La verdad es que es complicado realizar un análisis de Dreams. Todo lo que hay en él está creado por otras personas, así que la jugabilidad y su apartado técnico o sonoro, dependen en gran medida de la creatividad de cada uno. Por ello voy a tratar más bien de dar mis impresiones sobre lo que el juego nos permite realizar, y para qué tipo de usuarios está dirigido. Eso sí, ya os adelanto que el límite está en nuestra propia imaginación. Si no me creéis, pasaos por este listado que os mostramos hace unos días.
No es la primera vez que el estudio Media Molecule, nos ha ofrecido una herramienta con la que realizar nuestros propios videojuegos. La aparición de Little Big Planet en PlayStation 3, fue toda una sorpresa y un soplo de aire fresco, que nos permitía crear nuestras propias aventuras. Aunque en esa ocasión, la libertad estaba más encorsetada y con algunas barreras. Cosa que aquí no pasa, y el único obstáculo que podemos encontrarnos será nuestro propio talento, o la falta de él.
Para comentaros un poco las posibilidades que nos ofrece Dreams, voy a comenzar por hablaros de su modo historia. En él, vamos a vivir el corto pero intenso periplo de un contrabajista de Jazz, mientras trata de luchar contra sus propias inseguridades. Por el camino, vamos a poder disfrutar con una amplia variedad de mecánicas y personajes, que nos dan una buena idea de lo que vamos a poder crear con algo de esfuerzo e imaginación.
En este pequeño sueño creado por Media Molecule, hay un poco de todo. Aventura gráfica, plataformas, momentos musicales, Hack and slash, puzles, velocidad y hasta un shooter tipo R-Type. Cada una de estas fases se intercalará con las otras, manejando a su vez diferentes protagonistas, personificados estos en los viejos juguetes de Art.
Así, en sus niveles plataformeros, controlaremos dos pequeños robots de los cuales deberemos aprovechar sus habilidades para poder continuar. Por otro lado, la parte con algo más de acción nos pone a los mandos de un par de peluches con forma animal, que tendrán que liberar a un pequeño dragón a golpe de martillo.
Y no podía faltar Art, el auténtico protagonista de este corto juego. Con él, viviremos algunos de los momentos más surrealistas y divertidos. Este deprimido personaje, nos permitirá disfrutar con una especie de aventura point & click, en la que conoceremos al resto de integrantes de su banda, y a un revisor cantarín, que se marcará hasta un pequeño rap. Además en la parte final, conduciremos su coche e incluso lo utilizaremos a modo de nave espacial en una fase de scroll lateral.
Todos estos niveles, gozan de un espectacular y muy personal diseño artístico, una música increíble que junta temas de Jazz con algo de rock, y diferentes mecánicas jugables que demuestran la versatilidad de esta herramienta. Por sí sólo es como una pequeña joya independiente de un par de horas de duración, creada totalmente con Dreams. Una pequeña muestra de las posibilidades que pone en nuestras manos Media Molecule. Ahora nos toca a nosotros.
Ahora vamos a la parte que nos interesa, el editor del juego. Vaya por delante que si buscamos una herramienta profesional, aquí no la vamos a encontrar. Si tenéis nociones de programación, podréis sacarle mayor partido a motores como Unity o Unreal, eso es innegable. Pero el título tampoco pretende en ningún momento hacer la competencia en este apartado. La idea base es que cualquier gañán como yo sea capaz de hacer su pequeña aportación en esto de los videojuegos. Y lo consigue.
Aún así no creáis que va a ser llegar y besar el santo. Si queremos alcanzar nuestro sueño, vamos a tener que invertir una ingente cantidad de horas hasta dominar las herramientas que Media Molecule nos ofrece. Por suerte tenemos tutoriales hasta en la sopa. Es posible que estos se hagan un poco tediosos, pero a la larga se agradecen. Gracias a ellos, aprenderemos a dar color y textura a los objetos, utilizar la iluminación correctamente, o crear de la nada lo que queramos.
La interfaz es bastante sencilla, y en minutos nos descubriremos dando vida a pequeños y simples escenarios. Pero también puede ser realmente compleja, y si queremos hacer algo más interesante y de calidad, habrá que trabajar y sudar la gota gorda. Al final todo depende de la creatividad, talento y tiempo del que dispongamos. Al final su mayor virtud y a la vez su gran defecto, radica en la casi infinita libertad que nos ofrece Dreams. Si conseguís superar lo abrumador que puede llegar a resultar, lograréis crear auténticas maravillas.
Por ello si vuestro sueño ha sido siempre hacer un videojuego, pero no tenéis ni pajolera idea de programar, esta es la oportunidad perfecta. Eso sí, preparaos para semanas o meses de trabajo para ello. Además os recomiendo probar no sólo El Sueño de Art, sino también otras creaciones del resto de usuarios, ya que nos permitirán ver muchas de sus posibilidades, y pueden servirnos de inspiración.
Allons-y!
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