Otros nos darán bonus a la hora de combatir. Y los más preciados serán los que nos ayuden a resolver puzles.
Por suerte para todos, aunque el equipo solo se puede formar en el oasis, podremos volver a él en cualquier momento. Esto lo haremos con los acuaportales, y son muy útiles cuando llegamos a la quinta puñeta y descubrimos que nos hace falta alguien con lanza. O con mazo. Con lo que sea, vaya. Entonces, en vez de volver a pata a casita, usamos el portal, y ¡tachán! equipo cambiado en un pispás.
La cosa es que, al igual que en la gestión, la acción de Ever Oasis tampoco brilla por su profundidad. Ni los puzles. Pocos de ellos requerirán que nos quebremos la cabeza, ya que muchas veces nos indican qué personaje o habilidad necesitamos. Lo que más tiempo nos llevará será recolectar y volver a los sitios a explorarlo todo al cien por cien.
En el tema del combate, tendremos varias armas y habilidades, y podremos controlar a cualquier personaje que llevemos en el equipo. Eso podría parecer que da mucha diversidad, pero no es así. Más allá de personajes lentos, rápidos o a distancia/magos, los combos son los mismos.
No se hace tedioso, ojo con esto, culpables. Pero esto se parece más a Fantasy Life en este sentido que a The Legend of Zelda. Para que te hagas una idea.
Como veis, Ever Oasis mezcla un montón de elementos de varias sagas. La recolección y la gestión al estilo Animal Crossgin (algo light, vaya), un combate similar a Fantasy Life y unos puzles muy de The Legend of Zelda. Incluso un poco la gestión de la peña en el oasis hace que recordemos un poco a Tomodachi Life.
La suma de todo esto hace que el juego no se haga demasiado repetitivo. Siempre acabamos explorando nuevas zonas, nuevos enemigos o vamos aprendiendo nuevas técnicas para gestionar el oasis. La verdad es que en ese sentido está bastante bien.
Además, el estilo peculiar tan chibi y adorable que tiene lo hace muy carismático. No será fácil asociar estos personajes a cualquier otro que hayamos visto anteriormente.
En el tema de la banda sonora, hay que reconocer que han hecho un buen trabajo. Las melodías son variadas y muy llevaderas, pero no tienen ese carisma que uno esperaría. Quizás sea por la ambientación del oasis y el desierto, que es demasiado restrictiva. No recordaremos sus canciones para la eternidad, pero eso no quita que no disfrutemos de ellas durante el juego.
Por internet nos habéis hecho varias preguntas acerca del juego en sí, y vamos a responderlas para que quedéis completamente satisfechos con él,
La parte «Animal Crossing» de Ever Oasis es importante, pero no es ni tan densa ni tan profunda. No tiene la personalización que tiene el juego de los animalitos. Además, muchos de los elementos que conforman la gestión los podemos automatizar o agilizar, por lo que no es un chupa vidas.
Podríamos decir que es un poco más light que Animal Crossing. Pero desde luego ni lo copia ni lo intenta emular.
Conforme vamos subiendo del nivel, el personaje principal va aprendiendo habilidades. Podremos equiparle objetos y crear algunos nuevos.
Sin embargo la «profundidad» del combate está en los compañeros. Podremos cambiar de uno a otro dependiendo de la ocasión. Los enemigos son débiles a determinados ataques o armas, así que cuando nos enfrentemos a alguno contra el que seamos inútiles, podemos cambia a otro.
No es que se manejen de forma distinta, ya que todos al final son golpe fuerte o golpe rápido. Pero hay combos y cada arma de distinta. Los mazos son lentos, las lanzas medias y las espadas rápidas. También hay magias y ataques a distancia.
Tiene un cierto aire, sobre todo en el combate. Pero Fantasy Life es un juego de jobs, por así decirlo, y más centrado en la acción. Ever Oasis se centra más en la gestión y no tiene tanta variedad de armas o de oficios.
El sistema de gestión es la historia. Conforme avancemos en ella tendremos más opciones para poder gestionar el oasis. De hecho, mantener felices a los habitantes hará que tengamos más vida en el combate. Sin esa ayuda, estaríamos muertos. Por ello es importante mantener la aldea cuidada, personalizada y suministrada en todo momento.
Además, si no cumplimos determinados requisitos durante el juego, no podremos avanzar en historia, por mucho que queramos.
Ever Oasis es un juego light, llevadero y que nos tirará horas completar. Su historia no es una gran aventura narrativa, pero sirve de hilo conductor.
La gestión del oasis no llega al punto de un Animal Crossing, y mucho menos en personalización, pero sí que nos dará para entretenernos bastante. Y el sistema de batalla cumple. Algo menos que los puzles, pero cumple.
Viendo las partes por separado, podría decirse que el juego es un poco «meh», sin embargo ya os digo que, pese a que cada parte individual de Ever Oasis no tenga la profundidad de un juego de ese estilo, la suma de todas la un juego notable.
Estaremos entretenidos explorando, recolectando y gestionando. Y quizás yo echo en falta algo más de crafteo o creación. En este sentido, estos es lo que se lleva la peor parte. Pero por todo lo demás, la verdad es que el juego cumple.
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